Por qué Agnès Varda fue un icono para varias generaciones de mujeres
La cineasta, pionera feminista y figura trascendental durante décadas ejerció una influencia sobre el universo femenino sin fecha de caducidad.
La revista Interview volvió a los quioscos el pasado mes de septiembre (Peter Brant, filántropo y antiguo dueño, la ha vuelto a comprar librándose de abonar los tres millones de deuda que arrastraba de impagos a freelances y empleados) y lo hizo colocando en su portada al nuevo rostro favorito de la moda. No, no era ninguna supermodelo con millones de seguidores en las redes por sus fotos en bikini y abdominales a lo ab crack. Era Agnès Varda. 90 años, no llega al metro y medio, cineasta, artista visual y pionera feminista venerada por varias generaciones de mujeres. Varda, que falleció el 29 de marzo según han informado sus familiares, cotizaba al alza en el universo aspiracional de las revistas de lujo para adultos ya retirada del cine, llegando hace doblete en los quioscos el pasado otoño. También protagonizó la primera plana de la exquisita The Gentlewoman. En Interview –donde también protagonizó la primera portada de Andy Warhol en 1969– apareció con abrigo peludo de Dries Van Noten. En The Gentlewoman, Alasdair McLellan la capturó con su uniforme favorito: el traje pijamero de Gucci que vistió en la pasada ceremonia de los Oscar, donde acudía nominada por dirigir junto a JR el documental Faces Places. Un conjunto de tres piezas que no se ha cansado de lucir en otras presentaciones ante la prensa.
Este dominio mediático no fue una extraña coincidencia. Su presencia constante en la última temporada de premios –también estuvo nominada en los Spirit Awards y su documental se llevó más de 30 premios en festivales y países– propició que la cineasta se convirtiera, al hilo de los Oscar, en un icono pop para una mayor audiencia que la legión silenciosa de fans que Varda ya acumulaba desde hace décadas. Convertida en inesperado icono de estilo tras los premios de la Academia –fue considerada como una de las mejor vestidas de la noche–, era previsible encontrarla en las primeras planas de revistas de tendencias este otoño.
«Cuando firmé para relanzar Interview, no había nadie, en mi opinión, que se mereciese más la portada de septiembre que Agnès Varda, la pequeña cineasta belga de 90 años con una personalidad gigante, un drámatico bob en dos tonos, una avalancha de jóvenes megafans, con un giro de vida tardío en la iconografía de moda y un inquebrantable compromiso con el arte y las películas», escribió Nick Haramis, editor jefe de Interview en su Instagram al presentar este número. La portada, de hecho, fue un golpe de efecto porque en un principio se especuló con la posibilidad de que Hari Nef, la modelo transexual favorita de Gucci, fuese la encargada de poner rostro al relanzamiento.
El desembarco de Varda como icono de estilo para la moda sigue el legado que inició Phoebe Philo hace unos años, cuando decidió que intelecto y talento sí conjugaban para vender el lujo de Céline a sus cultivadas clientas y colocó a Joan Didion, la ensayista y escritora estadounidense, como protagonista de una de sus campañas. Desde entonces, el género de las mujeres ‘que inspiran’ se ha expandido por todo tipo de firmas y publicaciones, alejándose de cuerpos normativos de aspecto adolescente y ensalzando el valor sociocultural de figuras trascendentales sin importar su edad.
Entrevistada en Interview por su amigo y comisario de arte Hans Ulrich Obrist, Varda posa con abrigos de Miu Miu (también con su propia ropa y su gato) mientras recuerda los tiempos en los que confraternizó con los Panteras Negras o bromea con haberse convertido en ‘el dinosaurio de la Nueva Ola’ y no ser más la ‘abuela de la Nueva Ola’, como se la conoce popularmente porque su película La Pointe Courte (1954) adelantó el tono y estilo de la Nouvelle Vague cinco años antes de la llegada de Godard o Truffaut.
Ella, que en 1975 ya emitía en la televisión pública francesa vídeos revolucionarios donde interpelaba a la mirada masculina reinante y voceaba lo de ‘nuestros cuerpos, nuestros sexos’, ofrecía sus perlas de sabiduría a los recién llegados a su universo sobre cómo se ha mantenido tan creativa todos estos años: «Soy curiosa. Punto. Encuentro que todo es interesante. La vida real. La vida falsa. Objetos. Flores. Gatos. Pero especialmente la gente. Si mantienes tus ojos abiertos, todo puede ser interesante. El secreto es que no hay secreto». Como decía esa icónica chapa vista en Uncle Yanko (su documental de 1967 sobre su etapa californiana) convertida después en su lema vital: Viva Varda.
*Este artículo se publicó inicialmente en septiembre de 2018 y fue actualizado el e 29 de marzo de 2019.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.