Adiós a las MILFs llegan las WHIPs, que son mucho más interesantes
Women Hot, Intelligent and in their Prime (mujeres ardientes, inteligentes y en su mejor momento), así es denominado el relevo de las MILFs, que tiene su máximo exponente en Brigitte Macron, la primera dama francesa.
Toda terminología lleva una filosofía detrás y el acrónimo MILFs (Mother I Like To Fuck) aún con su carácter peyorativo –se supone que una mujer madura ya no es deseable, de aquí el nacimiento de este raro grupo que se escapa a la norma–, aún con su trasfondo de fantasía sexual masculina y de subgénero dentro del porno, encierra también una cierta conquista: hacer saber al mundo que las mayores de 50 no solo pueden seguir teniendo deseo sino que pueden provocarlo en otros. Un ejemplo más de que partiendo del mal podemos llegar al bien y viceversa (la política está llena de ejemplos de esto último).
Si una revista como Paris Match está interesada en el desnudo de una actriz de 52 años, como Mónica Bellucci; si Susan Sarandon puede decir que de mayor le gustaría ser directora de cine porno sin que nadie piense que presenta los primeros síntomas del alzheimer o si Judi Dench celebra su 81 cumpleaños haciéndose un tatuaje en la parte interna de su muñeca con las palabras Carpe Diem, sin que nadie haga bromas chuscas hay algo que celebrar.
La escritora y periodista Bibi Lynch, sin embargo, cree que estamos preparados para dar el siguiente paso, que aunque pequeño puede ser grande para la humanidad, y propone que este selecto grupo de féminas pase a llamarse con unas nuevas siglas: WHIPs (Women who are Hot, Intelligent and in their Prime). (Mujeres calientes, inteligentes y que están en su mejor momento).
Lynch no está muy contenta con los calificativos que se le han dado a las chicas mayores que buscan acción, y menos a las que salen con hombres más jóvenes. Cougar (puma), las dibuja como depredadoras dispuestas a todo por obtener una presa y MILF hace solo referencia a su atractivo sexual. Las mujeres no son las únicas que salen malparadas con estas definiciones, sus partenaires no parecen sobresalir por su inteligencia y se reducen a ‘presas’ o ‘juguetitos’ (toyboys) que estas señoras exprimen hasta sacarles todo el jugo.
Por el contrario, DILF (Father I Like to Fuck) nunca llegó a despegar, ¿para qué si ya estaba volando? Los hombres maduros son silver foxes, zorros plateados a los que las canas no hacen sino reforzar su atractivo (nada personal y en tu caso bien merecido, George Clooney). Y si el bache generacional es grande y las intenciones son solo meramente sexuales, él no es un depredador sino un proveedor, un suggar dady, que se ocupa de que a su ‘niña’ no le falte de nada. Término que no hay que confundir con el de pagafantas por dos razones. 1. Él segundo es tonto, el primero no porque recibe algo a cambio. 2. El pagafantas, generalmente, no se lía con mujeres mayores sino de su misma edad.
Todo empezó con Madonna, Noami Watts, Cameron Díaz, Mariah Carey, Demi Moore o Julianne Moore, entre otras actrices y famosas que empezaron a acudir a las galas acompañadas de hombres a los que casi le doblaban la edad. Claro que, ¿quién se resiste a ser la pareja de la estrella del momento? Muy pocos apostaban porque esta tendencia –lo que se le denominó ‘el efecto Kutcher’, por el novio de Demi Moore Ashton Kutcher (25 años) cuando la actriz contaba con 41– calara en el pueblo llano. Sin embargo, Bibi Lynch reconocía en un artículo suyo publicado en el diario inglés The Telegraph, que últimamente sale con hombres que podrían incluso ser sus hijos. “No soy yo la que va tras esos hombres jóvenes. Son ellos los que me buscan a mí”, aclaraba la escritora tras subrayar que conoce a estas personas en Twitter y no en Tinder y que la relación empieza con tweets, para derivar en mensajes, DMs, la app de mensajería Telegram, llamadas de teléfono y luego citas en bares.
