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¿Pose o activismo? La moda continúa su romance con lo trans

Bruce Weber fotografía a 17 modelos transgénero para la campaña de Barney’s.

trans cover
Barney's / Bruce Weber

Algunas cosas han cambiado desde los tiempos en los que April Ashley posaba en Vogue para David Bailey. Entonces, en los primeros 60, la modelo, una de las primeras personas del mundo en someterse a una operación de reasignación de género, tuvo que huir del Reino Unido y renunciar a su carrera cuando se su supo su secreto, por culpa del chivatazo de un amigo traidor a un tabloide. "Al día siguiente de publicarse la noticia, mi agente me llamó y me dijo que habían cancelado todos mis contratos. Me dijo que me fuera el país, que nunca volvería a trabajar", contaba Ashley, que ahora tiene 78 años, a S Moda. 

Ahora, con un buen agente y los contactos adecuados, la modelo podría construirse una lucrativa carrera en el escalafón más lucido de la industria, como ha hecho la francesa Ines Rau o la brasileña Lea T, que ha protagonizado importantes campañas para firmas como Givenchy. Rau está ahora entre los 17 protagonistas de la última campaña de Barney's. El legendario Bruce Weber ha fotografiado a un grupo de personas transgénero (no todos modelos profesionales), vestidos de Balenciaga, Dolce & Gabbana, Lanvin o Ann Demeulemeester, dentro de un proyecto titulado Hermanos, hermanas, hijos, hijas. La idea es, según dicen, "ayudar a romper estereotipos y llevar la historia de estas 17 personas un escenario nacional".

El catálogo de la campaña, que ha supervisado el ex editor de la revista W Dennis Freedman, incluye entrevistas con todos los protagonistas, con historias como la de Katie Hill, que pudo operarse a los 18 años gracias a la donación de una persona anónima que escuchó su historia en televisión. En las fotos de Weber, posa con una espectacular pamela junto a su ex novio, Arin Andrews, al que conoció en un grupo de apoyo para personas transgénero. Otros, como el bloguero Ryley Pogensky, aprovechan las entrevistas y la campaña para hacer pedagogía de cuestiones que no siempre se entienden ni se explican correctamente en los medios. Pogensky se define como gender queer: "lo que tengo entre las piernas no me define como persona. Si el género es blanco o negro, yo soy gris". El bloguero admite que al principio dudó sobre si debía participar en la campaña. "Espero que esto no sea una historia en la que visten a todos los trans con tutús. Estaba escéptico y tenía miedo por la forma en la que los medios han tratado los asuntos trans en los últimos meses", dice.

Sin citarlas directamente, Pogensky hace referencia a sagas mediáticas como la de Bruce Jenner. Hace tiempo que se rumorea que el padrastro de las hermanas Kardashian, ex atleta olímpico, podría estar enfrentándose a un proceso de transición de género. Las últimas fotos que se han tomado de él le muestran saliendo de un hospital en el que al parecer se habría sometido a un afeitado de tráquea, un procedimiento quirúrgico que tiene el objetivo de aplanar la nuez del cuello de los hombres y que suele formar parte de la transición de género para las mujeres transexuales. Si a los medios, y a la opinión pública, ya les costó digerir casos como el de Chelsea Manning, la soldado americana acusada de espionaje por filtrar miles de documentos secretos a WikiLeaks, qué esperar de una historia que se inscribe dentro del circo Kardashian. La presentadora Katie Couric, flamante fichaje de Yahoo, también recibió críticas hace unos meses por una entrevista a la actriz transexual Laverne Cox, de Orange is the New Black, en la que no dudó en hacer preguntas invasivas sobre sus genitales. Hace apenas unas semanas, la científica Anne Vanderbilt se suicidó después de que un periodista la identificara como transexual en un artículo sobre golf en un blog de información deportiva. 

Dethjorn Gauthier y Ahya Taylor, vestidas de Balenciaga.

Barney’s / Bruce Weber

¿Y la moda?, ¿está el sector, que rutinariamente se ve envuelto en polémicas sobre racismo o insensibilidad social, más educado en cuestiones transgénero o simplemente se aprovecha del factor riesgo que le aportan estos modelos, hasta que encuentre otra cosa más chocante y divertida? Desde que Carine Roitfeld, que no ha sido ajena a controversias de todo tipo en su carrera como editora, colocó al relaciones públicas André J. en la portada del Vogue francés en 2007, con barba y vestido, y también fotografiado por Weber, la fiebre del gender bending ha ido en aumento. Quizá el proceso (de osado a mainstream) se habría completado si Carmen Carrera, una modelo transexual que se hizo famosa en Estados Unidos por participar en el reality de Ru Paul, se hubiese convertido en ángel de Victoria's Secret, tal y como se pedía hace unos meses desde Change.org. La empresa lencera prefirió mirar para otro lado.

Valentijn de Hingh, una modelo transexual holandesa que ha trabajado para Maison Martin Margiela y Comme des Garçons entre otras firmas y aparece también en la campaña de Barney's, resume bien la situación en una entrevista con The New York Times: "en una sociedad consumista y capitalista, las cosas sólo son aceptables cuando se pueden vender". Y de momento, para bien o para mal, lo trans vende.

El bloguero Ryley Pogensky (en el centro) posa con sus abuelos, Leonard y Gloria, y la modelo Valentijn.

Barney’s / Bruce Weber

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