Ni de esparto ni ‘piscineras’: las sandalias del verano están hechas de cuerda

Ni chanclas con perlas, ni sandalias con lazo de raso ni palas de ante en tonos pastel. Las sandalias del verano son más sencillas que todo eso. Están hechas de cuerda (que no de esparto) e invaden Instagram desde hace unas semanas. En un año en el que el bolso imprescindible es, sin duda, el capazo de rafia o mimbre, parece de recibo que los materiales naturales, de toda la vida, lleguen también a los pies. La firma que está detrás del modelo que lucen blogueras nacionales como Collage Vintage (casi 900.000 seguidores en Instagram) o internacionales como Negin Mirsalehi (más de 4 millones) se llama Nomadic State of Mind y podríamos decir que es estadounidense. Aunque eso sería simplificar demasiado.

La marca fue fundada en el 69 por Chris Anderson, que empezó a vender sus sandalias hechas a mano en festivales de música en Carolina del Norte. Poco después el diseñador decidió ayudar a una comunidad de Nicaragua con muy pocos recursos enseñándoles a hacer las sandalias. Apostando por el comercio justo, la empresa sigue fabricando a día de hoy en una antigua fabrica de café reconvertida en taller zapatero en el país centroamericano. La cuerda, elaborada con polipropileno reciclado, se fabrica en Estados Unidos. Desde allí va a parar a Nicaragua para transformarse en sandalia en manos de los artesanos y después viaja al mundo entero. Tanto es así que desde 2014, nació en España Nomadic Sandals, la empresa distribuidora oficial de este calzado en nuestro país. «Aún estamos empezando y tenemos unas cifras de venta modestas pero, desde que abrimos hasta hoy, hemos multiplicado por cuatro los pares despachados», confirma Marcel Ustrell a S Moda.

Aunque firmas como Isabel Marant venden modelos que combinan cuerda con otros materiales, la particularidad de estas sandalias es que están hechas en su totalidad con cuerda (también la suela y la parte en la que se apoya el pie). «En España está muy extendido el uso del esparto pero nosotros queremos diferenciarnos con este material. La cuerda de polipropileno hace que sean muy ligeras y que no produzcan rozaduras», aseguran desde la firma. Son 100% veganas y unisex, dos cualidades muy valoradas en la situación actual que atraviesa la moda. «El concepto está pensando tanto para hombres como para mujeres. Es verdad que de momento vendemos mucho más para ellas (un 70% de clientas frente a un 30% de consumidores masculinos) como también lo es que para ellas existen más modelos y colores. Pero hemos detectado que muchas veces despachamos dos pares en la misma venta. Se trata de clientas que compran uno para ellas, y otro para regalar a sus parejas», asegura Ustrell.

Su precio las hace bastante asequibles (casi todos los modelos cuestan 58 euros) y están a la venta online y en algunas tiendas multimarca cuidadosamente seleccionadas. «Aunque la idea original era venderlas en festivales es imposible escapar a las nuevas tecnologías. Además, nuestro crecimiento se debe principalmente a las redes sociales. También queremos estar en espacios físicos pero pocos y muy específicos», cuentan desde la firma. En Madrid, por ejemplo, se pueden comprar en Ancla de Mar y en Barcelona están disponibles en multitud de espacios como Sune by Sueños Negros o Be (en la web es posible consultar el listado completo en toda España).

Si a alguien le preocupa que las sandalias acaben negras por el uso (al final estamos pisando encima de una cuerda de color neutro), la solución es más sencilla que con otro tipo de calzados. «Basta con meterlas en la lavadora y quedan como nuevas», explican. «Si están muy sucias se pueden dejar a remojo con agua y lejía antes de lavarlas a máquina», aconsejan. Eso sí, aunque pueden secarse en la secadora la recomendación es hacerlo al sol para «ahorrar energía». Sí, su filosofía ‘eco’ también se extiende a sus cuidados.

Los modelos best seller son el ‘Mountain Momma’, el ‘JC Cammel’ y el ‘San Juan’, los mismos que no dejan de pulular en las redes sociales. A pesar de que la firma comercializa algunos diseños teñidos en distintos colores, al igual que ocurre con el ‘fenómeno capazo’, la máxima es elegir los de aspecto más natural. Como si acabases de coger una cuerda cualquiera y la hubieses convertido en sandalia con un par de nudos marineros. La prueba de que la naturalidad y las piezas de aspecto orgánico y ‘eco’ no dejan de ganar adeptos, sobre todo, en verano. En Estados Unidos ya existen otras marcas apostando por la fórmula (Gurkee’s, por ejemplo) pero aún tienen por hacer un importante trabajo de marketing: sus webs son demasiado de ‘andar por casa’ para comercializar las sandalias del momento. ¿Cuánto tardaremos en ver la versión sofisticada –y más cara– convertida en objeto de deseo?