Jesús Gil o la normalización del machismo salvaje en la era de la caspa televisiva
HBO ha anunciado que lanzará ‘El Pionero’, una serie documental sobre la vida del excéntrico empresario. ¿Retratará al personaje con actitudes machistas incluidas?
“No será una loa ni un ataque, la intención es hacer un approach (acercamiento) periodístico al personaje”, cuenta Tatiana Carral, de HBO España a S Moda sobre ‘El Pionero’, la serie documental sobre Jesús Gil que la plataforma de streaming está preparando. Serán cuatro episodios, de un hora de duración aproximada cada uno y la producción corre a cargo de JWP (Muerte en León). “A través de imágenes de archivo, material personal inédito y entrevistas exclusivas con personas clave en su trayectoria” se hará un recorrido por la vida del exalcalde marbellí con la intención de “contar cómo un personaje así nos retrata como país”, apunta Carral.
Dirigida por Enric Bach, con guion del propio Bach y Justin Webster, “la serie aún está en fase de montaje y el contenido definitivo que este incluirá, por definir”, según explica Tatiana. Su estreno se prevé para este mismo año y la noticia ya ha sido acogida con ganas en redes sociales. “La vida de Jesús Gil es una de las historias más sorprendentes y extraordinarias de las últimas décadas en Europa”, subraya el equipo. Escándalos inmobiliarios e ilegalidades en su gestión como presidente del Atlético de Madrid o el caso que Franco le indultó -más tarde, en 1994, lo haría el PSOE también por una estafa inmobiliaria- tras derrumbarse un comedor de un complejo turísico en Los Ángeles de San Rafael del que fue constructor y propietario y en el que fallecían 58 personas. “Gil vivió desafiando constantemente las leyes y fue perseguido durante años por la justicia, que terminó interviniendo judicialmente el Atlético de Madrid y le inhabilitó como alcalde de Marbella. Una historia con elementos que hoy en día resultan reconocibles en todo el mundo y que nos llevan a cuestionarnos por qué nos dejamos seducir o convertimos en mitos a determinados personajes”.
Así era. Una maquina de generar titulares disparatados, excéntrico y muy mediático. Su carisma, su discurso populista y verborrea incotinente le llevaron a convertirse en conductor televisivo de su propio programa, La noche y tal y tal, en Telecinco, cuando justo se estrenaba como alcalde de Marbella (Málaga) en el verano de 1991. Grabada a fuego en el imaginario colectivo están las escenas de Gil y Gil sin camisa desde en un jacuzzi, con un cordón y una medalla de oros difíciles de obviar y rodeado de mujeres canónicas en bikini que no abrían la boca y cuya función quedaba relegada por completo a la de objeto sexual para deleite masculino -que, por cierto, hemos visto recientemente en videoclips-. Para rematar, la conversación fardando de dinero: “Yo tengo 300 millones”, repetía frente a cámara. Un alarde de lujo y mujeres que, combinados, como explica la periodista y antropóloga Nuria Alabao en su artículo Corrupción y machismo: De Gil y Gil al caso Cursach, en Ctxt, “sirven para subir de estatus, para sentirse parte la élite. ¿Quieres corromper a alguien? Lujo y mujeres” y añade que en entornos de altos empresarios y política a menudo “las mujeres sirven para sellar pactos de silencio”.
En el programa, una idea original del realizador Valerio Lazarov quien, en contrapunto, introdujo y experimentó previamente con el videoclip desde TVE, acompañado por Pepe Da Rosa Jr. y Jeannette Rodríguez, el empresario se dedicaba a comentar cualquier tema de actualidad que se le planteara. Sin complejos y apelando al populismo en un estilo muy ‘Trumpiano’, donde el rigor informativo no estaba ni se le esperaba. También colaboraba el cómico inglés Benny Hill, cuyo show ya entonces se tachaba de sexista en su propio país por trabajar junto a actrices más jóvenes cuya aparición en los sketches era siempre ligera de ropa. ‘Gil y Hill’ personificaban bien la caspa y la tendencia del momento a hipersexualizar a mujeres que se dio de forma coetánea en la cadena junto al fenómeno Mamachicho.
Más escenas y comentarios que hoy habrían sido trending topic y llevadas a debate con mala prensa. El insulto machista e inventado que le espetó a Setién, entonces portavoz de la plantilla del Atlético de Madrid que se caracterizó por no bailar el agua al gilismo, intentando desacreditarlo diciendo que, fuera del campo, el jugador se rodeaba de mujeres «ostentóreas» (mezclando ostentosas y estentóreas), o como su bronca a tortazos a la vista de todos con el gerente del Compostela, bajo la carcasa (tóxica) del hombre que soluciona sus problema con violencia y comentarios homófobos. En la misma línea, el episodio que recientemente rescataban en el programa de Ana Pastor, ¿Dónde estabas entonces? (La Sexta): “Ahora iba a fichar a un jugador importante… ¡y me he enterado que es maricón! Me he quedado helado”, decía sin pudor al arrancar una entrevista. Con los comentarios racistas tampoco escatimaba, al jugador colombiano Tren Valencia se la tenía jurada y en las ruedas de prensa se le escuchaba decir barbaridades ofensivas tipo: «Al negro le corto el cuello, me cago en la puta madre que parió al negro. Y al resto de jugadores es para coger una ametralladora y fusilarlos». Y aún con esas, a los marbellíes los conquistó tres veces seguidas por mayoría absoluta y no faltaron los manifestantes del pueblo cuando se lo llevaban a la cárcel precisamente por corrupto. En la era de recuperar al personaje más imposible y atrayente para una serie o documental, ahora le toca el turno a Jesús Gil.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.