_
_
_
_

¿Sufres de ‘FOBU’, el miedo a romper con tu pareja?

¿Por qué cuesta tanto pasar página sentimentalmente? La tecnología ofrece recursos y nuevas apps prometen facilitar el mal trago, aunque los expertos recomiendan tener arrestos y dar la cara.

Romper con tu pareja
Cordon Press

La vida en pareja está llena de desafíos: alcanzar juntos el orgasmo, conseguir poner en practica la técnica del beso de Singapur, llegar a un acuerdo sobre el estilismo del vello genital de ambos miembros; o decidir, en consenso y civilizadamente, en qué momento del año se prescinde del edredón y se pasa directamente a la sábana, puesto que las colchas, según dicen, ya no están de moda.

Pero el reto más grande de todos es el de ponerle punto y final a la relación, reconocer que la empresa ya no produce beneficios y declarar el ERE. Algo tan doloroso, difícil, complicado y trascendente que los anglosajones han pasado a denominarlo con siglas, como acostumbran a hacer con los asuntos cruciales y de estado. El FOBU o el fear of breaking up –el miedo a romper- se vislumbra como un trastorno que crece, se extiende entre todas las capas de la sociedad y no hace distinciones de género ni edad, aunque se sospecha que los millennials –esa generación amamantada con las redes sociales– cuentan con un gen que los hace más vulnerables a este virus.

Los que somos más viejos recordamos todavía la cara que se le pone a alguien cuando se le da una mala noticia, pero los jóvenes han podido evitar este mal trago. De hecho, uno ya puede tener amigos que jamás ha visto ni verá en Facebook, y parejas a las que no le ha tocado ni un pelo si las ha conocido en Tinder, ha chateado con ellas por Messenger, les ha enviado fotos y vídeos guarros por WhatsApp y, cuando la erótica digital no ha dado ya para más, les ha dado el finiquito –en este caso si que puede ser por diferido– con alguna de las aplicaciones existentes para mandar a freír espárragos al otro. Sí, las redes sociales nos han hecho cobardes y puede que, de seguir así, contribuyan al atrofie genético de nuestra facultad de emitir sonidos y formar con ellos palabras.

Claro que la tentación es muy grande y si la tecnología existe es, como nos prometieron, para desembarazarnos de las tareas pesadas. Por eso hay todo un abanico de ofertas a la hora de romper limpia y digitalmente. Probablemente, lo más difícil de todo este agónico proceso es llegar a tomar la determinación de acabar. Las dudas nos corroen y los amigos se dividen entre los que nos dibujan un futuro prometedor, una vez nos hayamos desecho de este peso muerto; y los que nos describen el apocalipsis, si cometemos el error de abandonar al que nos hace ya la vida insoportable. Para los indecisos ha nacido The Boyfriend Log, una app orientada a mujeres en la que poder comprobar el estado de salud de la relación mediante un calendario de vicisitudes del día a día, asociadas a colores. Al cabo de un tiempo, este diario revelará a su usuaria si su actual pareja parece estar diseñada para ser su media naranja o si lo mejor es romper.

Si el resultado del examen es un suspenso, The Breakup Shop se encarga de hacer el trabajo sucio: comunicar a la otra persona el final de la relación de la manera que el cliente considere oportuna y previo pago de una cuota. Puede ser por SMS, correo electrónico, carta manuscrita o llamada de teléfono y, para suavizar el disgusto, se pueden enviar regalos que van desde un simple ramo de flores a una tarjeta con olor a mierda. BreakupText, se centra más en pasar página mediante la escritura de mensajes. Para evitar las incómodas explicaciones y respuestas a innumerables preguntas, esta aplicación te hace un perfil de tu relación, tu ex y el motivo de la ruptura y ella misma va generando mensajes, de forma automática, en los que explica las razones para el punto y final, busca excusas y hasta hace algún chiste que otro, por eso de quitar hierro al asunto.

El paso posterior a eliminar a tu pareja de tu vida, es hacerlo del mundo digital. Para eso se ha creado KillSwitch, que borra todo rastro de él o ella en Internet, ya que va un paso más allá del bloqueo en las redes sociales y elimina, sin que el otro se de cuenta, todo su pasado en Facebook, imágenes, vídeos, comentarios y actualizaciones. Para seguir un orden cronológico y evitar los arrebatos de reconciliación tras una noche alcohólica, DrunkBlocker bloquea durante un tiempo la comunicación con tu ex y evita el penoso ejercicio de arrastrarse pidiendo perdón.

La distancia física y la emocional conjugan juntas en las separaciones. (Fotograma de ‘Separados’).
La distancia física y la emocional conjugan juntas en las separaciones. (Fotograma de ‘Separados’).Cordon Press

Vencer el miedo y dar la cara

Como comentaba Tracey Steinberg, coach de parejas en Manhattan, en un artículo de The Date Report, “la cura para el FOBU es cultivar un set de pelotas u ovarios, según corresponda. Nadie se hace un favor a sí mismo permaneciendo junto a alguien que no es el indicado. La gente se merece tener relaciones que sean divertidas, que les hagan sentirse bien y parejas que les exciten. Si no es así, hay que romper y disfrutar de la libertad de volver a estar disponible para nuevas e interesantes opciones”.

