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Reinventar el sexo en las primeras citas: ¿qué es seguro hacer más allá del ‘sexting’?

Extremar la higiene y elegir muy bien nuestra pareja es clave a la hora de retomar la vida sexual.

La nueva normalidad también nos deja muchas dudas sobre cómo recuperar nuestra vida sexual.
La nueva normalidad también nos deja muchas dudas sobre cómo recuperar nuestra vida sexual.Getty

No perdimos la vida social durante el confinamiento, la virtualizamos. Las cañas empezaron a ser por videollamada, y los cumpleaños quedaron para el recuerdo en montajes de vídeos de amigos. El sexo también se virtualizó. Muchos ya estaban acostumbrados al sexting y otros tantos se estrenaron en eso de enviar vídeos y fotos picantes. Pero con la vuelta a la normalidad, y a las cañas en una terraza, seguimos sin tener claro si el sexo tradicional volverá a formar parte de las citas.

Y es que el coronavirus ha creado una brecha social en lo que al sexo se refiere: parejas que conviven y que pueden seguir con su vida sexual y parejas separadas o solteros que han tenido que reinventarse estos meses.

“Si tu pareja sexual convive contigo durante la cuarentena, ambos estáis aislados más de 14 días y ninguno muestra los síntomas, no hay razón para contraindicar esta práctica tan saludable”, insiste la sexóloga Zoraida Granados. Pero “si no cumplís con estas premisas y no estáis absolutamente seguros de no haber estado expuestos al virus, deberéis tomar distintas medidas”. ¿Nos deja eso relegados al sexo virtual o ya podemos barajar otras alternativas?

Un nuevo concepto para el sexo seguro

El sexo seguro ya no es solo el que supone usar preservativo. Ahora el “póntela, pónsela” también hará referencia al uso de mascarilla. “Aunque el uso de mascarilla puede representar, a priori, un elemento que altera la erótica de la relación, puede suponer una medida de seguridad muy efectiva para prevenir el contagio, en especial durante la penetración o juegos que supongan una especial proximidad física”, aclara en primer lugar Carlos San Martín Blanco, coordinador del grupo de Sexología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria.

¿Entonces el uso de mascarilla es lo que marca el hecho de tener sexo seguro? No exactamente. La clave está en la proximidad. Según el experto, podríamos decir que serían de menor riesgo “todas aquellas prácticas y juegos sexuales en las que no se produzca un contacto especialmente estrecho o no se establezca una proximidad extrema, especialmente cara a cara”.

Todo ello respetando otra de las medidas claves del contacto social: el lavado de manos. “Incluso es muy recomendable una ducha previa, tanto si la relación es con nuestra pareja habitual o se trata de una pareja esporádica”. Por último, la crisis del coronavirus tampoco exime de las medidas de siempre. El preservativo es más importante que nunca.

El debate de los fluidos genitales

Sabemos que los besos están prohibidos porque la saliva es contagiosa. Así que solo nos queda tener sexo a lo Pretty Woman. Sin embargo, hay ciertas dudas sobre qué otros fluidos debemos evitar.

Tal y como informan desde la clínica Mayo “en el momento actual no hay ninguna evidencia de que la COVID-19 se trasmita a través del semen o de los fluidos vaginales, pero el virus se ha detectado en el semen de personas que se han recuperado, o se están recuperando del virus”.

Esto supone que, aunque no hay evidencia de contagio, tampoco la hay de lo contrario. Por ello, vuelve a ser imprescindible el uso del preservativo. No solo en la penetración vaginal, también en la anal, ya que los expertos recuerdan que hay presencia del virus en heces.

También sería recomendable usar preservativo o una barrera bucal durante el sexo oral. En el caso del cunnilingus, muchas veces resulta socorrido cortar un preservativo por la mitad y ponerlo sobre la vulva. El annilingus, por el momento, mejor descartarlo.

No obstante, desde el Ministerio de Sanidad se publicaba recientemente una guía sobre “Aspectos clave para la prevención del VIH e ITS en la desescalada del confinamiento por COVID-19” En la misma se insiste en que “el SARS-CoV2 aún no se ha detectado en los fluidos vaginales, pero está presente en saliva, semen y heces. Aunque por el momento no hay evidencia de transmisión por saliva, semen y heces, se recomienda adoptar las medidas preventivas que eviten el contacto con estos fluidos y/o materia fecal”, insistiendo en la importancia de métodos barrera de protección.

