¿De curry o de cerveza? Bienvenidos a la Navidad de los turrones raros
Lo más granado de la pastelería moderna ha echado el resto estas fiestas para crear turrones rompedores que apetezca consumir todo el año.
La vanguardia ha llegado también al mundo del turrón artesano, que echa mano de ingredientes exóticos o inusitados para customizar las elaboraciones clásicas. Reposteros de la altura de Albert Adrià o Lluís Costa ponen su creatividad al servicio de elaborar pralinés con sabores más propios de otras latitudes, como el yuzu o el curry, o incluso en dejar atrás la tradicional tableta para aventurarse con turrones en forma de croissant o de botella. Turrones veganos y ediciones limitadas son otras apuestas iconoclastas de este año. Muchas marcas, como Torrons Vicens, ven en la innovación una estrategia más para que el turrón, que se consume en Navidad en un 80%, se abra también a otras épocas del año.
Exóticos: de coco thai o de curry y fresa
El chef Albert Adrià, a punto de abrir su restaurante Enigma en Barcelona, ha sorprendido un año más con cuatro sabores inéditos para la línea Adrià Natura de Torrons Vicens, creada en Agramunt (Lérida) en 1775. Destacan por su originalidad el turrón de curry y fresa, con praliné de almendra y chocolate blanco, y el de coco tailandés. Otras apuestas son el de trufa de chocolate y frambuesa con reducción de vinagre balsámico y el de praliné de avellana con trufa blanca de Alba. Desde 2013, Albert Adrià desarrolla para la marca turrones que se caracterizan por estar elaborados con productos gastronómicos donde juega con combinaciones con las que ya ha experimentado para restaurantes como Tickets o El Bulli. Torrons Vicens también ha apostado este año por el turrón de ratafía, un licor típico catalán, que combina con crema quemada y nueces.
Polimorfos: de botella de sidra a croissant
Lluís Costa, de la Pastelería Vallflorida Chocolateros, ha ideado este 2017 hasta 20 turrones nuevos, con apuestas tan atrevidas como el trufado de chocolate blanco a la sidra y manzana ácida, que tiene forma de botella y es de color verde. El chocolatero ya ha patentado 50 creaciones totalmente artesanales: de turrón trufado de cítricos con mandarina y yuzu, a mazapán de pistacho con pera, cítricos y trufado de vainilla. En el catálogo se mantiene el turrón de croissant que sacó al mercado en 2015, cuando reinventó para la Navidad aquel curasán de mantequilla que ganó el premio al mejor del Estado: deshidratado, liofilizado y mezclado con diferentes chocolates, pero manteniendo la forma original. Con tal de que el cliente pueda ir probando sus sabores más osados sin temor a equivocarse, Costa empezó a vender el año pasado los turrones al corte: ya no hace falta quedarse con la tableta entera. Manzana confitada con especias o mojito forman parte de las propuestas.
Ecológicos: de quinoa o de brócoli
La Finestra Sul Cielo saca pecho de ofrecer la “Navidad bio más auténtica” con el “primer turrón ecológico” de quinoa real, dulcificado solamente con sirope de arroz, libre de gluten y apto para veganos. Ofrece dos variedades: con limón y canela y con cacao, coco y también naranja. Por su parte, la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC) recuerda que no hay que descuidar el consumo de verduras ni un día, y asegura que estas fechas “entre las propuestas que no deben faltar en la mesa destaca el falso turrón de brócoli y zanahorias”. Por si alguien ha olvidado comprarlo, ofrece una receta que incluye cebolla, tacos de jamón ibérico y huevos. El brócoli y las zanahorias congeladas son los ingredientes principales de este falso turrón: a la niña de Inside Out le iba a encantar.
Temáticos: inspirados en el circo
El pastelero Albert Iglésias ha presentado este año una colección de turrones de chocolate con tres coberturas belgas (30% blanca, 35% leche y 70% negra de materia de cacao) inspirados en el circo. El turrón de peta zetas lo protagoniza la mujer bala Laura, la payasa Joana, el de maracuyá; los forzudos Lola y Fabián, el de quicos, la equilibrista Carla el de frambuesas y Rosita, la trapecista, el turrón de pistachos. Se trata de una edición limitada, en cuyos envoltorios se nota la mano de la ilustradora Esther Voltà.
Etílicos: de champán con fresas, whisky de Malta o cerveza
Por si el consumo de copas en estas fechas no fuera suficiente, ya no hay alcohol que se le resista a la producción de turrones. La pastelería Mallorca, que empezó vendiendo ensaimadas y torteles en los años 30 en la madrileña calle Bravo Murillo, ha desarrollado turrones de champán con fresas o de whisky de Malta. También se han hecho de cerveza, como el de Jordi Bordas para Moritz, aromatizado con miel de jenjibre, bergamota y cardamomo. El de gin tonic o mojito ya hace tiempo que quedaron atrás.
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