Adiós excesos, hola distinción: qué es y cómo se lleva la tendencia del ‘lujo silencioso’
Una nueva tendencia pone patas arriba el influjo Y2K de las últimas temporadas para abrazar un estilo tan sigiloso como noble, basado en la sastrería, la atemporalidad de los básicos y el ‘oversize’ como silueta protagonista. Estas son las reglas a seguir.
El cúmulo de referencias dosmileras que crearon Paris Hilton y Britney Spears en sus comienzos (léase los jeans de tiro bajo, el chándal de terciopelo o el bling bling en los accesorios) siguen coleteando con fuerza este verano en la streetwear, precedida por una pasarela amante del todovale, como reivindicar el rosa Barbie en la costura (Valentino, Versace) o sacar la ropa interior a primer plano (Christopher Kane, Bottega Veneta, Miu Miu). Pero este regusto por lo exagerado tienen los días contados. La etiqueta quite luxury (‘lujo silencioso’, en castellano), en referencia a un estilo pulido y neutro basado en la calidad de las prendas y su atemporalidad, se postula como la tendencia a seguir de cara a los próximos meses, con una reiterada presencia en los desfiles de esta primavera y copando titulares en prensa del sector y vídeos de Tiktok (solo en esta red social el término #quietluxury acumula ya casi 60 millones de visualizaciones).
A la hora de discernir las bases de su tratado estético, el diario Business of Fashion estableció un acertado paralelismo con el estreno de la última temporada de la serie Succesion hace unas semanas. Ese estilo discreto, noble y sin pretensiones pero cuidado al milímetro de los grandes linajes empresariales de Manhattan, sirve para entender este fenómeno desatado en las últimas Semanas de la Moda por firmas como The Row, Bottega Veneta o Khaite. Esta descripción de la columnista británica Laura Jackson dibuja una imagen que resulta clave para saber localizarlo: “Es menos austero que el minimalismo pero más pulido que el “normcore”. Es la actriz Sienna Miller en Anatomy of a Scandal (…), un bolso Kelly de Hermès maltratado o un abrigo bueno de Max Mara llevado con un par de vaqueros vintage”. Una especie de minimalismo new-age basado en buenas inversiones para toda la vida y hábitos de compra reflexivos, con una paleta de tonos neutros y el rechazo generalizado hacia los logos, como refleja el primer capítulo de Sucession, en el que el tamaño y el monograma de un bolso delata la clase inferior de su portadora.
A nivel de consumo, los datos parecen reforzar su buena acogida. Según indica Daniel Sánchez, fundador de la plataforma de venta online Cycle enfocada al lujo y streetwear que da la posibilidad de recomprar el artículo al finalizar la temporada (si el usuario así lo desea), es una tendencia en alza entre sus consumidores. “Indicadores macro del sector reflejan que [el término quite luxury] obtuvo su pico máximo de búsqueda en webs en el primer trimestre de 2022, con un perfil de público millennial y xennial, femenino, urbano y muy informado en moda, con especial interés por los patrones unisex o genderless”. Y continúa: “Es una tendencia por la que nosotros mismos apostamos fuerte y que además encaja perfectamente con nuestro modelo de negocio más sostenible, al tratarse de prendas icónicas, fondos de armario renovados y de calidad, cuyos atributos principales son la atemporalidad y la durabilidad”.
Para Jaime Calatrava, director creativo de la firma parisina Georges Rech creada en 1962, que maneja los códigos del quiet luxury desde sus comienzos, su futurible éxito en los próximos meses es fruto de la naturaleza cíclica de la moda, unido a la situación económica y los cambios sociales del momento. “En la complicada coyuntura que manejamos actualmente, tanto económica como social, es normal que se haya vuelto a un giro más reposado, más tranquilo y sin tanta ostentación, pero sin olvidar los estandartes de calidad y exclusividad que definen a ciertas marcas de lujo. También la concienciación con el cambio climático y cómo afecta ese grave problema que son la sobreproducción y la contaminación en la industria textil, tiene mucho que ver”, apunta el creativo.
