Más millones en el banco que años de vida: los niños que se forran en Internet
11 millones de dólares para que un pequeño de seis años pruebe juguetes. Los estilismos de dos amigas sin edad para hacer la comunión seguidos e imitados por cientos de miles. No, los niños prodigio ya no salen del cine.
Shirley Temple y Judy Garland, Joselito y Marisol, las hermanas Olsen, Lindsay Lohan… La figura del niño prodigio es tan vieja como el propio cine y cada época ha contado con los suyas. Algunos trasladaron a la madurez su éxito, otros se reinventaron en disciplinas diferentes y una gran mayoría cayeron en el olvido, retratadas como flores de un día. Todos compartieron las mieles de la fama temprana y más de una experiencia traumática al convertirse en el sustento económico de sus respectivas familias. En nuestro tiempo, y como casi cualquier otro aspecto del trasvase cine-internet, el fenómeno también ha llegado a las plataformas digitales. Estos niños también están solos en casa, como Culkin, pero ahora cuentan con una cámara que retransmite sus travesuras a millones de seguidores.
La revista Forbes publicó recientemente su clasificación anual de los youtubers mejor pagados del año en todo el mundo y la inclusión de uno de sus miembros ha llamado la atención de la prensa como ningún otro. En el puesto octavo un niño de solo seis años, de nombre Ryan, figura como responsable de ingresos de hasta 11 millones de dólares. Su canal Ryan ToysReview, en el que prueba y critica los diferentes juguetes que pueblan el mercado, acumula la friolera de 10 millones de suscriptores. Supera así a los de estrellas como Katy Perry y Justin Bieber. Él es un amigo virtual para niños de todo el mundo y un filón para las empresas jugueteras que han encontrado en Youtube la plataforma perfecta para vender sus productos. Según The Guardian, hasta un quinto de los 100 canales más vistos en YouTube están relacionados con el sector. Antes de cumplir los dos años de edad ya contaba con cinco millones de suscriptores de los vídeos producidos por su madre, que dejó su trabajo de profesora de química para dedicarse a tiempo completo a su hijo.
Ryan repite el mismo modus operandi: desembala el juguete, lo monta y juega con él, expresando de paso sus opiniones sobre el mismo. Aunque su éxito no tiene comparación, la madre se basó en el contenido de otros canales antes de iniciar el suyo. El más veterano –y solo tiene once–, EvanTubeHD, facturaba más de un millón de euros en 2014. Como cualquier otra multinacional, estos pequeños empresarios han empezado a diversificar su modelo de negocio para seducir a más anunciantes y las reviews de productos alimenticios son cada vez más frecuentes. Las hermanas Jill y Adelaide, de diez y ocho años respectivamente, se hicieron un hueco en la plataforma siguiendo esa estrategia: catando y puntuando todo tipo de chucherías. Actualmente superan el millón y medio de suscriptores en su canal babyteeth4. Niños cocinando, haciendo experimentos, convirtiéndose en improvisados superhéroes… las extraescolares de estos infantes en YouTube se adscriben a cualquier actividad imaginable por el espectador.
https://www.youtube.com/watch?v=PbQ0RKISHIw
El mundo de la moda no es ajeno a esta tendencia, pero el seguimiento se ha trasladado a la plataforma favorita del sector: Instagram. Son muchos los jóvenes fashionistas que pueblan la red social, derritiendo los corazones de los usuarios y aumentando las cuentas corrientes de sus progenitores. Olvídate de North West y Blue Ivy, las amigas más estilosas de Instagram se llaman Everleigh y Ava. Las dos, con cuatro años, han conseguido que sus instantáneas sean vistas por más de un millón de seguidores. @foreverandforava, cuenta dirigida por sus respectivas madres, les ha llevado a firmar contratos publicitarios con Guess o Kardashian Kids. Más de dos millones siguen a la rusa de 11 años Kristina Pimenova, bautizada por algunos periodistas como la “niña más guapa del mundo”, y que ha protagonizado campañas de Armani y Dsquared2. Con solo 7, Coco Pink Princess es toda una celebridad en Japón y publicaciones como Vogue y Vice se han hecho eco de sus imágenes.
En el lado masculino, Alonso Mateo es todo un “icono de estilo” para la estilista de estrellas como Beyoncé. El hijo de la estilista e influencer mexicana residente en Estados Unidos Luisa Fernanda Espinosa tiene en su armario piezas de Gucci, Dior, Tom Ford o Dolce & Gabbana y fotografías con celebrities de la talla de Brad Pitt. Su predilección son las gafas de sol Ray-Ban y los trajes hechos a mano, “porque quiere vestir como su padre”. Si como decía otra niña prodigio, la vida es una tómbola, a los progenitores de estos jóvenes les ha tocado el premio gordo. Tardaremos años en saber si a sus hijos también.
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