¿Es ‘Moonlight’ la mejor película del año?
The New York Times la ha calificado de «obra maestra» y de ser «la razón por la que vamos al cine». Ésta es la película de la no dejaremos de hablar los próximos meses.
Repetimos: “¿Es Moonlight la mejor película del año?”. Esta parece ser la pregunta más insistente en los mentideros cinéfilos de Estados Unidos. Es la cuestión que también plantea The New York Times y cuyo crítico, el implacable A.O. Scott, parece responder afirmando que “nunca ha visto nada igual”. “Obra maestra”, “transformará vidas”, “logro histórico” o “es la razón por la que vamos al cine” son otros de los tremendos halagos de una crítica que ya parece haberse posicionado en lo que a su favorita para la temporada de premios se refiere. Así lo refuta su nota media en webs como Metacritic y Rotten Tomatoes, que recopilan todas las puntuaciones dadas a una película. Su 99 sobre 100 actual es la mejor nota global desde el estreno de Boyhood. Como en el filme de Linklater, cuenta el crecimiento de un joven desde la infancia hasta la madurez. Pero ahí acaban las similitudes porque Moonlight es un drama lírico sobre el reconocimiento de la homosexualidad en un entorno conflictivo, el acoso escolar y las familias rotas por las drogas. Mientras que Boyhood fluye sin grandes sobresaltos, esta cuenta con numerosos giros y sorpresas. Desmarcándose en los últimos días como favorita en las quinielas de los Oscar, veremos si la mejor sorpresa todavía está por llegar.
Moonlight es la adaptación de la obra de teatro de Tarell Alvin McCraney, y su título hace referencia a un dicho que afirma que los chicos negros parecen azules bajo la luz de la luna. Aunque no está basada en ninguna historia concreta, las experiencias del dramaturgo y del director de la película, Barry Jenkins, sí están presentes en el filme. Tanto es así que el cineasta declaró a Los Angeles Times que todavía no se la había proyectado a su propia madre: “No se trata de cuándo esté preparado para enseñársela, sino de cuándo ella estará preparada para verla”. Los dos crecieron al mismo tiempo en el barrio marginal Liberty Square de Miami, localización en la que han rodado varias escenas de la película. Ambos tenían madres drogadictas pero con diferente suerte. Mientras que la de Jenkins logró sobrevivir, la de McCraney no. El dramaturgo es homosexual y, en otro paralelismo con el protagonista, también fue rescatado por un traficante. Moonlight se estrenó el pasado octubre en Estados Unidos con una gran recepción entre el público después de su triunfo en los festivales de Telluride y Toronto, donde tuvieron que habilitar más proyecciones debido a la demanda. En España todavía se desconoce la fecha de estreno.
A pesar del apoyo de la crítica, Jenkins declaró haber recibido insultos en Twitter acusándole de realizar una película que amenaza la masculinidad afroamericana. Y precisamente es ese estereotipo machista el que quiere desterrar a través de tres actos. En la primera parte conocemos a Little (Alex R. Hibbert), el niño que, conviviendo con una madre adicta y siendo acosado por sus compañeros, entabla amistad con un traficante interpretado por Mahershala Ali, el actor más famoso del reparto gracias a su papel en House of Cards. Como adolescente (Ashton Sanders), conoce a Kevin, el protagonista de una amistad que evoluciona en un amor romántico y sexual obstaculizado por un ambiente violento. En el tramo final, se le conoce por otro apodo, Black (Trevante Rhodes). Aunque ahora cuenta con un físico musculado que impone respeto a su alrededor, su interior no es menos confuso ni retraído, sobre todo, cuando vuelve a encontrarse con su antiguo amor. La película supone una ruptura con el arquetipo de personaje afroamericano que solemos ver en el cine. “Cuando creces, te dicen que siendo un hombre negro tienes que ser mejor que tus colegas. Tienes que ser fuerte, masculino y la fuerza más dominante en la habitación siempre. Así que automáticamente te bloqueas y no piensas que sea posible mostrar ningún tipo de vulnerabilidad en ti”, afirma a The Guardian Trevante Rhodes, cuya interpretación ha sido calificada de “asombrosa e impresionante” por la –inesperada– crítica de cine, Madonna.
Las posibilidades para que Moonlight se cuele en las galas de premios se multiplican este año. Después de la polémica por la predominancia de nominados blancos en los Oscar del año pasado y la inclusión de un 40% de nuevos académicos (mujeres y hombres de color), los expertos predicen unos galardones más diversos que en anteriores ediciones. Tres parecen ser las películas afroamericanas con más posibilidades. La primera en hacer ruido fue el drama sobre la esclavitud The Birth of a Nation, sensación en el Festival de Sundance que consiguió el récord de venta de derechos del festival (17 millones de dólares). Sin embargo, la polémica en torno a un caso de violación de su director y protagonista, Nate Parker, ha frenado su proyección. En su época universitaria, Parker fue acusado de violar a una estudiante. Pese a que en el juicio salió absuelto, la supuesta víctima se quitó la vida en 2012 y las confusas explicaciones del director han hecho perder fuelle al filme. La otra gran rival es Fences, basada en la obra de teatro ganadora de un Pulitzer, que supone la vuelta a la dirección de Denzel Washington después de una década. Junto a Viola Davis lidera el reparto del filme que cuenta los obstáculos de un padre en los años 50 para sacar adelante a su familia y combatir los prejuicios raciales. Su estreno en Estados Unidos está programado para el simbólico día de Navidad y parece tener un lugar asegurado en el Dolby Theatre.
Moonlight es la primera película que produce A24, distribuidora independiente que está convirtiéndose en un actor de peso en la industria cinematográfica con apenas cuatro años de vida. En ese tiempo han movido filmes como The Bling Ring de Sofia Coppola, la cinta de terror The Witch o El año más violento, protagonizada por Oscar Isaac y Jessica Chastain. En la pasada gala de los Oscar, A24 consiguió el mayor reconocimiento hasta ahora gracias a las estatuillas para el documental Amy (sobre Amy Winehouse), la cinta de ciencia ficción Ex Machina y una de las grandes revelaciones de 2015, La habitación. Brie Larson logró llevarse el premio a la mejor actriz del año. En esta edición, podría llegar la consagración definitiva con Moonlight como cabeza de cartel. Otro buen augurio para el filme es que otra de sus productoras es Plan B, financiada por Brad Pitt, que en los últimos años ha dominado la gala con filmes como La gran apuesta y 12 años de esclavitud. Si repite la suerte de esta última, Moonlight podría convertir los Oscar en #SoBlack. La denominada como “mejor película del año” bien lo merecería.
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