La falda-pantalón de tu infancia es la estrella de la temporada (palabra de Celine)
Hedi Slimane nos ofrece multitud de opciones para llevarla de la mañana a la noche, en la ciudad o en el campo. El low cost ya ha tomado nota de tendencia.
Lo que pareció otra locura más de estilo de Kim Kardashian, imposible de llevar por el resto de los mortales, acabó convirtiéndose en una tendencia estrella. Hablamos de las mallas de ciclista que acabaron salpicando a las firmas de lujo de todos los estilos. Una prenda de licra y de origen meramente deportivo entraba a formar parte de las propuestas de Chanel o Fendi para la pasada primavera. Gigi Hadid las llevó en Cannes y la fiebre terminó en cientos de instánteas de Instagram en las que influencers consagradas o amateurs las lucían en todas sus versiones.
Casi al mismo tiempo surgía otra moda ante la que el rechazo suele ser la primera reacción. Las bermudas que las madres de los 90 se empeñaban en que su hija adolescente llevara durante las vacaciones de verano. Un pantalón corto anodino que quedaba más mal que bien.
Ya se sabe que la moda es ciclíca y que al final todo vuelve, incluso aquello que desprecias o te parece imponible. Sobre todo esto último. Así que, en cuestiones de estilo conviene aplicar al pie de la letra el dicho de «nunca digas de este agua no beberé» porque sabes que lo que ayer te parecía la máxima expresión de lo feo, acabará mañana en tu armario.
La última tendencia que llega esta temporada dispuesta a ponerte prueba es la falda-pantalón. Y la culpa tienes que echársela a Hedi Slimane que, al frente de Celine, ha abandanado (al menos el próximo invierno) su faceta más rockera para sucumbir a las musas de los 70 y su estilo más boho-chic apto para bajas temperaturas, es decir, con bien de tweed y botas altas. Buena parte de su colección gira en torno a esta prenda que a muchas cuesta asimilar. En Celine la inmersión en la falda-pantalón es total y desde la marca nos ofrecen multitud de opciones para llevarla de la mañana a la noche, en la ciudad o en el campo. Encontramos su versión de lentejuelas, de tweed y de tela vaquera aunque el secreto del éxito parece siempre el mismo: combinarla con botas altas de tacón y piel lustrosa, incluso en su faceta más festiva. La camisa, bien con lazada o bicolor, es el otro componente imprescindible para llevar con éxito la falda-pantalón.
Una vez salvados los reparos iniciales que te pueda suponer lanzarte a usar la falda-pantalón, esta prenda tendría más ventajas que inconvenientes: la comodidad de llevar falda y la comodidad de llevar pantalón; es una prenda confortable con la que no pasarás frío; la versatilidad que tiene y el irresistible encanto de los 70, década en la que alcanzó su máxima popularidad. Diane Keaton en Annie Hall o la mujer moderna e irreverente de Paul Poiret, padre de la falda-pantalón allá por el 1900, podrían ser los mejores y más inspiradores referentes para mirar con otros ojos la tendencia que viene.
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