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Ruby Slevin, fundadora de la primera sastrería para mujeres en Savile Row: “Me convertí en sastre porque considero que es la única forma de hacer ropa”

Sus originales diseños hechos a medida triunfan en la popularmente conocidacomo ‘la milla dorada de la sastrería’ de Londres, donde se encuentra su local

Ruby Slevin
Propuestas de Banshee of Savile Row.Cortesía de Banshee

En el número 13 de Savile Row se encuentra Banshee, la primera y única casa de sastrería a medida para mujeres en esta emblemática calle, perteneciente al exclusivo barrio de Mayfair (Londres). Fundada en 2019 por Ruby Slevin, Banshee of Savile Row combina la confección tradicional a medida con la sastrería femenina contemporánea a través de diseños que se integran en el armario de sus clientas a la vez que lo elevan. “Siempre busco una silueta que acentúe a la mujer en contra de las tendencias y los estándares de la industria. Quiero que se vea y se sienta lo mejor posible y eso es algo que se nota cuando camina por la calle con su traje Banshee”, afirma la diseñadora de origen irlandés, que desde hace cuatro años también es miembro del British Fashion Council, una organización que vela por el crecimiento de la moda británica dentro del sector.

Savile Row abre sus puertas a las mujeres

Hace más de doscientos años que Savile Row, la cuna por antonomasia del bespoke -un término inglés que se originó en la propia calle y que se traduce como “hecho a medida”-, es símbolo de tradición, artesanía y herencia británica. Su amplia oferta sartorial no hace sino perpetuar el mito del caballero inglés, siempre de punta en blanco. Sin embargo, en la última década, esta icónica calle londinense se ha visto sacudida por una nueva corriente de innovación e inclusión que, entre otras cosas, responde a las necesidades de las gentlewoman (mujeres a las que les gusta vestir bien). “Cuando empecé a trabajar en Savile Row daba la sensación de que la vieja guardia, las sastrerías que llevaban cientos de años en el mercado, eran las que mandaban y, posiblemente, sospechaban de las sastrerías que acababan de empezar. Pero con el paso del tiempo, las casas más jóvenes han atraído a un nuevo público que ahora se plantea comprar allí porque parece contemporánea en vez de anticuada”, comenta Slevin al recordar los inicios de su andadura como sastre.

Una carrera que sitúa el punto de partida en Cad & The Dandy, una casa de sastrería masculina fundada en 2013, donde trabajó como aprendiz del head cutter o, en español, patronista jefe. Y es que, según se dice, antes de correr, hay que aprender a caminar, por lo que unos años antes de que Banshee se convirtiera en la meca de la sastrería femenina en Savile Row, Ruby Slevin tuvo que formarse en el arte del corte y la confección. Fue entonces cuando se dio cuenta del vacío existente: “Allí no había nada para las mujeres”, señala la sastre. Y añade: “Algunas de las casas de sastrería masculina podían hacer ropa de mujer, pero no era un lugar acogedor para ellas en ese momento. Así que pensé que debían tener la misma oportunidad que los hombres porque realmente es una experiencia maravillosa”. De esta manera nace Banshee of Savile Row, una firma dirigida a mujeres originales que desafían los convencionalismos; y, sobre todo, que no quieren conformarse con las migajas que ofrecen las casas de sastrería masculinas.

A donde fueres, haz lo que vieres. ¿O no?

Que la sastrería es una industria tradicionalmente dominada por hombres no es ningún secreto y, para más inri, éstos suelen ser de los que se resisten a los cambios… No obstante, al contrario de lo que se podría llegar a pensar, la diseñadora destaca el gran apoyo que recibió por parte de la comunidad de la popularmente conocida como la ‘milla dorada de la sastrería’.”Yo tenía una buena relación de trabajo con mis colegas y ellos querían que lo hiciera bien, además de que pensaron que era una buena idea. Al fin y al cabo, los sastres pretenden que Savile Row sea considerado como un lugar acogedor y moderno”, explica Slevin.

Sin embargo, el suyo tampoco fue un camino de rosas ya que tuvo que afrontar ciertas dificultades al querer cambiar el modus operandi, que partía ahora de una visión femenina. Ejemplo de ello fueron las dudas que la sastre suscitó entre sus patronistas y fabricantes al crear nuevas siluetas. “El cuerpo de la mujer necesita un enfoque distinto al del hombre. Sin ir más lejos, se curva de manera diferente”, apunta la diseñadora que, más allá de las cuestiones técnicas, despertó ciertas inquietudes en otros aspectos. En lo que respecta a la confección, Slevin se decantó por el uso de telas como la seda y el satén que dispuso en el interior de la chaqueta, pero no sólo en el forro (como es habitual), sino también por dentro de las mangas. Todo un despilfarro a ojos de sus colegas. “Yo sabía que estaban en lo cierto, pero las mujeres tenemos la piel más suave y necesitamos tejidos acordes que nos hagan sentir bien”, declara de forma tajante.

Por qué elegir Banshee of Savile Row

Es precisamente este cuidado por los detalles y el buen hacer, además de la apertura hacia un nuevo mercado, lo que convierte a Banshee en una firma reconocida y pionera en su sector. No obstante, la verdadera diferencia radica en la empatía y el interés que Ruby Slevin muestra por sus clientas que, confiesa, le sirven como fuente de inspiración para sus diseños (además de Irlanda, su tierra natal). “Son mujeres maravillosas, ocupadas con sus vidas ajetreadas, que pueden tener trabajos importantes, familias, amigos… Están involucradas en muchas cosas diferentes, pero viven su día a día”, explica la sastre. “Crear ropa que potencie su vida y que ellas quieran llevar es mi mayor logro”, concluye.

