Concepción Orvañanos, de Collectiva Concepción: “Aquí las mujeres trabajan sin necesidad de separarse de sus hijos»
La firma mexicana persigue dar visibilidad al arte de los pueblos indígenas y cumplir una urgente misión social: ayudar a la inserción laboral de las mujeres
“Desde México al mundo”. Así podríamos definir la firma Collectiva Concepción, fundada por Concepción Orvañanos a mediados del 2019, que nace con la premisa de trasladar al otro lado de las fronteras la tradición y artesanía de su país. Un proyecto que aúna calidad, tradición y diseño, que emerge como una historia de amor a la cultura de los pueblos indígenas. “El arte textil mexicano indígena es una joya, depende de cada región y es muy variado. Antiguamente era una forma de comunicación entre los pueblos indígenas”, nos cuenta Concepción Orvañanos vía telefónica.
Su relación con la industria de la moda nos traslada 18 años atrás. Orvañanos había estudiado finanzas y trabajaba en banca tras estudiar en máster en IE de Madrid y trabajar en un fondo de inversión. Fue entonces cuando decidió parar y coger aire. “Estaba esperando mi primer hijo y me tomé una pausa. Recuperé el vínculo materno y empecé clases de bordado y confección”, explica. Una inclinación por la confección que en realidad llevaba en los gene:. “Mi abuela le hacía toda la ropa a mi madre, y después mi madre nos la hacía a nosotras. Recuerdo como mi madre nos llevaba a las tiendas del centro de la ciudad de México para escoger las telas para nuestros vestidos”.
Tras su parón maternal, Orvañanos decidió confeccionar la ropa de su hijo por encargo. “Empecé a dar trabajo a mujeres artesanas para que bordaran la ropa que yo hacía para mi hijo. Y mis amigas me preguntaban: ¿de dónde sacaste esta camisa? ¿de qué tienda española?», recuerda. Desde ahí y sin ningún tipo de expectativa, comenzó a germinar lo que se convertiría en Arroz con Leche en el año 2002. “Empezaron a hacerme pedidos, porque hace 18 años en México se consumía en general producto importado, y había poca oferta de un producto de calidad que promoviera el arte textil mexicano”, detalla. Diez años más tarde, trasladaría la esencia de Arroz con Leche a una nueva firma dirigida a mujeres conservando la historia y la esencia de su primer proyecto. “Las mamás que eran fieles a Arroz con Leche comenzaron a pedirnos ropa para ellas y así nació Yakantop”, recuerda. Yakantop, que significa “lugar donde nace el agua” en tzoztil, se caracteriza por el corte oversize y el estilo ágenero de sus diseños, vistiendo a celebrities como Natalia Lafourcade o Julieta Venegas.
Fue Huguette Hubard, su socia -licenciada en la prestigiosa universidad Saint Martins-, la que tras haber diseñado 10 años para DNKY, le impulsó a dar el salto y trasladar Yakantop a EE UU. Pero después de realizar un estudio de mercado y detectar las necesidades de este, emprendieron el camino hacia una nueva firma: Collectiva Concepción. “Distinguimos una oportunidad de mercado y decidimos crear una nueva marca, subir los precios y crear una marca de lujo con un mayor trabajo artesanal en cada uno de los diseños”, explica. Con un carácter más femenino que su proyecto paralelo Yakantop, lanzaron Collectiva en septiembre de 2019 en la Fashion Week de París. “Tuvo una recepción increíble; nos compraron nueve tiendas, entre ellas Bergdorf Goodman. Y también de otros países como Japón, Asia, India y EE UU”, añade.
En Collectiva todos los procesos se concentran en México: desde la obtención de las materias primas y la confección de las telas, a la producción local de sus colecciones. “Utilizamos telar de cintura y telar pedal, que se hacen a mano, y mantas mexicanas que son 100% de algodón”, asegura. La esencia de la marca es la puesta en valor del trabajo artesanal de los pueblos indígenas mexicanos: una fusión de artesanía y diseño que camina de la mano de la sostenibilidad ecológica y social. “Solo en el estado de Chiapas; en el sureste de México, existen más de un millón de artesanas. Prácticamente todas las mujeres saben bordar”, detalla. Un modelo de producción gracias al cual Collectiva ofrece a las mujeres una posibilidad laboral– a día de hoy la firma trabaja con 280 mujeres mexicanas-. “La maravilla de esto es que das trabajo a las mujeres desde sus casas; sin necesidad de separarse de sus hijos o de tener horarios de trabajo,” sostiene el alma de la firma.
“Después de 18 años en el sector me ha tocado ver situaciones horrorosas. Al principio la gente regresaba las cosas que les habían regalado por ser hechas en México”, confiesa Orvañanos. Una tendencia que ha sufrido un viraje a lo largo de los últimos años y ha puesto en valor el trabajo con las manos. “En el escenario actual de urgencia climática, la preservación de la cultura se ha vuelto vital. Hay muchas organizaciones que están favoreciendo el trabajo artesanal, y no solo por la preservación de lo hecho a mano, sino por salvaguardar la cultura de los pueblos indígenas y su respeto por el planeta: son los guerreros planetarios más grandes que tenemos”, añade.
La recepción en el sector de la firma que persigue catapultar el trabajo artesanal de los pueblos mexicanos, ha superado con creces sus expectativas -aún conviviendo los últimos meses con la pandemia del coronavirus-. Si nos sumergimos en el alma de Collectiva, Concha nos explica los cuatro factores que forman el ADN de la marca: la feminidad, las raíces mexicanas, la atemporalidad y la pureza. “No es ropa que sea muy extravagante, es más sencilla y pensada para soportar el paso del tiempo”, nos cuenta. Y detalla como su concepto de feminidad difiere a lo que estamos acostumbrados. “No es una feminidad estereotipada de la mujer por la cual tiene que lucir su cuerpo y pintarse los labios. Entiendo la feminidad como esa necesidad básica de estar bien contigo misma, de tener ropa que te de autenticidad; que te nutre y te viste el alma”, defiende. El color de Collectiva, un rosa desgastado, tampoco es algo casual. “El Collectiva Pink es un rosa deslavado. Existe en todos los pueblos coloniales mexicanos y simula el paso del tiempo” detalla.
Emprender no es un camino fácil, y para esta empresaria la brecha de género es una batalla que permanece latente. “Existe un paradigma en el cual muchas veces no nos creemos que somos iguales o tenemos las mismas capacidades, habilidades y experiencia que un hombre. Es algo en lo que 18 años después, yo sigo trabajando” confiesa. Si le preguntamos por el futuro, entre sus objetivos prioriza dar voz a la historia de las raíces mexicanas y el valor de su artesanía. “Me encantaría que la gente que use Collectiva sienta esa conexión con el trabajo artesanal”, apunta. Y seguir explorando otras áreas, siempre de la mano del arte y la tradición, dentro de las fronteras de su país: “Me gustaría que Collectiva sea un mundo de lujo artesanal mexicano que vaya más allá. Trasladarnos a otro tipo de productos como accesorios, cinturones, bolsos… e incluso al sector de productos de belleza”, concluye.
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