Además, en cuanto al sexo oral hay otra cuestión en el aire: el contacto con la saliva. De nuevo la clínica Mayo recuerda que una pareja íntima puede contagiarse con el virus al tocar ciertas superficies “y después tocarse la boca, la nariz, o los ojos”. No es que sea lo más habitual, pero desde luego una sesión de sexo no parece el mejor momento para estar concentrados en no tocarnos después la cara. Mejor evitar tentaciones y poner barreras. Al fin y al cabo, durante el sexo oral también es posible el contagio de infecciones de transmisión genital, que podrían evitarse con el uso de preservativo.

¿Y entonces qué podemos hacer?

En el sexo solemos ver cualquier limitación como un problema. A las sexólogas les encanta verlas como nuevas oportunidades. Vale, puede que no podamos hacer todo lo que nos surja de forma natural, pero cuando se apuesta por innovar también surgen cosas buenas.

Para Leticia García Castelló este es el momento de poner en práctica muchas de las cosas que nos hemos imaginado durante esas largas sesiones de sexting, pero en directo. “Si hemos hablado de lo mucho que nos gustaría acariciar su pecho, ahora podemos realizar esas caricias”. Los masajes y las caricias, que siempre parecen quedar en un segundo plano, después de una sequía de piel con piel, pueden ser grandes protagonistas. Siempre y cuando no estemos cara a cara y mantengamos cierta distancia. Incluso podemos utilizar elementos como masajeadores, plumas, o un azotador, si es que queremos probar cosas nuevas.

Otra opción es tocarnos nosotros mismos para el disfrute sexual de nuestro compañero de juegos. “Masturbarse delante de la pareja puede ser muy excitante”, apunta García Castelló. Además de instructivo.

Quedándonos en el término medio, de sexo a distancia, pero en directo, la sexóloga también propone utilizar juguetes sexuales con mandos a distancia para estimular al otro, aunque no sea con nuestras propias manos. “Hay juguetes con los que la persona que tiene el mando puede controlar y sentir las vibraciones del juguete que se introduce la otra persona”. Así las dos personas participan. Eso sí, siempre cuidando mucho la higiene de los juguetes y no compartiéndolos con parejas diferentes.

Si al final no podemos con las ganas, en cuanto a la penetración, la sexóloga hace referencia al conocido “coronasutra”. Una colección de posturas para penetrar manteniendo cierta distancia. No es que se trate de una práctica de riesgo cero porque, siempre que hay una proximidad, hay un riesgo de contagio, pero consiste en minimizar este en lo posible. Para ello “es importante que no haya un cara a cara y se recurran a posturas de espaldas”. Como el conocido perrito. Todo ello siempre con mascarilla y preservativo. “Que son elementos que lejos de cortarnos el rollo, también se pueden erotizar”. Una vez más, todo es cuestión de ponerle imaginación y ganas.

La también sexóloga Zoraida Granados insiste en que, si va a haber un contacto más estrecho, hay que extremar las medidas de seguridad. “Hay que lavarse las manos antes y después, lavar igualmente cualquier juguete antes y después de utilizarlos, evitar los besos, y evitar el contacto oral-anal”, además de darse una ducha no solo antes, sino también después de la relación sexual.

Elije bien con quién

Por último, Granados insiste en que no solo hay que tener cuidado con las prácticas que realicemos, sino también con la pareja que elijamos para realizarlas. “No mantengas relaciones sexuales si algún miembro de la pareja no se encuentra bien, forma parte del grupo de riesgo o no pertenece a tu entorno habitual”.

El coronavirus no nos ha cambiado tanto como decimos y, como siempre, sigue habiendo personas responsables en cuanto a su sexualidad, y otras que no lo son tanto. Leticia García Castelló, relata que, basándose en lo que ve en consulta, “hay personas que parecen tener la certeza de que el agua con jabón, las mascarillas y el hidroalcohol es suficiente para tener relaciones sexuales. Otras son plenamente conscientes de los riesgos que pueden entrañar los juegos que realizábamos antes de la pandemia, por lo que son más cautos y buscan opciones alternativas”. El verdadero riesgo depende del grupo en que creamos estar nosotros y en el que esté nuestra posible pareja.

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