Inma Cuesta en los Goya o el escote fantasía que está por todas partes
La actriz escogió un diseño de Pedro del Hierro que sigue la silueta que no dejamos de ver: de Saint Laurent a Valentino pasando por ‘Emily in Paris’.
Negro de pies a cabeza, moño bajo y labios rojos. El look que la actriz Inma Cuesta eligió para asistir a la gala de los Goya 2022 parece bastante sencillo sobre el papel. En la práctica, sin embargo, resultó impactante y muy actual gracias al pronunciado escote con forma de corazón deconstruido de su vestido firmado por Pedro del Hierro. Su elección confirma una tendencia que no ha dejado de verse los últimos meses por todas partes.
Firmas como Versace o Saint Laurent los incluyeron en sus colecciones primavera-verano 2020. Además de las versiones de Donatella, especialmente memorables fueron los diseñado por Anthony Vaccarello para la firma francesa quien, tirando de los archivos de la maison, presentó vestidos y tops protagonizados por escotes fantasía más pronunciados de lo normal. Rodeando –y resaltando– la forma natural del pecho femenino se unían a la altura del esternón creando una silueta ondeante y muy sensual.
La propuesta de Vaccarello recordaba a los escotes presentados por la firma a principios de los noventa y consiguió rápidamente el beneplácito de los estilistas de las celebrities. Además de vérselo a la sensación musical de la Generación Z, Olivia Rodrigo, también se marcó un cameo en un capítulo de la segunda temporada de Emily in Paris. La actriz Camille Razat, que interpreta al personaje homónimo, hizo un guiño al clásico LBD (vestido negro corto) tan presente en las listas de básicos franceses con esta versión poco edulcorada y muy acertada con el momento vital del personaje.
Pierpaolo Piccioli también quiso incluir esta silueta en su reciente colección alta costura para esta próxima primavera-verano. La misma en la que demostró que la haute couture no entiende ni de tallas ni de edades. La aparición de este diseño, que además abrió el desfile, no viene sino a confirmar el regreso de las prendas pensadas para enseñar piel tras tiempos de chándales y pijamas.
La tendencia, claro, no ha tardado en llegar a las grandes cadenas. Las pasadas fiestas navideñas no hubo colección festiva sin su escote corazón (en Zara sigue habiendo varios corsés y corpiños esta temporada) y de cara a la primavera se mantiene presente en vestidos y jerséis de punto en una versión menos acentuada, un poco más realista y cercana a la que ha popularizado la neoyorquina Khaité. Sea como sea, parece que el escote corazón deconstruido ha vuelto para quedarse.
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