Lynch comenta también en su artículo su particular visión de las diferencias que hay entre hombres y mujeres maduros. “Creo que tengo más cosas en común con muchos hombres jóvenes que con los de mi edad. No me interpreten mal, me encantan los hombres de mi edad e incluso mayores pero creo que hay grandes diferencias entre los hombres y las mujeres solteros de 50. Hombres = pipa, sofá, zapatillas. Mujeres= Prosecco (vino italiano), slingbacks (un tipo de zapato de tacón), pilates. ¿Por qué ocurre esto? ¿Se les permite a los hombres ir más despacio? Yo creo que socialmente es más aceptable que ellos se hagan mayores, las mujeres sin embargo tenemos que mantener el empuje, vigor y las tetas en su sitio”.
Brigitte Macron, el prototipo de la perfecta WHIP
Son ya muchos los que ven en la primera dama francesa la encarnación de este concepto. Lo primero que muchos medios de comunicación apuntaron para presentarnos a las desconocida mujer del nuevo presidente de Francia fue que es 24 años más vieja que su marido. El propio Emmanuel Macron comentó: “Si yo fuera 20 años mayor que mi esposa nadie hubiera pensado jamás ni por un segundo que nuestra unión no es perfectamente legítima, lo que dice mucho sobre misoginia en Francia. Tenemos todavía un gran problema sobre como vemos el puesto que debe ocupar la mujer”.
Brigitte, una abuela con siete nietos que mantienen muy bien el tipo y que camina con paso firme en stilettos, posee toda una legión de seguidores que ya la han calificado como la Jane Fonda francesa (rubia, con un tono de piel ligeramente más oscuro a lo que las galas están acostumbradas y con su afición a la comida sana y al ejercicio físico); pero también cuenta con un sector crítico que la ha bautizado ya como “la Primera Abuela” (en vez de la Primera Dama) o “una Barbie menopaúsica”.
Sarcasmos de la vieja escuela a parte, Madeleine Mason, psicóloga experta en citas y relaciones y directora de PassionSmiths, una agencia de contactos con base en Londres que busca ayudar de forma individual a las personas que buscan su media naranja, apunta en el artículo de The Telegraph que “la edad está siendo algo cada vez menos importante para los dos sexos a la hora de buscar pareja. Las relaciones en las que la mujer es mayor son cada vez más aceptadas, en parte gracias a muchas celebrities que se casan con hombres más jóvenes”. Una encuesta de Match.com del pasado año reveló que una de cada cuatro mujeres están dispuestas a salir con alguien 10 años más joven y ya han aparecido portales que se encargan de emparejar a señoras maduras que buscan partenaires más jóvenes que ellas, como toyboywarehouse.com.
El problema con las siglas y los grupos es que ya hay demasiados, especialmente los destinados a clasificar el género femenino, y que es difícil que alguien encaje perfectamente en alguno. Para ser MILFs había que ser madura, sexy y madre –requisito esencial-. ¿Qué pasa ahora si una es caliente, inteligente pero no está precisamente en su mejor momento? ¿o si lo está pero el sexo es lo último que le interesa?
Christina Cauterucci ironizaba en un artículo de la revista Slate, “la única parte de este acrónimo con la que no estoy muy de acuerdo es la de mujeres maduras que están en su mejor momento. Cada uno tiene su mejor momento en periodos distintos. Muchas chicas hablan de su época de universidad como la de sus días dorados, mientras otras cougars preferirían luchar contra un puma en las montañas antes que volver a aquella época”.
Puestos a poner siglas para definir a este interesante y desconcertante grupo de féminas ahí van algunas ideas: MMMPGM (mujeres mejores que sus maridos pero que ganan menos), MCCHF (mujeres calientes con hombres fríos), MHMDVV (mujeres hasta el moño que deciden vivir su vida) o MDHDYHG (mujeres que dejan de hacer lo que les dicen y hacen lo que les gusta). Y, como Cauterucci dice en su artículo, para todos aquellos que rechacen ser etiquetados hay también otra etiqueta PEEN (People who are Energetic, Empathetic and Not here for your objectifying acronyms) Gente que es energética, empática y no está aquí para ser tratada como un objeto en un acrónimo.
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