¿Saldrá de aquí el primer vestido que lleve Michelle Obama en caso de reelección?

Jason Wu ha sido uno de los diseñadores de culto de Michelle Obama durante la presente legislatura: suyo es el vestido que eligió Michelle para abrir su primer baile presidencial como inquilina de la Casa Blanca, en enero de 2009, y suyo es el diseño que llevó la Primera Dama en su única portada hasta el momento para Vogue, en marzo de ese mismo año. Tal es su debilidad por las propuestas de este creador, que fue de las primeras en apostar por la línea asequible que creó para Target a principios de 2012, y concretamente en febrero se dejaba fotografiar con un coqueto modelo que no pasaba de los 30 euros. El golpe de efecto fue tal -y Target venía de una desastrosa colaboración con Missoni que no hubo manera de vender- que las prendas se agotaron a las pocas horas.

De todos modos, es muy posible que Michelle tenga que renunciar a estrenar la colección Primavera/Verano 2013 de Wu y cederle el privilegio a todas esas otras celebridades que vinieron después. Y es que el diseñador nacido en Taipéi ha presentado en la pasarela de Nueva York unos diseños demasiado provocativos para la etiqueta que requieren los actos oficiales. La finísima napa y el encaje parecen ser dos de los protagonistas de unas propuestas inspiradas en la obra de Helmut Newton y cuyas sutiles siluetas reloj de arena desvisten espaldas y destapan ombligos. La veterana Carolyn Murphy ha sido la encargada de abrir el desfile. Los shorts o pitillos, de cintura superalta, así como los bodies o guantes de lycra, contrastan con los cuellos cerrados hasta el último botón, las faldas de vuelo y los tirantes, que rozan el concepto arnés visto en BCBG, y sujetan incluso alguno de sus escasos looks de fiesta como pensados para Diane Kruger. Aparte del negro, el blanco, el rosa maquillaje, el azul noche y el color madreselva, los únicos motivos estampados sobre el cuerpo son flores de loto que parecen radiografías.