Sobre los agentes que han impulsado su buena acogida, Daniel Sánchez señala en primer lugar la creciente relevancia de las marcas con sello scandi, y el concreto, la atención que ha despertado la Semana de la Moda de Copenhague en sus últimas ediciones. “Se han convertido en un escaparate para todo el mundo, un trampolín a otros mercados de marcas locales como Saks Potts, Remain, Rotate, The Garment, Toteme o Ganni. Aunque se han visto ediciones muy coloridas en esta pasarela en los últimos años, por lo general la simplicidad y funcionalidad escandinava se acaba imponiendo en la visión de estas marcas, consolidando una tendencia hacia un minimalismo estético con un tailoring muy cuidado”. El paso internacional del mercado surcoreano representado por marcas como Low Classic, The Open Product, Ader Error o Gentle Monster, reconocibles por su estilo oversize y minimal que seduce a nuevas generaciones, o el “fin” de la logomania, percibido los últimos años por su fusión absoluta con la moda street, «aunque se sigue viendo hoy en día, es una corriente que ya ha tocado techo”, matiza.
Y si hablamos a largo plazo, ¿este ‘lujo silencioso’ será una anécdota más de temporada o viene para quedarse? Calatrava vaticina lo segundo: “Esta tendencia ha venido para quedarse y muchas firmas la llevamos practicando ya desde hace tiempo. Mucha clientela busca cada vez más eso, discreción, calidad y ropa duradera, y huye de la ostentación y la logomania”. Como indica Daniel Sánchez, no olvidemos un dato inminente que marcará su futuro. La reina del normcore y precursora del quite luxury, Phoebe Philo, vuelve a escena con su marca homónima en septiembre. “Será la prueba de fuego para saber si esta corriente se queda en microtendencia o puede marcar la década del 2020. O ninguna de las dos. Ese es el misticismo de la moda, que nunca se sabe…”.
Las prendas que prescriben el estilo ‘Quite Luxury’
Ambos expertos desvelan las piezas obligatorias para cualquier armario que emprenda un viaje iniciativo por este ‘lujo silencioso’. La sastrería, el gusto por las prendas holgadas y bien estructuradas, una paleta neutra de colores o tejidos como la piel y la seda son claves para conseguirlo. Y sin olvidarnos el modo de llevarlo, con una sincera apuesta por el layering, ese ejercicio de estilo basado en el juego de capas de prendas y transparencias para dar con una sofisticación delicada.
1. Una blazer escultural
Las piezas impolutas y bien trabajadas son uno de los mandamientos de esta tendencia. La americana con un remarcado estilo sastre y atención en los hombros es la prenda protagonista, bien con una silueta oversize o ajustada en la cintura.
2. Tank tops
Esta camiseta sin mangas, bien en canalé o tejidos lisos de algodón circular y punto de seda, es el básico de los básicos para acompañar prendas de lujo pausado durante el entretiempo.
3. Un vaquero de pernera ancha
Altos de cintura, tipo palazzo o con el añadido de bolsillos cargo. Esta versión denim del llamado pantalón Nonchalant (por su fit tranquilo), exige un largo hasta el finito para estilizar la silueta.
4. Una prenda icónica de piel
Vestidos lápiz, faldas midi o cortas (obligadas esta temporada) o en forma de chaqueta con hombro encajado y más pegadas al cuerpo, como solíamos llevarla a finales de los 2000… Es hora de invertir en una pieza de leathercore.
5. Un ‘slip dress’
El vestido lencero, tejido en seda noble y transparencias, no es patrimonio único de la alcoba o eventos nocturnos. Este lujo relajado lo acoge todas las estaciones del año con solo mutar de accesorios y prendas de abrigo.
6. Una camisa de blanca
Calatrava es un férreo defensor de esta pieza “atractiva y siempre contemporánea” en cualquier armario donde prime el lujo reposado. Un básico imperecedero que nunca falla y que esta primavera acompaña faldas midi y pantalones tipo sastre.
7. Las bailarinas
Miu Miu desató la fiebre por el balletcore el verano pasado y este 2023 se alzan como el calzado definitivo, también para las defensoras de un estilo tan distinguido como relajado.
8. Un bolso ‘Trophy’
Ese calificativo de “buen bolso” que heredamos de nuestras madres a la hora de invertir en un accesorio para toda la vida es la máxima que practica el quiet luxury. Una pieza icónica de excelente piel con un diseño estructurado y miminal, que reduce el ‘ego de la marca’ a una discreta inicial pero igualmente reconocible incluso a larga distancia por una cadena, detalles en el cierre o la trama del tejido.
9. Joyería XXL
Con un guiño a los artistas dadaístas y surrealistas del siglo XX, este es el único complemento que luce en proporciones exageradas sin añadir dramatismo a la tendencia. Pendientes esculturales, eslabones gigantes sobre el cuello o broches de generosas proporciones son algunas de las propuestas.
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