Parece una secta, pero es una marca (y ha captado a lo más ‘cool’ de Los Ángeles)
El fundador de Band of Outsiders, Scott Sternberg, vuelve a redefinir la modernidad con Entireworld, una marca de básicos a medio camino entre la filosofía de ‘Wild Wild Country’ y la forma de Everlane. Spike Jonze, Jason Schwartzman, Juno Temple o Ana Kras protagonizan una ingeniosa campaña repleta de estrellas.
Max Minghella, el bueno de Nick en The Handmaid’s Tale, fuma un cigarrillo de espaldas a la cámara con vistas a Silver Lake (Los Ángeles). Firme aspirante a ser el nuevo novio de internet, el hijo del director Anthony Minghella también nos escudriña desafiante desde un balcón de la estupenda Schindler’s Walker House, para después seguir instigándonos con su mirada y leer en su interior un libro con el A bigger splash! de Hockney en su portada. Los tres mini vídeos, con una estética a medio camino entre Koyaanisqatsi y las películas francesas de los 70, son obra de Scott Sternberg, CEO y director creativo de Entireworld. Una firma que aterriza dispuesta a hacerse un hueco en ese silencioso imperio de marcas minimalistas como Arket, Everlane o Khaite. La noticia podría implicar el desembarco de una nueva marca más. No en este caso, si atendemos al currículo de su CEO, gurú de la modernidad de los dosmiles.
Si Opening Ceremony ostentaba el trono de reclutar relajadamente a la primera liga de las figuras creativas de Nueva York hace una década (aquella pandilla formada por Chloé Sevigny, Kim Gordon y acólitos), Sternberg, que conocía a todo el mundillo cinematográfico por trabajar en la agencia CAA, les disputaba el podio con un imaginario que mezclaba a Wes Anderson con la California más cool. Se trataba de Band of Outsiders, la marca aspiracional que creó en 2004 diseñando unas pocas corbatas estrechísimas y que llegaría, en apenas diez años, a convertirse en la firma de referencia a lo APC entre cualquier joven ilustrado, especialmente entre aquellos devotos del indie cinematográfico. No era difícil ver a Sternberg junto a figuras Miranda July, Adam Scott o Aziz Ansari. Sus contactos permitían generar una filosofía visual icónica. Suyo es el legado de las celebérrimas polaroids que él mismo tomaba para las campañas estacionales a estrellas como Greta Gerwig, Kirsten Dunst, Michelle Williams, Spike Jonze, Frank Ocean, Marisa Tomei o Jason Schwartzman. Todos querían pasar por su objetivo.
Con unos precios que superaban de media los 150 euros por prenda, la firma llegó a Tokyo y Nueva York y hasta Michelle Obama lució uno de sus vestidos, pero los rumores de quiebra ahogaron a Sternberg y propició su salida en 2015 . La marca, sin él, jamás ha vuelto a ostentar su éxito.
Tras pasarse unos años en Japón viviendo en varias islas e inspirándose en marcas como «MariMekko, Patagonia o Apple», Sternberg ha vuelto para lanzar la utopía de la moda racionalista («he pensado mucho en la filosofía de crear un mundo mejor que imperó después de la Segunda Guerra Mundial», ha dicho a GQ). De hay nace Entireworld, con precios más democráticos que su antecesora: ñas prendas son básicos sin estridencias, desde sudaderas de capucha a camisetas de algodón, que no suelen pasar de los 30 dólares. Su narrativa new age de «búsqueda de pureza y bondad» (Sternberg lanzó la marca en Instagram con un vídeo grabándose a sí mismo y hablando de nuevas sociedades) ha recordado a muchos Wild Wild Country y más de uno se ha preguntado si estaba lanzando una marca de ropa o reclutando a gente para una secta. Él juega al despiste y vuelve a sentar cátedra con una campaña repleta de figuras indies reconocidas. Bret Easton Ellis, Spike Jonze, Jason Schwartzman, Ana Kras, Juno Temple o recién llegadas como Katherine Waterston o Benie Feldstein (la mejor amiga de Lady Bird) forman parte de una serie de vídeos en Instagram (las nuevas polaroids) que tratan de volver a poner el foco en una ciudad que ha perdido el brío de la avanzadilla en el diseño desde que Slimane abandonó los cuarteles de Saint Laurent.
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