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Fallece Jean-Louis David, el peluquero que se hizo multimillonario con el corte a capas

Fue pionero en abrir su propia franquicia de salones de belleza, en divulgar sus trucos de profesional y en dar libertad a los peinados de sus clientas.

jean louis david
Instagram/jeanlouisdavidfr

El emblemático peluquero francés Jean-Louis David ha fallecido a los 85 años en Suiza, donde vivía desde 2002, tras una larga enfermedad.

Sus salones, presentes en casi todas las ciudades del mundo (deja un legado de 1.000 centros de belleza en 15 países; en España tiene 110), reflejan una de las ideas de negocio en las que fue pionero: el lanzamiento de un sistema de franquicias.

Nacido en una familia de peluqueros de Grasse, Jean-Louis David abrió su primer salón en 1961 en París, once años después de haber debutado en el oficio y haberse abierto su propio camino en esa época dorada en la que los estilistas eran como artistas. Peinó a un sinfín de estrellas del séptimo arte y celebridades –como Kim Novak o Estefanía de Mónaco– gracias a su trabajo en el centro de belleza del propietario de la revista de cine Cinémonde. Pero además inventó el corte escalonado-degradado y, a partir de 1976, consiguió la ansiada expansión internacional y el lanzamiento de una gama propia de productos capilares.

Él mismo se encargó, como ha contado en multitud de ocasiones, del diseño de sus salones, las fotografías de sus catálogos o la producción de los vídeos con los que publicitaba su marca. “Era visionario, vanguardista, creador y un destacado hombre de negocios que ha marcado el mundo de la peluquería”, han declarado desde Grupo Provallianceel, propietario de su marca. Y no solo lo hizo con su forma de peinar, sino también rompiendo con las férreas tradiciones de la industria con la divulgación de sus secretos y trucos como peluquero.

Pero la verdadera clave de su éxito fue, sin duda, el atrevimiento en aquella época de querer dar a las mujeres un poco más de libertad: «Yo no soy un artista, soy un buscador que quiere responder a los deseos de sus clientas», confesó a El País: luchó contra los peinados tradicionales que impedían a la mujer cambiar su aspecto y jugar con sus looks. Consiguió personalizar los cortes de cabello aportándoles movimientos y carácter como nadie antes lo había hecho, dando como resultado peinados estructurados y naturales, cambiando el secado con rulos y cascos por el brushing con secador de mano. Con el corte escalonado a capas que le llevó a la fama, brindó por primera vez a las clientas la posibilidad de arreglar ellas mismas sus cabellos.

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