Reunir el set del que habla Steinberg le costó a Belén –39 años, Valladolid– bastante tiempo. Con la perspectiva de la distancia ella compara ahora ese proceso a la larga agonía de una enfermedad degenerativa y mortal. “Cuando llevas tanto tiempo con alguien, en mi caso 15 años, romper con tu pareja significa rediseñar tu vida de arriba abajo. Tienes que buscar piso, comprar todo otra vez, cambiar de amistades, de hábitos de vida, rutinas. Yo creo que eso fue lo que nos llevó a aplazar el momento, tanto a él como a mí. El motivo de nuestra ruptura no fue un tercero/a, sino el aburrimiento. Primero dejas de tener sexo y luego todo se va convirtiendo en un conflicto y motivo de discusión, hasta las cosas más pequeñas. En nuestro caso, yo tomé la decisión de irme tras hablar con una psicóloga. Sola nunca hubiera podido. Me daba mucho miedo mi precaria situación económica y la opción de volver a casa de la madre, en mi caso, era inviable ya que mis padres habían fallecido. Finalmente me fui a vivir con una compañera de trabajo separada, a la que le sobraba una habitación”.

«Cuando llevas tanto tiempo con alguien romper con tu pareja significa rediseñar tu vida de arriba abajo.»

Según Iván Rotella, sexólogo, director de Astursex, un centro de atención sexológica en Avilés, y miembro de La Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS), “el estrés y la tristeza que provoca una separación de pareja puede estar, según los casos, al mismo nivel que el de la muerte de un ser querido. No es extraño, entonces, que la gente aplace lo más posible este penoso trámite, auto engañándose con la tesis de que es una crisis pasajera”.

Existen mil y una razones para seguir con alguien con el que, en el fondo, sabemos que ya no queremos estar. Rotella apunta que “en las parejas jóvenes, los hijos y las circunstancias económicas son los principales motivos para el inmovilismo”. La crisis, las hipotecas y los salarios basura son las bases de los nuevas “uniones de conveniencia” –y, sin duda, de muchos malos tratos– que proliferan por el mundo y el territorio español. Casos con los que también tienen que bregar los terapeutas. “Nuestro papel, cuando una pareja viene a la consulta con problemas, es ayudarles a solucionarlos”, cuenta este sexólogo. “Yo siempre digo que hay esperanza si existen tres factores: se quieren, se desean y se respetan. Pero si la relación ya no es posible, hay que diseñarles un modelo de ruptura que se adapte a sus circunstancias. Cada vez hay más casos de parejas con pocos recursos económicos que no pueden irse a vivir cada uno por su cuenta, que sería lo ideal. Entonces planeamos un modelo de convivencia en el que se respeten y se ayuden, sin hacerse daño, y pasen de ser pareja a compañeros de piso. Algo que puede conseguirse si no ha habido infidelidades y ninguno de los dos se siente especialmente traicionado por el otro”. Una opción que también puede ser válida para matrimonios ya mayores, acostumbrados a una rutina y un equilibrio que les compensa. Personas que carecen ya de la energía para poner en marcha el eslogan de Ikea, ‘rediseña tu vida’, y se conforman con cambiar las fundas de los cojines o las cortinas.

«Hay esperanza si existen tres factores: se quieren, se desean y se respetan.»

En cualquier caso, tanto si se cambia de escenario como si no, es importante a juicio de Rotella, romper civilizadamente, evitar los reproches, que no conducen a nada, y no pasar del amor al odio. “Quedar como amigos, aunque se pase por un periodo de distanciamiento, es lo más inteligente. Hemos compartido muchas cosas con una persona, llegado a un acercamiento muy profundo y sería un desperdicio tirar esa relación y esa experiencia a la basura”, cuenta Iván.

Para afrontar el periodo de duelo, que este terapeuta pronostica con una duración de seis meses –olvidar ya es otra cosa-, hay que “ocupar la agenda, recuperar antiguos amigos, apuntarse a actividades que nos proporcionen nuevos contactos, trabajar mucho, viajar… Hacer todo aquello que te impida darle vueltas a la cabeza. Hay dos grandes malentendidos en este asunto: el concepto del amor-fusión. Es decir, me enamoro y pierdo mi propia identidad, que se funde en la del otro, y la adicción al enamoramiento. Aquellos que pretenden lo imposible, disfrutar de esta transitoria sensación durante toda su vida” afirma este experto.

En cuanto al uso de las ‘apps-patada en el culo’, Ivan Rotella se muestra tajante, “es la parte mala de la tecnología, la que nos deshumaniza, y son una falta de respeto hacia la persona con la que se ha estado. Pero los más jóvenes tienden a utilizarlas. Yo creo que más que a simplificar, contribuyen a crear más malentendidos, ya que la intencionalidad con la que se dice algo se pierde en un mensaje de texto”.

Un conocido que se dedica a ligar por Internet me cuenta, molesto, como las chicas, con las que tiene relaciones muy poco duraderas, le dan el carpetazo vía WhatsApp. Yo le insto a que escriba sus andanzas y las titule Un caballero en la corte de las nuevas tecnologías.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_