Esta temporada se lleva el azul
El color más popular domina la prensa diaria después de las elecciones generales.
Casi todas las cabeceras nacionales abrían ayer con fotos de la resaca feliz del PP. Los fotógrafos andaban a la caza de gestos que delatasen quién terminará en el Consejo de Ministros. Pero de esas portadas lo que sacamos en claro es que el color azul se impone en la política española.
Entre las fotos principales no hay ninguna en la que no domine la gama por antonomasia del PP. Bien sea porque sus protagonistas aparecen sobre fondos azules o porque lucen prendas de esa tonalidad. Rajoy, sin ir más lejos, se ha dejado la corbata roja de los carteles electorales en casa y aparece con una mucho más oficialista.
Los medios necesitan signos para mostrarnos el clima social y el atuendo es uno de ellos. Los uniformes partidistas de hace décadas no han desaparecido, sólo ocurre que ahora son más flexibles. Ya no vemos a los camisas rojas, azules o negras desfilar por Europa. En las sedes de los partidos se llevan vestimentas con tonos que hacen un guiño a un color concreto. Entre otras razones porque las pantallas en las que vemos a nuestros políticos muestran ahora con más exactitud los matices cromáticos.
Rajoy en la corbata con la que posa en su despacho se ha decantado por una variante muy similar al color oficial de su partido: el azul claro. A Soraya Sáenz de Santamaría la vemos con una blusa de azul eléctrico. Mucho más burgués es el azul turquesa que lucía Cospedal en la noche electoral o el azul marino de la chaqueta que se puso el lunes en una rueda de prensa.
El peligro del travestismo cromático
Pero en el PP no siempre ha dominado tan claramente el azul. A comienzos de los 90 solo las gaviotas eran de ese color, pero las letras rojas con sus siglas aparecían sobre un fondo blanco. El resultado de esa mezcla es que no mandaba ningún tono sobre el resto. Algo propio de un partido que estaba buscándose así mismo.
Ya que hablamos de partidos perdidos hay que citar un reciente error de imagen del PSOE. Durante una temporada Rubalcaba se unía a la corriente visual del PP apareciendo en actos públicos sobre un fondo azul. Para más inri la tipografía usada era blanca, como la del PP. Un caso incomprensible de travestismo cromático.
El ex ministro proyectó la imagen de que no era capaz de marcar ni siquiera distancias estéticas con el rival. Los fotógrafos asistían desconcertados al espectáculo de ver cómo era imposible distinguir a primera vista las tomas captadas en los actos del PSOE y el PP. Algo que tampoco parece que pasara desapercibido a muchos de los que el 20N votaron azul.
Las portadas de los principales diarios el martes 22 de noviembre.
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