Reliquiae: «Para que exista una marca España de moda lo primero que debe haber son marcas de moda en España»
Héctor Jareño, director creativo de la firma de bolsos, ha presentado en Madrid es Moda una colección inspirarada en el traje regional asturiano. La bordadora Gloria Galguera ha trasladado el saber hacer tradicional que lleva perfeccionando 25 años a bandoleras, asas y pañoletas.
«Desde que nació la marca siempre hemos trabajado con un respeto soberbio a la tradición porque intentar ser moderno todo el rato no me gusta nada». Así resume Héctor Jareño, director creativo de Reliquiae, el sentir de su marca de bolsos y de la colección Embroidery, que acaba de presentar en el marco de la iniciativa Madrid es Moda. Con la intención de poner en valor los saberes tradicionales y las altas artesanías españolas, Jareño ha querido crear varios modelos de bolsos que incorporan elementos culturales e identitarios de la vestimenta tradicional del Principado de Asturias. Hijo de un artesano tapicero que fundó su taller en Gijón en 1963, el diseñador defiende que «para que exista una marca España de moda lo primero que debe haber son marcas de moda en España».
Siguiendo ese lema, la firma ha contado con el trabajo de la artesana bordadora Gloria Galguera, una asturiana de 55 años natural de la pequeña aldea de Naves (dentro del concejo de Llanes). Formada gracias a la pericia bordadora de su madre y las mujeres de su familia, lleva perfeccionando las técnicas los últimos 25 años. «Me dedico a hacer trajes de aldeana, que se llaman así por estar vinculados al Oriente de Asturias», cuenta. «En Llanes todos tenemos el nuestro y lo utilizamos en las fiestas patronales. A día de hoy están considerados bien de interés cultural y forman parte de lo que es nuestra identidad». A pesar de que, en sus palabras, aprecia una creciente disposición por aprender la técnica por parte de las nuevas generaciones, oficios como el suyo se están perdiendo en nuestro país.
«Poner en valor estas altas artesanías es fundamental. Por un lado, porque se enraízan en las zonas rurales y permiten dar un desarrollo económico y social a la España vacía. Pero, además, se trata de empleo fundamentalmente femenino. Cuando hacemos moda de autor a veces nos olvidamos de que no solo es estética, es también apoyar la construcción de un entorno social más favorable para nuestro futuro», apunta el fundador de Reliquiae. En su colección, ha querido embellecer su bolso más icónico, el Archie (el mismo que ha lucido la reina Letizia en numerosas ocasiones), con un bordado creado con la técnica de golpes al aire e inspirado en el estudio funcional de la faltriquera (bolsa en la que las aldeanas guardaban sus enseres) y del análisis estético del mandil, dos piezas fundamentales del traje regional asturiano. La cápsula incluye también una bandolera con el asa bordada –»se tarda entre 12 y 14 horas en hacer cada una», puntualiza la artesana– y una pañoleta de piel con aplicaciones de bordados desarrollada a partir del patrón tradicional del dengue asturiano.
«Desde Reliquiae, una marca que yo definiría, sobre todo, como ‘curiosidad’, defendemos la actualización de la tradición a través del diseño. Casi todo está inventado, así que creemos que hay mucho trabajo ya hecho que hay que conocer y respetar», explica Jareño. El creador se lamenta de cómo el posicionamiento español como potencia mundial de la industria de moda rápida ha provocado el olvido de las marcas de autor y las artesanías. «No podemos permitirnos perder una más», reivindica. «Ni los paños de Astorga, ni los bordados, ni la marroquinería… nada». Haciendo una similitud con la industria francesa, en la que el apoyo a los artesanos viene dado desde todos los ángulos (instituciones públicas, la Cámara de la alta costura o las propias marcas, ya que firmas como Chanel son dueñas de muchos talleres), el diseñador apela a la urgencia del desarrollo de un modelo de trabajo similar.
Desde su marca, que ya ha visibilizado en pasadas ocasiones distintos oficios, ha querido poner su granito de arena inspirado por el trabajo del maestro Cristóbal Balenciaga, que realizó durante los años 50 y 60 distintas actualizaciones de los trajes populares españoles a partir de la colección de fotografías de Ortiz Echagüe. «Mientras tanto, en esa misma época, la Sección Femenina de la Falange, después de hacer un trabajo de campo bastante exhaustivo sobre los trajes regionales, impuso la uniformidad en el traje y en la manera de vestirse. La contraposición de ambos modelos ha servido de inspiración para esta colección», añade Jareño. El resultado, dice, habla de accesorios únicos con vocación de perdurar en el tiempo. Piezas que trascienden la moda efímera para convertirse en objetos que pasan de generación en generación. Igual que la madre de Gloria Galguera le transmitió el conocimiento que hoy las ha hecho posibles.
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