La inspiradora historia de la primera superheroína transexual
La activista de 20 años Nicole Maines salvará el mundo junto a Supergirl en la cuarta temporada de la serie televisiva.
“Siempre he sabido que era una chica. A lo que aspiro es a someterme a una cirugía para tener la apariencia física femenina que se corresponda con la imagen que tengo de mí misma”. Con solo 14 años, Nicole decidió explicarle a todo Estados Unidos por qué quería borrar su nombre de pila –Wyatt– del libro de familia. Lo hizo en las páginas del Boston Globe en 2011, acompañada de sus padres adoptivos y de su hermano gemelo Jonas. Las palabras resonaron en los medios de comunicación durante varios días, escandalizando a buena parte de la sociedad estadounidense más conservadora. Políticos de toda ideología, educadores, portavoces de asociaciones ofendidas y alguna celebridad que otra pisaron los platós para dar su opinión sobre si la precoz voluntad de la niña debía, o no, ser atendida. Como sucede con la abrumadora mayoría de escándalos que salen a luz pública, el debate duró lo que tardó en surgir el siguiente y Nicole continuó con su camino convirtiéndose en una de las principales activistas trans del país. Ahora, cumplidos los 20 años, la joven vuelve a los titulares marcando otro hito: dará vida a la primera superheroína transexual de la televisión.
La mediática feria Comic-Con de San Diego fue el escenario de presentación de una noticia que supone un antes y un después para los intérpretes transexuales en Hollywood. Nicole Maines, que apenas cuenta con un par de pequeños papeles como actriz de ficción, se enfrentará a su primer personaje regular como Nia Nal en la cuarta temporada de la serie basada en los cómics de DC. La descripción facilitada por los responsables de Supergirl la definen como «una joven transgénero con un feroz espíritu de protección por los demás”, cuyo viaje la llevará a convertirse en la superheroína Dreamer. “Tiene el impulso de luchar contra la discriminación y el odio. Es la superheroína que necesitamos ahora mismo”, argumentó Maines.
La lucha contra la discriminación y el odio es algo que conoce muy bien su álter ego en la vida real. En 2007, el abuelo de una de sus compañeras de colegio se quejó a la dirección de que se le permitiese acceder al baño de chicas, provocando que el centro forzara a la joven a usar los lavabos de empleados. Sus padres llevaron la medida ante los tribunales por “discriminatoria” y siete años después un juzgado emitía una sentencia histórica al confirmar que se habían violado los derechos humanos de Nicole Maines. El dictamen creó jurisprudencia obligando al centro escolar a permitir el acceso de cualquier estudiante trans al lavabo que sea más acorde con su identidad.
“Le dijimos a nuestros hijos que no se puede provocar el cambio si no se está involucrado”, sostiene Wayne Maine, padre de Nicole, un veterano de las fuerzas aéreas, republicano, y que vio como el amor por su hija era más fuerte que cualquier ideología. Dos años después del episodio judicial, la escritora ganadora del premio Pulitzer Amy Ellis Nutt trasladó su inspiradora historia hasta las páginas de papel en Becoming Nicole: The transformation of an american family (Convirtiéndose en Nicole: La transformación de una familia americana). El libro fue todo un best-seller, calificado como uno de los diez mejores del año para The New York Times o la revista People. “El viaje de esta familia no solo no la destruyó, sino que la unió mucho más”, escribe la autora, que documentó durante cuatro años el día a día de los Maines.
La cadena HBO también se hizo eco del histórico camino de la estudiante y contó su historia en The Trans List. El documental estrenado en 2016 narraba las experiencias de once transexuales en Estados Unidos, en el que también aparecían celebrities como Caitlyn Jenner o la actriz de Orange Is The New Black Laverne Cox. En los últimos días, Hollywood ha vivido una amarga polémica tras el abandono de Scarlett Johansson del personaje transexual Dante Tex Gill en la película Rub & Tug a raíz de las críticas de la comunidad trans. Actrices como Tryce Lysette, conocida por su papel en Transparent, o la propia Nicole Maines, cuestionaron la idoneidad de que la mayoría de roles de transexuales en la ficción fueran interpretados por actores que no lo son, con Jeffrey Tambor, Jared Leto o Felicity Huffman como ejemplos recientes premiados. La renuncia de Johansson provocó un gran debate que, en palabras de la propia estrella, “ha permitido ahondar en la cuestión de la diversidad en las películas”.
El responsable de la adición de Nicole Maines a Supergirl es Greg Berlanti, una de las mentes creativas más celebradas de la industria del entretenimiento estadounidense y artífice directo del incremento del número de papeles para la comunidad LGTBI en cine y televisión. Este mismo año ha dirigido el filme Con amor, Simon, la primera película auspiciada por un gran estudio de Hollywood sobre un romance gay adolescente y que ha trascendido hasta erigirse como un fenómeno generacional, con celebrities como Neil Patrick Harris, Kristen Bell o Matt Bommer alquilando salas para que los jóvenes pudieran verla de manera gratuita.
La industria televisiva generalista da así un paso más en la representación de la diversidad. A la noticia de la primera superheroína transexual se le suman en los últimos días la preproducción de una serie sobre Batwoman, la primera protagonista lesbiana en un proyecto de este taquillero género; o la adaptación a la pantalla grande de Faith, tebeo que cuenta la historia de una veinteañera de talla grande con la telequinesia como poder. Las superheroínas por fin están salvando el mundo.
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