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‘Fuera de onda’ nunca estuvo tan a la onda

Una marca australiana de ropa inspirada en iconos de los 90 conquista a las nacidas en esa década, como Tavi Gevinson

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Cordon Press/ Glitters for dinner

El verano ha acabado sin canción oficial. La temporada ha quedado huérfana de un hit definitivo y transfronterizo, pero sin duda uno de las candidatos más firmes fue Fancy, el tema de Iggy Azalea con Charli XCX. En el vídeo, la rapera australiana le toma prestado los estilismos a Cher Horowitz, la protagonista de Fuera de onda, desde el traje de animadora al top rosa con logomanía de Chanel pasando por el icónico trajecito de tartán amarillo que Alicia Silverstone llevaba para recorrer los pasillos del instituto.

Algo estaba en el aire, porque apenas un mes antes del lanzamiento del vídeo, la marca Glitters for Dinner, también australiana, puso a la venta su propia colección inspirada en la película, con variaciones sobre tartán rosa, azul y amarillo, que se ha convertido en un notable éxito de culto (internetero). Tavi Gevinson se cuenta entre las fans de la firma, cuya ropa está a medio camino entre la de las que visten a gothic lolitas (marcas nicho como Liz Lisa o Baby The Stars Shine Bright) y una línea genérica para adolescentes: no existe top que no sea crop, reina el co-ord y nunca una falda queda a menos de 10 centímetros de la rodilla. La fundadora de Rookie y ahora actriz en Broadway, que nunca ha ocultado su fascinación por la imaginería de los 90, se ha hecho con uno de sus conjuntos amarillos. "Ni siquiera se lo enviamos nosotras para promocionarnos. Cuando vimos su nombre en la lista de ventas, nos quedamos sorprendidas y encantadas ¡la adoramos!", confiesa la fundadora de GFD, Melissa Jo. El best-seller de su marca es el traje de chaqueta amarillo calcado al de Horowitz. 

Además de la línea Fuera de Onda, Jo tiene otra colección inspirada en los dibujos Sailor Moon y se plantea nuevos tributos noventeros. De momento ya vende un vestido de cuadros sospechosamente parecido a los de Angela Chase (Claire Danes) en Es mi vida. "Nací a finales de los 80 y crecí en los 90. Me di cuenta de que la gente no paraba de hablar de la tele, la música y las estrellas de aquellos años", explica.

El perfil de Facebook, el Tumblr y la cuenta de Instagram de la marca, que son una parte fundamental de su negocio –la ropa se vende exclusivamente online– son un pozo sin fondo de nostalgia de esa década, con fotos de Romy y Michele, Sensación de vivir (de la época en la que Tori Spelling se cortó el pelo como una concejala de provincias), Padres forzosos –¿Qué sentimiento no puede expresarse con gifs de Michelle Tanner–  las Spice Girls, Sabrina, la bruja adolescente, la película Mi Chica y aquellos legendarios desfiles de Versace llenos de supermodelos. No falta Tiffani Amber Thiessen, otra de las musas del verano, aunque por su papel de malvada en 90210, no en calidad de Kelly Kapowski. Como la maquinaria del revival no se para jamás, pasan ya por el filtro de la nostalgia irónica los primeros 2000 representados en los peores estilismos de Carrie Bradshaw, looks de Gossip Girl y capturas de The Simple Life, el reality en el que se dieron a conocer Paris Hilton y Nicole Richie.

"Queremos que nuestro Instagram sea como el de tu mejor amigo, un sitio en el que comprartir tonterías divertidas, a la vez que promocionar las ventas", cuenta Jo, que también suele entablar amistad con sus clientas, mayoritariamente de su país, Reino Unido y Estados Unidos, a través de Facebook. Otras marcas comparables a GFD, como Oh Mighty, que ha inventado los estampados de emoji y promueve la resurrección del crop top de algodón con cuello halter –quizá hay cosas de los 90 que se deberían haber quedado en los 90– con los nombres de las cinco Spice Girls, han utilizado una estrategia similar para crecer y ahora se la considera una de las diez marcas que mejor maneja las redes sociales, junto a gigantes como Nke, Selfrides o Colette. 

Otro de los modelos disponibles, el traje de colegiala de la idolatrada serie ‘Sailor Moon’.

Glitters for Dinner

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