El mito de Jean-Michel Basquiat enlaza Nueva York y Bilbao
Dos exposiciones y las múltiples referencias estéticas al estilo del pintor evidencian que su trazo rebelde está en auge.
En el año 1987, el artista Jean-Michel Basquiat desfiló como modelo de Comme des Garçons para su querida Rei Kawakubo. Aquel chaval que comenzó a ganarse la vida en las calles de Nueva York a finales de los setenta vendiendo camisetas pintadas por él, revolucionó la escena artística neoyorquina en apenas una década. Su estilo salvaje, artística y personalmente (llegó a anotar un número de teléfono en un lienzo por no tener a mano otro lugar donde hacerlo), y su vida social y creativa junto a Warhol, Keith Haring o Blondie, truncada por una sobredosis a los 27 años, ha seducido a muchos creadores. Y casi tres décadas después de su desaparición sus obras suben a la pasarela, en una temporada que reivindica la creatividad como declaración de individualidad.
Nadie sabe qué dictó la inspiración a John Galliano antes de su debut como director creativo de la Maison Margiela. Pero sí qué obras pictóricas tenía en la cabeza cuando diseñaba su colección. No hay más que ver las coronas, calaveras o referencias a la cultura vudú. Todos estos elementos hablan del universo creativo de Basquiat, de su reivindicación de la cultura africana o del arte urbano que llevó a las galerías.
Las expertas en moda Leandra Medina, de Man Repeller, o Laia García, de Yahoo Style, no tardaron en desgranar en sus plataformas la influencia que habían percibido del artista estadounidense en el desfile de Maison Margiela de esta temporada.
De Galliano a Basquiat: en esta ocasión las comparaciones son reveladoras.
In Digital
En el museo
Estos meses coinciden dos grandes exposiciones suyas. Una en el Brooklyn Museum de Nueva York, donde se exhiben sus cuadernos de bocetos (hasta el 23 de agosto); y la otra en el Guggenheim de Bilbao, que exhibe (hasta el 1 de noviembre) la retrospectiva más amplia hecha nunca en Europa.
Inés Aguilar Gómez, que dirige el Máster de diseño textil y Superficies en el IED, explica que «este año sus brochazos emocionales se han podido ver en varias colecciones. Basquiat, al igual que su obra, era libre y muy personal. Mezclaba el arte con grafitis, cómic, pop y rock. Fue músico, pintor, poeta. Fusionaba todas las disciplinas en una época y en un lugar en el que todos lo hacían. Él brillaba. Y el diseño textil ha bebido mucho de todo esto». El equipo creativo de Max Mara cita al artista como influencia de su colección pre-fall 15/16 que llega a las tiendas este julio. Y aunque Donna Karan no habla directamente de él, las pinceladas del enfant terrible se cuelan en sus últimos estampados.
Diseño, arquitectura y hasta un bar
Uniqlo tiene una colección entera dedicada al artista y la firma Salasi vende camisetas con sus estampados. El mundo de los accesorios también ha invocado el espíritu rebelde del creador y los relojes de Komono así lo expresan. La tienda de decoración Design55 cuenta con una colección de platos con obras suyas y las velas que han reeditado con garabatos de Jean-Michel se han agotado en Amazon. Por último se acaba de inaugurar en São Paulo un local temático llamado Le Basquiat. «Su arte no era serio ni sesudo, sino visceral y emocional. Por eso es una fuente incansable de inspiración», afirma Inés Aguilar.
Basquiat nació en Nueva York en 1960 y pronto empezó a pintar ‘grafitis’ bajo el seudónimo SAMO. En 1985 fue el primer artista plástico portada de ‘The New York Times’.
Lee Jaffe / cortesía de LW Archives / Guggenheim Bilbao. 1984
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