Así es Rosalía cuando “de verdad” se viste de flamenca
La cantante homenajeó anoche en Sevilla al Capullo de Jerez con un vestido mucho más cercano a la tradición que su propia música.
Si Rosalía es una intrusa o no en el mundo del flamenco es un debate que no cesa en los círculos puristas, aunque la cantante haya sido reconocida ya con un Grammy latino por un disco que, ciertamente, tiene elementos flamencos pero está muy lejos de serlo. Que su música se inscriba dentro la categoría de “latina” también ha sido objeto de cierta controversia, pues hubo tras la entrega de los Oscars de la música quien argumentó (erróneamente) que una catalana no puede recibir ese calificativo. Que la obra de Rosalía genere tantas polémicas es, en realidad, el verdadero triunfo de su propuesta, tan difícil de clasificar como de replicar.
Por eso, que para sus actuaciones en directo o para sus videoclips (o incluso para su vida cotidiana) la cantante escoja ropa que reinterpreta de alguna forma los elementos y códigos de la ropa flamenca no resulta extraño. Por ejemplo, el vestuario de su última gira es obra de un joven alicantino llamado Dominnico que da una vuelta de tuerca a los volantes clásicos del traje de faralaes para crear uniformes cómodos, más cercanos al hip-hop que al flamenco. Palomo Spain, María Escoté o Pepa Salazar son otras diseñadores que han realizado también el esfuerzo de reinterpretación de la ropa tradicional gitana.
Sin embargo, lo que no es usual es ver a Rosalía aproximándose de una forma tan clara a la vestimenta propia de las cantaoras tradicionales. Y eso es lo que hizo anoche: ponerse un sencillo vestido rojo con lunares blancos y un volante para rendirle homenaje en Sevilla a Capullo de Jerez.
La actuación de la cantante fue muy corta (apenas estuvo diez minutos en el escenario) tiempo más que suficiente para que el público se diese cuenta de que para la solemne ocasión, en la que también otros gigantes como Remedios Amaya ofrecían sus respectos a un cantaor con 50 años de carrera a sus espaldas, Rosalía decidió acercarse más que nunca al verdadero flamenco. Al menos en la ropa.
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