Miguel Palacio se centra en Hoss Intropia
Sin perder sus señas de identidad, el diseñador evoluciona con la vista puesta en una nueva consumidora.
Totalmente entregado al entramado industrial que le proporciona el matrimonio comercial que contrajo a principio de 2011, Miguel Palacio se desentiende de Miguel Palacio para centrarse en Hoss Intropia y apostar por esas tendencias con las que triunfan aquellas marcas internacionales frente a las que intentan posicionarse.
Sin perder las señas de identidad que le han brindado sus mejores éxitos en solitario, gracias, entre otras, a fieles amigas y clientas de su atelier como Laura Ponte, el diseñador se regala con los complementos para montarle un armario de pies a cabeza, y de la mañana a la noche, a su consumidora.
Con los cinturones fajín -esta vez con borlas o hebillas de motivos marinos- como pivote para ceñir sus blusas de seda con aplicaciones metálicas o sus vestidos en tonos minerales y tinta, de popelín, Palacio presta especial atención a los bolsos, adornados con palmeras o lentejuelas, y zapatos destalonados o tobilleros tipo rejilla.
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