Silvia Calderoni lleva al Matadero el conflico de género
La ‘performer’ italiana representa en Naves Matadero ‘MDLSX’, una reflexión sobre género e identidad inspirada en el pulitzer Jeffrey Eugenides.
Aunque responde al nombre de Silvia Calderoni, no considera importantes las distinciones de género. Hay quien la llama Cal, como a Calíope, hermafrodita protagonista de Middlesex, novela que le valió el Premio Pulitzer a Jeffrey Eugenides. «Cuando me la regalaron cubrí la portada con pintura blanca para deshacerme de la imagen impresa. Solo quería papel y palabras. En un vuelo a Nueva York devoré casi la mitad. La otra mitad me devoró a mí», recuerda la artista. Esa obra inspiró a Enrico Casagrande y Daniela Nicolò –fundadores de la compañía italiana Motus– para crear MDLSX, una pieza con una sola protagonista, Calderoni, que combina durante 80 minutos danza, performance e interpretación al ritmo marcado por Vampire Weekend, Placebo o The Smiths. Del 2 al 4 de junio este espectáculo híbrido llega a Naves Matadero.
¿El teatro debe arriesgar, salir de la norma?
Creo que el teatro solo tiene una regla: que tenga un público. Lo que pasa antes, durante y después es a discreción de quien lo hace; puede gustar o no, crear discusión o pasar inadvertido. Y montar en escena cosas fuera de la regla no siempre es sinónimo de tomar riesgos.
En la obra hay fragmentos de filósofos como Judith Butler y Paul B. Preciado, expertos en feminismo y teoría queer, ¿por qué?
Porque sus textos respecto al debate contemporáneo de lo queer son los que hemos sentido más semejantes a nuestro concepto. Daniela quiso trabajar el texto desde distintos frentes, no solo el narrativo, también el filosófico y el poético.
¿Las etiquetas de género ya no tienen sentido?
Desgraciadamente, las etiquetas seguirán teniendo sentido mientras eso sea un límite para algo o para alguien. A mí me gusta vestirme y travestirme, a veces de manera más excéntrica y otras de forma más contenida. Como hombre, mujer, árbol o sirena. Algunas veces tengo ganas de sumergirme en el armario y que decida él. Otras, me obsesiono por un detalle y construyo un mundo a su alrededor.
La novela se publicó en 2002, ¿cree que rompió un tabú?
Probablemente en algunos países el tabú ya no existe. En otros, el debate sigue encendido. Y en unos, desgraciadamente, el tabú nace ahora. Imagínate lo rompedor que podría ser si fuera traducido y difundido en Irán, donde la homosexualidad todavía conlleva la pena de muerte. Los libros per se no existen, comienzan a hacerlo en el momento en que se leen. Son una conexión entre tinta y lector, por eso no llevan ninguna fecha de caducidad impresa en la última página.
Se trata de un monólogo, está usted sola en el escenario. ¿Es difícil desnudarse, física y emocionalmente, ante la audiencia?
Hay días en los que puede ser muy difícil incluso levantarse de la cama. Otros en los que abres los ojos y pocos minutos después ya estás en la calle llena de energía. Por mucho que nos entrenemos para controlarlas, las emociones nos pueden sorprender siempre. Son animales salvajes que intentamos domesticar. Sobre el escenario, sin embargo, les pedimos el despertar de su alma salvaje, las fustigamos para que den saltos mortales y pasen por aros de fuego. Los performers son buenos domadores de sus emociones.
¿Qué papel juega la música en sus proyectos? Tanto La leyenda de Kaspar Hauser como MDLSX prestan mucha atención a sus bandas sonoras.
Cuando vas conduciendo sola, enciendes la radio y por casualidad suena algo épico, por ejemplo Calexico, de repente todo cobra sentido. La música te mete en el paisaje y en esos momentos es cuando eres más lúcido. La música puede fecundar ideas.
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