Alison Bechdel, ‘genio’ del año
La historietista que visibilizó el mundo gay en el cómic y cambió la forma de entender el cine se alza con los 485.000 euros de la beca de la fundación MacArthur.
"Una locura total, como si alguien prácticamente me golpease". Alison Bechdel vive en "shock" desde el pasado miércoles. No es para menos. La historietista autobiográfica es uno de los 21 afortunados en recibir la prestigiosa 'beca de genios' que la fundación MacArthur ofrece anualmente, valorada en la nada desdeñable cifra de 485.000 euros a repartir durante los próximos cinco años. Bechdel sigue la senda de Junot Díaz (ganó la beca en 2012) y pasa a engrosar esa lista ciudadanos estadounidenses que, según la fundación, "demuestran méritos excepcionales y prometen un continuo y mejorado trabajo creativo". Con el dinero podrá hacer, básicamente, lo que le dé la gana. No hay obligaciones. La fundación lo ve como una inversión en "la originalidad, perspicacia y potencial de una persona".
El notición de la beca (los afortunados nunca saben que son candidatos, les informan por teléfono una vez aprobada) ha pillado a Bechdel en un verano memorable. Está en un castillo del s. XV en Umbria (Italia), en medio de una residencia artística de seis semanas en la que se dedica a dibujar murales gigantes. Hace unas semanas conoció que el musical basado en su obra Fun Home se va a producir en Broadway (tras triunfar en el Off-Broadway y ser finalista del Pulitzer) y ahora una prestigiosa fundación confirma que es un genio. Esto, sin contar que este año una tira de un cómic que dibujó hace casi tres décadas ha sido la culpable de que la sociedad se replantee la (falta de) igualdad en el cine. ¿Por qué, entonces, merece Bechdel ser la genio del año?
– Visibilizó la comunidad gay en una tira que pasó de la contracultura 'queer' al 'mainstream'. Desde 1983 a 2008, Bechdel ilustró en Dykes to watch out for (Unas bollos de cuidado, Ed. La Cúpula) las tribulaciones de un grupo de amigas en la comunidad lésbica que se cuestionan la actualidad política y social. Un indiscutible referente cultural donde una feminista, una activista y una madre fueron algunas de las protagonistas de lo que, en palabras de la propia Bechdel, era una "pseudo columna de opinión serializada en en forma de novela victoriana". Su serie gráfica saltó de la publicación feminista Womannews a periódicos y revistas lésbicos y de ahí a múltiples traducciones a lo largo y ancho del planeta. Más tarde, y en forma de sentida autobiografía tragicómica, Bechdel ha explicado la relación con su padre (y con la muerte y la homosexualidad) en Fun Home (mejor libro de 2006 para Time y futuro musical de Broadway) y ha analizado su difíicil relación con su progenitora en ¿Eres mi madre?.
‘Unas bollos de cuidado’, ‘Fun Home’ y ¿’Eres mi madre? están traducidas y a la venta en castellano.
Cupula/ Reservoir Books
-Ha sentado las bases para diagnosticar el sexismo del cine. Dentro de la extensa obra de Unas bollos de cuidado, Bechdel dibujó en 1985 la tira The rule, donde una mujer le dice a otra que solo va a ver películas que cumplan tres simples requisitos:
1. Tienen que tener un mínimo de dos mujeres.
2. Los dos personajes tienen que hablar entre ellas en algún momento de la película.
3. Cuando lo hagan, no deben hablar de un hombre.
Esta simple 'regla' básica, que demostró hasta qué punto las películas están dominadas por un discurso donde las mujeres solo existen para dar la réplica al protagonista, comenzó a correr por Internet como la pólvora. Se formuló el denominado Test de Bechdel, donde los internautas voluntariamente engrosaban un inmenso catálogo virtual donde se sabía, por ejemplo, que en 1995 Braveheart no pasaba el test pero Fuera de Onda sí. Muy conocido en la comunidad feminista, el Test de Bechdel alcanzó su cénit a finales del año pasado, cuando el Insitituto del Cine Sueco anunció que añadiría la catalogación A a las películas que no lo pasasen. El argumento de una tira de novela gráfica pasaba a baremo oficial para medir la brecha entre géneros. La noticia fue aplaudida y criticada a partes iguales. La simpleza del Test deja carencias al descubierto (Gravity, por ejemplo, pese a ser una película liderada por una heroína, no lo pasa porque Sandra Bullock no habla con otra mujer durante toda la película) pero también ha abierto la puerta a estudios que defienden y luchan por la igualdad en el celuloide. Para muestra, el análisis que ha partido del Test de Bechdel para probar que las películas que lo pasan y que incluyen a personajes femeninos recaudan más que las que no lo pasan.
Tras conocer que se había hecho con la beca de los genios, Bechdel posteaba en su blog una sincera nota de agradecimiento a los centenares de personas que se habían puesto en contacto con ella para felicitarla (entre ellos, Mary Bonauto, una abogada también premiada por la fundación MacArthur por su lucha a favor del matrimonio gay). Para resumir su estado de incredulidad, remitía a una tira que dibujó en 1994 sobre dos mujeres que hablan sobre la 'Genius Grant' dentro de un coche, mientras la radio anuncia los planes de Bush en Irak y la guerra al terrorismo. La frase final reza: "¿Sabes quién debería llevarse la maldita beca de los genios? Las mentes criminales que están detrás de la administración Bush". Por suerte, el destino no ha querido que, esta vez, sus ilustraciones se tomen al pie de la letra.
Cortesía de John D. & Catherine T. MacArthur Foundation
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