Cómo el uniforme de esquí y el del tenis se convirtieron en lo más deseado
La firma Ellesse celebra su legado deportivo con una colección que trasciende de las pistas a la calle para conquistar a las nuevas generaciones.
Casi sin pretenderlo, Ellesse encontró en los ochenta la clave para trascender del ámbito deportivo y tomar la calle. Con sus prendas icónicas, tan coloristas y reconocibles, la firma creada por el sastre Leonardo Servadio, se convirtió en el estandarte de unos jóvenes fascinados por la estética preppy y la contracultura. Tampoco desvelamos nada nuevo al decir que, en un inesperado giro nostálgico, se ha convertido otra vez en la enseña de las nuevas generaciones. Esta temporada, la marca italiana vuelve a hacer alarde de su destreza a la hora de aunar ambos universos.
Su nueva colección está formada por tres líneas –Ski, Tennis y Gym–, que bucean en su origen deportivo para convertirse en las prendas más codiciadas del invierno. La línea de Ski conecta directamente con la necesidad que dio lugar al origen de la marca: cuando Servadio, a finales de los cincuenta, decidió confeccionar ropa de montaña que no encontraba en las tiendas. Lo hizo difuminando antes que nadie (sí, mucho antes que Virgil Abloh) los límite entre la alta y la baja costura, es decir, entre la sastrería y la moda deportiva. A él le debemos el jet pant –los pantalones de nieve que se ajustan por encima de la bota–, y los plumíferos coloristas. Los mismos que protagonizan esta colección, reinventados a base de siluetas exageradas y detalles reflectantes. El juego entre la montaña y la ciudad está presente en los tejidos –a caballo entre las telas cálidas y las técnicas– y los colores: una gama cromática de tonos pastel y metalizados que conectan la cultura urbana de los ochenta y noventa.
La colección Tenis hace referencia a su otro campo de juego conquistado, el tenis, uno de los deportes más elegantes y que más ha inspirado a la moda. Desde Boris Becker a Anna Kournikova, las figuras más imbatibles de la pista lucían su logo por bandera –su emblema, de hecho, es un guiño a la pelota y sus característicos surcos–. Su nueva colección se inspira en ese uniforme, pero se aleja de todo tipo de convencionalismos: las siluetas se ensanchan formando chándales de corte más holgados, mientras las camisetas y las faldas se recrean en patrones rectos, cortos en longitud. La innovación viene dada por los tejidos –algodón, pelo, nailon, poliuretano– y los estampados en color block. Una mezcla entre funcionalidad y estilo que funciona en todos los contextos.
La colección Gym reinventa su ropa típicamente deportiva, prestando atención a la comodidad que demanda la nueva normalidad. Las prendas, confeccionadas en tejidos de primera calidad y tecnologías absorbentes, se ajustan al cuerpo, favoreciendo el movimiento durante el ejercicio mientras realza la silueta. Son piezas que conectan además con la actual tendencia workleisure, un término apodado por la editora de The New York Times Vanessa Friedman, a caballo entre el athleissure y el vestuario de oficina, para referirse a todas esas piezas casual a las que solo hay que sumar accesorios para que funcionen en un nuevo escenario.
Ellesse bucea también en su archivo histórico para recuperar sus zapatillas más icónicas. Vuelven las Alzina, con una silueta aparentemente clásica, que recuerda a las típicas zapatillas de tenis, y una suela de goma desdentada, en homenaje a las míticas botas de montaña de la marca. También las Massello, confeccionadas en gamuza y malla transpirable, tienen todas las papeletas para convertirse en el objeto de deseo de la temporada: un modelo de estructura generosa, con colores atrevidos y aires vintage. Denso Padded es la nueva incorporación a su histórico archivo: una slipper acolchada, en tonos pastel, que evoca el confort del hogar y la rebeldía de la calle.
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