Pasar de ser una segundona de la música a un referente astuto de la moda: cómo Victoria Beckham se salió con la suya
Victoria Beckham acaba de cumplir 46 años. Repasamos cómo un disco en solitario fallido cambió para siempre su vida y la acercó a su verdadera pasión: la moda.
El 1 de octubre de 2001 Victoria Beckham se animó a lanzar su primer álbum en solitario. Y pese a hacerse de rogar, ya que fue la última integrante de las Spice Girls en debutar sin el protectorado de la girl band, no cabe duda de que ese trabajo homónimo fue un sonado fracaso comercial al vender poco más de 50.000 copias en el Reino Unido. Aquellas doce canciones no únicamente sonaban a R&B caduco y de lo más impersonal, sino que, para que se hagan una idea, su primer single, Not Such an Innocent Girl, se las tuvo que ver en las listas de ventas con el todopoderoso Can’t Get You Out of My Head de una por entonces Kylie Minogue en estado de gracia.
La crítica, como era de esperar, se cebó con ella. “Ya se ha demostrado que, a pesar del éxito fenomenal en el pasado de las Spice Girls, las ventas de álbumes en solitario son difíciles de lograr, por lo que es difícil no cuestionar por qué Victoria se ha molestado en hacerlo. Ella debe haber logrado más de lo que ya podría haber soñado (David y Brooklyn pueden sentirse muy orgullosos), pero seguramente su talento sería más valioso en una carrera fuera de la canción. Lo siento Victoria”, llegó a reseñar con muy mala baba Jacqueline Hodges en la BBC. A pesar de ese vapuleo generalizado se sabe que nuestra protagonista entre 2003 y 2004 trabajó en dos discos más, aunque nunca vieron la luz porque su discográfica en ese momento, Telstar Records, terminó quebrando.
Por mucho que duela escribirlo, dentro de la banda siempre fue una mera corista, una segundona a la que apenas le daban versos que cantar. Sin ir más lejos, cuando las Spice Girls volvieron a reunirse en 2007 y 2008 para embarcarse en una gira en la que sí que participaron las cinco integrantes (no como en la del pasado año), se evidenció claramente que Victoria no era más que una caricatura de sí misma. En el show, que recaló en el Madrid Arena el 23 de diciembre de 2007, Geri, Emma, Mel B y Mel C aprovechaban cada noche para al menos interpretar uno de sus temas en solitario. ¿Y qué hacía ella? Pues nada más y nada menos que desfilar por la pasarela del escenario al son de un mashup del Like a Virgin de Madonna y el Supermodel (You Better Work) de RuPaul. No se molestaba en cantar. Y lo mejor es que al público poco le importaba. Siempre ha sido un icono, sí, aunque no precisamente de la música.
En la segunda mitad de los noventa, gracias a ella, millones de mujeres alrededor del mundo se animaron a aparcar hasta nuevo aviso los pantalones y, como mínimo, tener un ajustado minivestido negro de fondo de armario. Y lo mismo puede decirse de otras tantas señas de identidad suyas como los atrevidos estampados de leopardo, la infinidad de cuellos de tortuga y escotes palabra de honor que usó y, obviamente, esas grandes gafas de mosca que en su día fueron retratadas por infinidad de paparazzis con y sin la compañía de su marido, el gurú de la afortunadamente ya extinta metrosexualidad. También cayó en las garras de las mechas, pero afortunadamente prescindió del tinte tan pronto su estilo fue refinándose hasta la versión que conocemos de ella hoy en día. El público conectó de inmediato con Victoria porque, incuestionablemente, su estilo era lo que marcaba la diferencia en la banda.
Simon Fuller, el antiguo mánager de las Spice Girls entre 1996 y 1997, los dos años en que conquistaron el planeta en tiempo récord, confesó en abril de 2016 durante la gala Business Innovation Awards celebrada en Los Ángeles algo que muchas personas sospechaban. “Victoria salió de las Spice Girls, se casó con David Beckham y lanzó su carrera en solitario, pero nunca se sintió a gusto. Incluso en las Spice Girls, a pesar de que se lo pasaba genial estando en el grupo más exitoso del mundo durante dos o tres años, no estaba cómoda. Cantaba bastante bien, bailaba bastante bien, pero nunca se sintió a gusto”, verbalizó. “Cuando las Spice Girls se desintegraron lanzó unas canciones en solitario, pero no era feliz. Me dijo: ‘Simon, no quiero seguir haciendo música, ¿qué crees que debería hacer?’. Fue una de esas ocasiones en las que tienes una revelación. Conocía a Victoria desde los 18 años y su pasión siempre había sido la moda. La llamaban la Spice pija porque siempre vestía los mejores vestidos y sabía de todo sobre moda. Le dije: ‘Deberías trabajar en la moda. Deberías ser diseñadora’”, apostilló el también creador de American Idol.
Victoria no hizo más que confirmar las palabras de Fuller apenas unas semanas más tarde, en mayo de 2016, en una intervención en la que participó en la National Portrait Gallery de Londres. Rememoró que en los conciertos “solían apagarme el micrófono y dejar que las demás cantaran”, así como que “yo era siempre la que amaba la moda y salía beneficiada ya que las chicas solían conseguir siempre ropa gratis porque era de mala calidad, por lo que había mucho presupuesto para que yo tuviera mi vestidito de Gucci”. Aunque lo mejor fue lo que tras ello soltó con mucha guasa: “Tuve la última palabra porque, finalmente, ahora mi micro está bien y realmente encendido”.
Y qué lo diga. Cierto es que en 2004 ya había hecho sus pinitos creando una colección para Rock & Republic llamada VB Rocks y que, tres años más tarde, ideó una serie de prendas denim y de gafas de sol que pudieron adquirirse en exclusiva en la cadena estadounidense Saks Fifth Avenue. No obstante, aquello tan solo fue la semilla para, una vez concluida la ya mencionada gira de retorno a principios de 2008, dedicarse en cuerpo y alma a su soñada marca de moda, que en un principio contó con ella misma, su esposo y el propio Fuller como principales accionistas. “No hago nada a medias. Creo que, si vas a hacer algo, hazlo correctamente. De lo contrario, no tiene sentido hacerlo en absoluto”, comentó con determinación a las páginas de The New York Times en 2010.
No pidió ningún tipo de ayuda a amigos íntimos como Marc Jacobs. De hecho, simplemente se limitó a tejer su propio equipo de confianza para, con gran modestia, presentar su primera colección en el Waldorf Astoria de Nueva York en septiembre de 2008. Desde un primer momento su intención fue construir poco a poco su marca y, asimismo, derribar todos los prejuicios que hasta entonces mucha gente tenía sobre ella. Y vaya si lo ha hecho. En 2011 los British Fashion Awards la condecoraron con el premio a Mejor Marca del Año y, a pesar de las pérdidas económicas que la firma sufre desde los últimos años, nadie puede poner en tela de juicio que Victoria se ha salido con la suya. Apenas nadie le recuerda en estos momentos como la pija de las Spice Girls, sino más bien como una de las diseñadoras más astutas de la industria.
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