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Pasión por lo feo

La sobredosis de buen gusto provoca un revulsivo que ensalza lo poco agraciado. Cada vez son más los que se rebelan contra la dictadura de lo bonito.

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En Instagram, Pinterest, la blogosfera, el kiosko, tu barrio, el hotel que visitas, el café donde meriendas. Ha llegado un momento en el que todo es rematadamente delicioso, divino, mono. Igualmente estiloso en Manchester, Madrid o Marrakech. Un eterno retorno de lámparas noruegas, flores silvestres y cómodas decapadas. 

La marea 2.0, con sus sacas de información, libre circulación y permanente conexión global, ha traído una estética transnacional de carácter uniforme, balsámico y sin espacio a la metedura de pata. Sufrimos una indigestión de buen gusto estándar y carecemos de Almax a mano para aliviarla.

Pero entre las grietas de las paredes pintadas de gris Farrow & Ball están surgiendo rebeldes que cuestionan esta dictadura de lo bonito. Que como Picasso creen que el buen gusto es el enemigo de la creatividad. Uno de ellos es Patrick Dalton, creador del blog Shit London (Londres de mierda): “Me atrae el error humano”, asegura este ex productor radiofónico de la BBC que colecciona discos de portadas de gusto cuestionable. Shit London comenzó una apreciación del cutrerío londinense entre amigos. Hoy recibe tantas fotos de usuarios que anualmente celebra una entrega de premios con varias categorías.  El objetivo de Dalton es ofrecer alternativas a la cultura buenrollista del “me gusta”: “En las redes sociales existe una contienda tácita para competir sobre quién tiene la vida más envidiable”, asegura. “No se entabla una conversación, sólo se trata de admirarse mutuamente. En cambio, una foto fea suscita el diálogo”, añade.

Los documentos gráficos publicados suelen transmitir una mezcla de melancolía, hastío y humor. Dalton pone el límite en la crueldad con otros: “Ya hay demasiada gente mala y criticona en Internet. Sólo retrato a quienes acepten exhibirse”. Actualmente prepara Shit Universe, una versión internacional abierta a la fealdad mundial. Cualquier interesado puede enviarle sus fotos candidatas.

Otro de los reductos de resistencia se encuentra al noroeste de la península, concretamente en tierras gallegas. La asociación de estudiantes de arquitectura Ergosfera se ha embarcado en la misión de defender lo conocido como 'feísmo gallego'. El proyecto surge cuando las autoridades pretenden generar una serie de leyes para acabar con una forma muy particular de construir y aprovechar los recursos, en la que los somieres hacen las veces de cierres, se reutilizan los bidés como maceteros y las fachadas se dejan sin enfoscar. “Las instituciones tienen una perspectiva del siglo XIX”, opina Iago Carro, de Ergosfera. “Normativizar un territorio es controlarlo desde una visión preconcebida para que sea capitalizable como destino turístico. Pero eso no es un territorio, es un parque temático. Galicia nunca será París o Suiza, pero tiene potencial. No se puede dar marcha atrás, tenemos que enamorarnos de lo que hay que es más contemporáneo y beneficioso para el medio ambiente”.

En un panorama color vainilla lo feo puede convertirse en una forma de distinción. Como la que ofrece el gurú del diseño Jim Walrod, “el chulo de mobiliario” de Mike D de los Beastie Boys. Lo suyo es el difícil maridaje de estilos y épocas y las combinaciones cromáticas estridentes. Una propuesta difícil de ver hoy pero con todas las papeletas de ser el chic provenzal del mañana.

En la industria de la moda lo feo también proporciona una rica fuente de inspiración. La próxima temporada viene marcada por un tropel de zapatos monstruosos. Encabezan la tendencia Céline, con sus tacones cubiertos de peluche o con dibujos de dedos del pie y Prada, con unas sandalias japonesas con calcetín incorporado. El influyente blog Man Repeller está dedicado a las prendas difíciles que normalmente ahuyentan el género masculino. También una de las muestras estrella del Met neoyorkino Elsa Schiaparelli and 'Miuccia Prada: Imposible Conversations', incluía una sección denominada 'Ugly chic' centrada en los coqueteos con el mal gusto de ambas diseñadoras.

Cartel de salón de belleza de estética feista.

Jake and Janet Wakstein

Zapatos de la colección primavera-verano 2013 de Prada.

Cordon Press

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