Las modelos españolas que han triunfado en la Alta Costura

A María Forqué, además de por ser la hija de la actriz Veroniqué Forqué y Manuel Iborra, el pueblo llano la recordará por aparecer en la controvertida campaña de Loewe que en 2012 se convirtió en la primera estrategia publicitaria de moda española de índole viral. Bajo la estrategia creativa de Luis Venegas, ella aparecía junto a Martin Rivas, las sobrinas de Ana Belén, Sita Abellán o la arpista María Rosenfeldt, hija de la fotógrafa Ouka Leele, entre otros jóvenes de la modernidad patria que popularizaron (para bien o para mal) aquello de «estar enamorado es súperguay«. Han pasado más de cuatro años desde aquel comentado anuncio y Forqué se ha convertido en una performancer transgresora (con casi treinta mil seguidores en Instagram) con residencia en Nueva York. Artista multidisciplinar, lo mismo pinta que actúa o protagoniza una provocadora instalación bañada de sangre «como metáfora del sufrimiento femenino».

Esta semana ha vuelto a los flashes. Esta vez, por ser una de las protagonistas del desfile de Vetements en la Alta Costura de París. La polémica firma liderada por Demna Gvasalia –también director creativo de Balenciaga– la ha elegido para formar parte del casting de una colección dedicada a los estereotipos o lo que el creativo describe como «los uniformes sociales»: desde la señorona de Milán que no sale de su casa sin su abrigo de pieles, al militar de las Naciones Unidas o un turista alemán con un abrigo de plástico. Forqué, en su caso, vistió un vaquero convertido en bota y un plumas XXL acharolado, con unas insesparables lentillas felinas/alienígenas, que sí son de cosecha propia de la artista.

Forqué se suma esporádicamente a los dos nombres que han conseguido hacerse un hueco en las semanas de la moda, pese a no estar en la liga de las instamodelos –como las Hadid o Kendall Jenner–, y no fallan desde hace un par de años. Tampoco lo han hecho en la Alta Costura parisina.

Todos quieren a Blanca Padilla

Se dio a conocer a gran escala por participar en el fastuoso desfile de Victoria’s Secret de 2014. Esta madrileña que fue cazada en la estación de metro de Plaza España por una agencia de modelos, consiguió alzarse con el premio L’Oreal a la mejor modelo en la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid y desde entonces no ha parado. Fichó por la agencia Next Models, se mudó a Nueva York y ha focalizado su carrera en el trabajo de pasarela, aunque hace unos meses apareció en Vogue Italia en un editorial en el número de octubre.

Durante esta semana de la moda parisina ha desfilado para Christian Dior, Armani Privé, Ulyana Sergeenko, Elie Saab, Redemption o Giambatista Valli. También participó en el desfile ‘masculino’ de Givenchy de hace unos días.

Mayka Merino, consolidándose

Esta jerezana es la joven revelación de las pasarelas internacionales. Lo es por obra y gracia de abrir el desfile de septiembre de 2015 Prada. La eligió Ashley Brokaw, una de las scouters más poderosas de la industria de la moda a la hora de establecer qué rostros son los que marcarán tendencia sobre la pasarela. Desde entonces ha desfilado para J.W. Anderson o Proenza Schouler, ha protagonizado editoriales para V Magazine y ha sido portada de S Moda o del Harper’s Bazaar de Kazajistán. Durante esta semana de la moda de Alta Costura la hemos visto, por ahora, en los desfiles de Valentino y de Dior.

Nuria Rothschild, la novata quiere sitio

Vaccarello se prendó de la belleza ‘especial’ de esta española y la fichó en exclusiva para el desfile de Saint Laurent del pasado mes de septiembre. Lleva poco tiempo, pero es uno de los nombres que más se repiten en la prensa española. Rothschild también fue cazada por la calle: cruzaba la Gran Vía madrileña cuando una fotógrafa la paró para saber si podía hacerle unas fotos. Protagonizó la portada de Lovely, triunfó en el desfile de Saint Laurent y, tras haber protagonizado multitud de editoriales y entrevistas en las revistas españolas y desfilar para House of Holland, su salto a la Alta Costura ha llegado con los desfiles de Armani Privé y Redemption. Está claro que Rothschild pisa el acelerador.