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Cuando la relación se ‘deserotiza’: cómo recuperar el deseo sexual perdido con la pandemia

El coronavirus nos ha confinado, nos ha hecho sentir vulnerables y nos ha complicado aventurar cómo será el futuro. Con este percal, ¿cómo mantenemos las ganas de sexo?

Muchas circunstancias relacionadas con la pandemia han afectado a la libido. En la imagen, una escena de 'American Gigolo'.
Muchas circunstancias relacionadas con la pandemia han afectado a la libido. En la imagen, una escena de 'American Gigolo'.Cordon Press

Vamos para un año de pandemia. A estas alturas, hemos estirado la resiliencia todo lo que da de sí. Pero empieza a resquebrajarse: estrés, ansiedad, depresión… Con esos mimbres la libido de muchos lleva meses por los suelos. “Para que la respuesta sexual pueda desarrollarse en todas sus etapas (deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución), el organismo debe estar en calma. La más ligera activación de nuestro sistema nervioso simpático, cuya función es ponernos en guardia y en actitud de alerta-huida inmediata, anulará la relajación necesaria para poder empezar a desear”, explica Laura Palomares, psicóloga y directora de Avance Psicólogos.

Y aquí está el problema: la pandemia ha disparado nuestros niveles de estrés a largo plazo (temor diario a contagiarnos nosotros o nuestros seres queridos, a perder el trabajo, a no poder hacer frente a las facturas). Llevamos casi doce meses en alerta constante y vamos arrastrados, en lo físico y en lo emocional. Con esos mimbres, normal que la pasión erótica decaiga en muchas alcobas.

Estrategias para volver a tener ganas

La pérdida de apetito sexual no distingue entre solteros y casados, en pareja o alejados. Al inicio de la pandemia circulaba el chascarrillo de que, por una vez, los que viven en pareja tendrían más sexo que los solteros. Pero encerrarte por obligación 24 horas al día con tu media naranja (y con los niños) más que una eterna luna de miel fue para muchos un Gran Hermano: mucho zafarrancho y poca intimidad. Quienes vivían solos tampoco se libraron del miedo colectivo y ahora, encima, tienen que reescribir el guion del flirteo y el de las relaciones sexuales espontáneas. “Perder a un ser querido también suele afectar a la excitación sexual. Y haber pasado la covid en primera persona deja un agotamiento transitorio, incluso estrés postraumático, que también interfiere en el deseo erótico”.

La libido baja no es una enfermedad. Igual que se va, podemos hacerla volver… con tiempo y buenas maneras. Los expertos proponen varias pautas para recuperar el deseo sexual dentro de casa. “Es fundamental recuperar los espacios y el tiempo en pareja. Cuando falta ese espacio de complicidad, la relación se ‘deserotiza”. Saber parar de trabajar y darse un paréntesis para el placer no va a hundir la economía mundial. Y hará mucho bien por la salud sexual de la pareja.

El comfy de andar por casa tampoco le hace mucho bien al deseo pasional. Aunque estemos cómodos con nuestra indumentaria amplia, sin perfumar, sin peinar ni maquillar (ellas) y con el pelo revuelto y barba de algunos días (ellos), descuidarse es enemigo acérrimo de la pasión. Una cena arreglados, aunque sea en casa, puede avivar la pasión de los sentidos.

¿Y si hay niños de por medio? A falta de abuelos (no es el mejor momento para reclutarlos), hay que echar mano de la imaginación. Si ambos teletrabajan, tal vez la jornada laboral pueda retrasarse un poco después de dejar a los niños en el colegio para dedicarse mutuamente un rato de placer. Con los niños en casa, el psicólogo Justin Lehmiller, del Instituto Kinsey, propone tomarlo como casi como una aventura. “Estableced un momento privado mientras dejáis a los niños con algo de picoteo y su peli favorita. O despertaos antes y jugad a que no os pillan”. Todo sea por dinamizar el deseo sexual.

Y, aunque corran malos tiempos para la fantasía, hay que retomar el erotismo. “Pregúntale a tu pareja sobre sus fantasías o qué le gustaría probar. Recuperad juegos que antes os resultaban placenteros, probad con lecturas eróticas…”, señala la psicóloga Laura Palomares. Otros colegas son más precisos: incorporar juguetes sexuales u otros artilugios, nuevas posturas, ver pornografía en la intimidad… Cualquier cosa consensuada que pueda dar vidilla a la vida de alcoba ayuda.

En tiempos de distancia social, recuperar el contacto físico es otra de las claves para Palomares. “No debemos descuidar las expresiones de afecto con roce, las caricias, los besos, los abrazos. Es fundamental para que el cuerpo y, sobre todo, la cabeza (órgano más importante en todo este asunto), sintonicen de nuevo con la erótica y afectividad con nuestra pareja”.

Finalmente, sugiere aprovechar cualquier momento en pareja para calentar motores. “Favorecer espacios de contacto físico, como ducharse juntos o realizar un masaje, sin exigencias de que pase a mayores, despierta poco a poco el deseo y te acerca afectivamente a la pareja de nuevo”.

¿Y si yo tengo ganas, pero mi pareja, no?

Cada persona vive la pandemia de una manera. Y no solo por la forma de encarar la realidad del coronavirus. La situación laboral, la salud de padres, hermanos o amigos, también condiciona. “Es una situación delicada, porque la persona que mantiene el deseo se suele sentir rechazada y abandonada y eso lleva a menudo a expresarlo desde el reproche y la exigencia”, comenta la psicóloga. “Esto genera ansiedad y un enorme sentimiento de culpa que, a su vez, aumenta la presión y el estrés. Lejos de solucionar, aumentamos el problema. Es muy importante tratar de hablar con nuestra pareja sin reproche ni enfado”.

Que te pillara la pandemia en un momento sin pareja estable tampoco está siendo fácil. “La mayoría de las personas están siendo más precavidas y, al tener menos estímulo sexual, es normal que descienda el apetito sexual. Pero es algo que con el tiempo y la vuelta progresiva a la normalidad se irá recuperando”.

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