«España es un país con demasiadas tragaderas»
Hablamos con Enrique Bunbury, que presenta ‘El libro de las mutaciones’, un disco con versiones «desenchufadas» de algunas de sus mejores canciones.
Bunbury ha vuelto. Como si del soplido gélido del Moncayo se tratara, a finales de 2014, un comunicado heló el alma a la legión de fans del zaragozano. En él se decía que «lo dejaba indefinidamente». Doce meses más tarde, sus fans están de enhorabuena: por tierra, mar y aire, las Navidades son de Enrique. Nuevo disco (MTV Unplugged: El libro de las mutaciones); nuevo documental (El camino más largo de Alexis Morante); nuevo libro de fotografías (En plano secuencia, editorial Libros Cúpula) y reedición 25 aniversario de su disco Senderos de traición junto a Héroes del Silencio. Casi nada. Una bulimia creativa para un artista tan excesivo como excelso que, de momento, dice mantener su palabra y no volver a los escenarios.
El nuevo álbum lleva por título El libro de las mutaciones (Warner). ¿Tiene la sensación de que con cada gira también ha «mutado» en lo personal, o es algo que se refiere solo a lo musical?
Todos evolucionamos como personas. Es ridículo pensar que uno no ha cambiado… ¡si es que ha vivido! Las mutaciones en mi música son evidentes, y no las escondo ni me avergüenzo de ellas. Bajo esos cambios subyace una personalidad que, espero, se pueda considerar mi modesta aportación.
Empezó con un sonido más metalero y ha acabado abrazando una tradición más acústica y americana.
Héroes, sobre todo en sus inicios, tenía una influencia clara de algunas corrientes europeas y de bandas como The Cure, Joy Division y The Cult. Avalancha (1994) es un disco americano. En mi carrera de solista he alternado discos con sonido más contemporáneo con otros más orgánicos y acústicos. La música americana, tanto gringa como latina, ha sido una influencia importante.
Hasta el filme El camino más largo, sobre su gira de 2010, nunca había visto a un gato (el suyo) en un documental de música. ¿Era un miembro más de la banda?
Desgraciadamente, mi gato murió después de la gira Las consecuencias, que es la que aparece recogida en la filmación. Los gatos son territoriales y prefieren quedarse en sus casas a viajar con sus dueños. Pero estaba muy enfermo y por eso nos acompañó.
Además del documental, también se encuentra en las librerías Bunbury, en plano secuencia, un nuevo intento de retratarse en el escenario. ¿Se reconoce en uno y otro? ¿Qué cree que ni el documental ni el libro son capaces de aprehender de su personalidad?
El documental retrata un momento muy concreto de cambio en mi vida. Después de esa gira todo cambió de forma radical. Murió mi gato, nos trasladamos a California a vivir, cambié de compañía discográfica y nació mi hija. En cuanto al libro de fotografías, refleja el Palosanto Tour 2014, que es más reciente, y sí, veo a mi banda, al público que nos acompañó y a nuestro equipo, y es fantástico que quede constancia de las emociones vividas.
Una cuestión lacerante: se suele hablar de la posibilidad de que Dylan o Leonard Cohen ganen un Premio Nobel, pero nunca de que un rockero entre en la Real Academia. ¿Cree que deberíamos plantearlo?
Buf. No sé a quién le interesaría un trabajo así. Ni tampoco creo que ninguno de mis compañeros aspire a ese tipo de reconocimiento.
Dice en su página web: «Espero que la policía de lo correcto se quede en casa, y se me permita la licencia de ser libre». Tengo la sensación de que esas premisas resumen a la perfección toda su carrera. ¿Estoy en lo cierto?
Ja, ja. Es cierto. Pero no solo resume mi carrera, sino también la de cualquier compañero de profesión. Todos deseamos que se respete nuestra libertad creativa. Lo preocupante es que, a día de hoy, las redes sociales e Internet han despertado en muchos la vocación de censor y de policía de lo correcto. Y esto no solo es atribuible a cómo opinamos y criticamos la obra ajena, sino a otros ámbitos de lo social y político.
Precisamente, usted siempre ha sido muy claro en lo que a cuestiones políticas se refiere. ¿Cuál cree que es la situación de España en estos momentos?
Bueno, hay elecciones dentro de nada. Tenemos la posibilidad de elegir qué deseamos que ocurra con nuestro país. En mi opinión, si no hay un verdadero cambio en estas próximas generales, me quedaré muy sorprendido con la capacidad de autoflagelación y la amplitud de tragaderas que tiene la gente en mi país.
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