Molly Bair, la modelo ‘alienígena’ que se rifan los diseñadores
En el colegio la llamaban «rata» o «alien». Ahora la solicitan las mejores marcas y con solo 17 años (y mucha actitud) se ha subido a la pasarela para Chanel, Dior o Balenciaga.
Si Alessandra Ambrosio decidió operarse las orejas de soplillo porque “quería ser modelo”, Molly Bair (Estados Unidos, 1998) ha conseguido hacer de sus facciones prominentes su mejor baza para triunfar en la moda. Sus afilados rasgos, que le valieron en el colegio los apodos de “rata”, “alien” o “mantis religiosa”, son los mismos que ahora se disputan las mejores firmas en sus desfiles y campañas.
Su corta trayectoria solo comprende ocho meses, desde julio de 2014 hasta hoy. Un cazatalentos de la conocida agencia The Society Management la descubrió el pasado verano mientras hacía unas compras en un mercadillo. Dos meses después estaba subida en la pasarela por primera vez. Debutó en Nueva York con Proenza Schouler. En Milán fue una de las elegidas por Miuccia Prada y en París contaron con ella Loewe, Dior, Giambattista Valli y Chanel. Desde entonces todas las miradas se posaron sobre su cabello rubio y su belleza atípica. Karl Lagerfeld la convirtió en la estrella de su desfile de Alta Costura (cerró el show, ataviada con un espectacular vestido de novia), Coach la fichó en su campaña para esta temporada (esa en la que todas las modelos llevan el pelo sucio) y las revistas se la empezaron a rifar. En menos de un año se ha marcado dos editoriales para Vogue Italia, otro para Love Magazine y un par más para W Magazine, por citar algunos ejemplos.
Las recientes semanas de la moda confirmaron que ha llegado para quedarse. Bair viajó de Nueva York a París, haciendo parada en Londres y Milán para formar parte de los castings más codiciados. Alexander Wang, Marc Jacobs, Gucci, Prada, Fendi, Giambattista Valli, Chanel, Alexander McQueen… y así hasta un total de 32 marcas. Los popes de la industria no le quitan el ojo de encima y ya ha posado para los objetivos de reputados fotógrafos como Steve Meisel o Steven Klein. No está nada mal para una chica que hasta hace unos meses pasaba las tardes jugando al tenis en los suburbios de Filadelfia y se sentía poco agraciada por culpa de las burlas de sus compañeros de instituto. “Nunca pensé que una chica que pasó la mayor parte de su infancia siendo uniceja, llevando gafas y camisetas de Yoda podría acabar en el Vogue italiano”, declaró a CNN en una entrevista.
Bair presentando las colecciones primavera-verano 2015 de Dior, Proenza Schouler, Chanel y Prada.
InDigital
La modelo (camuflada bajo un gran sombrero blanco) fue la encargada de cerrar el desfile de Alta Costura Primavera 2015 de Chanel.
InDigital
Son precisamente esas facciones las que han conquistado a la industria y las que inspiran artículos en los principales medios especializado que, bajo titulares como Model proves gawky Can Be Gorgeous o Alienesque is the New Modelesque, ensalzan su aire desgarbado y su rostro “alienígena”. La personalidad de su físico y su actitud irreverente hacen que muchos vean en ella a una nueva Cara Delevingne. Tienen las cejas igual de pobladas, un tono de pelo idéntico y el mismo talante descarado. Para Bair, una mueca sacando la lengua es mejor que una sonrisa, el backstage es un lugar perfecto para hacer el gamberro y no hay nada de malo en enseñar a sus más de 20.000 seguidores de Instagram que sabe comer sin necesidad de utilizar cubiertos.
Todo muy Delevingne aunque ella se lleve mejor con otra de las modelos del momento: Kendall Jenner. En las última semanas de la moda, coincidieron en varios desfiles y parece que hicieron migas. Poco antes del show de Giles en Londres, Bair compartía en su Instagram una divertida foto en la que posaban bromeando. Las redes sociales ya las han apodado como #MollandDall y parece que Bair es uno de los principales apoyos de la hermanastra de Kim Kardashian, que no es precisamente muy querida por sus compañeras de profesión.
A la izquierda, Molly Bair ‘dándolo todo’ en el ‘backstage’ de Valli. A la derecha, posando antes de su último desfile para Chanel.
Imaxtree/Getty
Hace unos días, sobre la pasarela de Chanel, Balenciaga, Prada y Gucci.
InDigital
Aunque, de momento, su popularidad no supere ni la de Delevingne ni la de Kendall, Molly Bair es a sus 17 años el nuevo nombre que hay que conocer, el último ejemplo que confirma que la moda comienza a apreciar la frescura de ser diferente. La propia Bair lo sabe: “Creo que ser modelo me ha abierto los ojos respecto a la belleza en general. Pienso que la belleza real proviene de lo único. Tenemos que dejar de pensar que todos tenemos que tener la piel o las pestañas perfectas. Ser feliz y estar seguro de uno mismo es genial”.
Moly Bair, uno de los nombres por los que apuesta Coach en sus imágenes de Steven Meisel para esta primavera.
Coach
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