Pilar Rubio o el curioso caso de las famosas que paren con buena cara
El posado postparto de la presentadora en redes ha reabierto el debate: ¿Cómo afecta al resto de mujeres esa imagen de inmediata ‘perfección’? ¿Está alejada de la realidad de quien acaba de dar a luz?
«El patriarcado no quiere vernos doloridas, ni cansadas, ni llorosas o extenuadas. El mandato patriarcal es que siempre estemos dispuestas, felices, sonrientes y por encima de todo: arregladas y guapas». Con este tuit, la activista Sonia Vivias ponía sobre la mesa el debate que despierta cada foto de Pilar Rubio recién parida. La conductora de televisión ha sido madre de cuarto hijo con Sergio Ramos y las instantáneas del anuncio han vuelto a abrir el debate en la red sobre las expectativas que se ciernen sobre las mujeres en la maternidad.
“Las imágenes son la principal forma de comunicación de nuestros días. Y una potente herramienta de transformación social”, pero rara vez nos representan. Lo explica la artista visual Yolanda Domínguez en su charla TEDx sobre los estereotipos. La responsabilidad sobre lo que se cuenta ya no es solo de medios y publicidad, cualquier famoso con su móvil puede enviar desde casa un mensaje potente, que de la vuelta al mundo, con un solo post. ¿Quién no ha visto a Beyoncé posando con sus gemelos o a Cristiano y Georgina con Alana aún en el hospital? A esta moda de presentar a los hijos con una (estudiadísima) instantánea que bata récords de ‘me gusta’ se han sumado ahora Pilar Rubio y Sergio Ramos, cuando fueron también padres de su tercer niño, Alejandro. Los comentarios en Twitter e Instagram sobre el sorprendente buen aspecto de la presentadora tras el parto, como es habitual con sus partos, no se hicieron hecho esperar.
Pilar Rubio después de parir/ Yo después de parir. pic.twitter.com/9gQxZTVaKR
— Olalá de fua (@olaladefua) March 26, 2018
Pilar Rubio tiene mejor cara después de parir que yo después de dormir 8 horas.
— Enfermera Saturada 🫀 (@EnfrmraSaturada) March 26, 2018
“¿Te imaginas tener un día normal la cara de Pilar Rubio cuando acaba de dar a luz?”, se preguntaba una usuaria de Twitter. En la foto publicada por la pareja ella aparece peinada, maquillada en tonos suaves, con el niño encima y el jugador aún con el gorro y el traje verdes de acabar de salir del paritorio. Además de la polémica por el hecho de que Sergio Ramos se fuese a jugar un amistoso apenas dos días después del parto –evidenciando las carencias en la corresponsabilidad de los cuidados–, la imagen ha levantado un debate sobre los estereotipos en torno a la maternidad. “Toda imagen está construida con un fin, que es vender un producto. En este caso, la de Pilar Rubio fortalece el estereotipo de la mujer perfecta que ninguna de las mujeres que ven esta imagen es tras parir un hijo o una hija”, explica a S Moda Pilar López Díez, periodista, Doctora en Ciencias de la Información y experta en Comunicación y Género.
Como ocurre con la imagen de mismo corte que compartió Cristiano Ronaldo, también en la cama del hospital, con el gorro y Georgina con cara despejada, crea un determinado efecto en la mayoría de las mujeres que la reciben. Según cuenta López Díez, “causará, en el mejor de los casos, envidia y desazón y en el peor, frustración y tristeza cuando las mujeres comparen esta foto con las que a ellas les hicieron cuando parieron. Se sentirán descontentas consigo mismas y fracasadas porque quisieran ser como Pilar Rubio. Podríamos decir que estas imágenes colaboran en la construcción de mujeres desempoderadas, acomplejadas y, por tanto, no felices”.
Cuando escasas semanas después de dar a luz aparecen las primeras fotos ya con vientres completamente planos, el sentimiento se repite. Lo vimos con Irina Shayk, Malena Costa y, de nuevo, con Georgina Rodríguez. La modelo se saltó la cuarentena recomendada a todas las mujeres para recuperarse y compartió imágenes suyas entrenando apenas ocho días después del parto. “¿Os imagináis que las únicas representaciones de mujeres que acaban de dar a luz fuesen esas? Aquellas mujeres que tuvieran estrías o un poco de barriguita serían miradas con asco”, planteaba Yolanda Domínguez en su charla. “Todo aquello que se ve, está normalizado. Lo que no se ve, produce rechazo”. ¿Quién habla entonces de los cambios hormonales como la ansiedad, la irritabilidad, el cansancio y la depresión posparto que en España padecen el 35,14% de mujeres que dan a luz (según Suavinex)? ¿Quién dice lo mucho que cuesta volver a recuperar la forma física anterior al embarazo?
Muchas mujeres, algunas de ellas famosas que aprovechan su altavoz, están intentando romper el tabú y normalizar la situación. Hablan de sentirse perdidas tras ser madres, como Adele, que en una entrevista con Vanitiy Fair confesaba haber pensado que “había tomado la peor decisión de mi vida”. O Anne Hathaway, que en el programa de Ellen DeGeneres compartía su experiencia al incorporarse al gimnasio siete semanas después de ser madre, donde un monitor le preguntó si estaba intentando perder peso: «Es demasiado pronto para preocuparse por el peso. Solo estoy tratando de recuperar mi fuerza”, respondió ella. La presentadora Tania Llasera es otro ejemplo, casi dos meses después de dar a luz compartía una foto de su barriga en Instagram: “Os seré honesta, así está mi cuerpo hoy, parece que sigo embarazada. Debo ser la única famosa con tripa posparto”.
“Sí, hay que alegrarse de que haya mujeres que apuesten por la naturalidad, pero son la excepción que no construye significados”, apunta Pilar López Díez. La experta subraya que, en definitiva, “lo que interesa es construir modelos de feminidad y masculinidad inalcanzables que sean el señuelo para vender todo tipo de productos a mujeres y hombres obnubilados”.
No solo es una cuestión de la imagen de recuperación tras el parto, es todo el relato alrededor de la maternidad. Volviendo al caso de Georgina, no hay más que asomarse a su Instagram (ya con más de cuatro millones de seguidores) para ver cómo ha cambiado su discurso desde la llegada de los gemelos de Ronaldo. Escenas sobre todo en casa, con los niños, acompañada por otras mujeres que cuidan, rodeada de flores. Un modelo que refuerza la idea de la mujer abnegada y entregada a la casa, al cuidado de hijos y pareja. Ese ‘Ángel del Hogar’ que Virginia Woolf quiso matar ya hace dos siglos.
(Este reportaje se publicó inicialmente en marzo de 2018 y se actualizó el 28 de julio de 2020).
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