En este sentido, Slevin siempre lo tuvo claro y afirma: “Me convertí en sastre porque considero que es la única forma de hacer ropa”. Y así es precisamente como mejora la vida de sus clientas a las que brinda la oportunidad de tener algo que se ajuste a la perfección, dejando de lado ese ‘momento drama’ del probador que tan bien conocemos (y sufrimos) las asiduas del fast fashion. “Es algo muy empoderador para las mujeres”, destaca la diseñadora. Y, aunque muchos lo tachen como algo frívolo, claro que lo es. Basta con echar la vista atrás, hasta las décadas de los setenta y los ochenta, y recordar las populares corrientes del power dressing y el power suit que reinterpretaron la sastrería femenina y convirtieron al traje en la piedra angular de un armario dirigido a obtener éxito.

Uno de los diseños de Banshee of Savile Row.
Uno de los diseños de Banshee of Savile Row.Cortesía de Banshee

La magia del bespoke

Para entender el peso que todos estos conceptos tienen realmente, habría que detenerse a analizar el proceso del bespoke, que puede prolongarse de seis a ocho semanas: desde la consulta inicial, pasando por la toma de medidas y la elaboración del patrón, hasta el ajuste y la confección final… Todas y cada una de las piezas que forman parte de este reloj bien engrasado que es la sastrería a medida deben encajar a la perfección, siendo la primera de todas ellas determinante para garantizar un buen resultado final. “Conocer el estilo de vida y las necesidades de cada clienta es lo que me permite crear algo bonito, pero que a su vez sea funcional. No busco imponer mi ego o mis ideas. Lo que quiero es crear una prenda versátil, que sirva tanto para ir a trabajar, como a un evento de noche. Para mí, eso es un buen trabajo”, explica la sastre.

Por tanto, la sastrería a medida va más allá del cuerpo. No sólo se adapta a tu figura, sino también a quién eres. “Es una forma de magia y creación. Una especie de alquimia en la que lo que has creado a partir de un pequeño muestrario de telas se convierte en una prenda acabada que te hace sentir poderosa”, comenta la diseñadora a este respecto. Una magia que además de estar presente en todo el proceso creativo, se vislumbra en el propio nombre de la firma. En el folclore irlandés, las banshees son vistas como espíritus femeninos que anuncian con sus llantos y gritos la muerte de un pariente cercano. Sin embargo, y a pesar de las connotaciones negativas que este nombre podría sugerirnos, Slevin aclara que en el idioma irlandés se traduce literalmente como ‘mujer hada’. Y explica: “Representa a la triple diosa, es decir, todas las formas de la mujer, que son: la doncella, la madre y la matriarca. Ésta última también es descrita como la arpía, una anciana que se lamenta y simboliza la muerte. Creo que describir a una mujer mayor como una arpía es parte del patriarcado y no me parece correcto. Todas las formas de mujer a lo largo de la vida son hermosas y esto es lo que quiero capturar con mi idea de la mujer Banshee”.

Sastrería y moda: ¿dos caras de la misma moneda?

Una mujer que, según Slevin, “se mueve entre diferentes mundos”. Con estas palabras, la fundadora de Banshee también expresa su firme propósito de unir la sastrería a medida con la moda contemporánea. Algo que dejó claro con su participación en la semana de la moda de Londres hasta en tres ocasiones. Pero, ¿algo que ha sido concebido bajo la premisa de la atemporalidad puede a su vez estar a la moda? La respuesta es sí. “Se trata de tener menos ropa, pero de gran calidad, sin sacrificar en el corte, en el tejido ni en la confección. Para mí, eso es la moda y, por supuesto, la sastrería; y la forma en que lo interpretas a través de tu estilo personal es la forma de unir ambas realidades”, declara la sastre.

A pesar de que esta filosofía no sea ninguna novedad -de hecho, ya nos lo advirtieron nuestras madres-, es toda una declaración de intenciones en un momento en el que las tendencias se suceden a toda velocidad y los fashioncore parecen reinar el panorama. “Con respecto al fast fashion es fascinante y muy revelador ver cómo la actitud hacia las compras está cambiando. Cada vez más jóvenes son conscientes de que no quieren apoyar la moda rápida. Así que, aunque aún no tengan presupuesto para Savile Row, prefieren comprar ropa de segunda mano o vintage. Y después, cuando consigan su primer buen trabajo, ahorrarán el dinero”, comenta Slevin acerca del futuro de la sastrería a medida ante la dictadura del ready to wear.

Un futuro que contempla nuevas siluetas como la sastrería en clave sport, tan popular entre celebrities como Hailey Bieber. “En la sastrería femenina moderna todo vale. No hay reglas. Cómo quieras interpretar y llevar tu ropa a medida depende totalmente de ti, y aquí es donde entra en juego el estilo personal. Romper las normas de lo que se espera es emocionante y la forma definitiva de expresarse”, afirma la diseñadora.

La libertad y el individualismo se presentan, por tanto, como las claves del nuevo panorama sartorial femenino que se diferencia así de la encorsetada sastrería masculina. “Creo que ésta ha evolucionado mucho en los últimos años, gracias a personalidades como Timothée Chalamet o Harry Styles”, apunta Slevin. Sin embargo, añade: “Pero el hombre de a pie sigue sintiendo los límites de las normas y de lo que es adecuado para determinadas ocasiones”. Sin ir más lejos, en la Gala MET de este año pudimos ver a unos cuantos valientes disfrutar de la ausencia de directrices en lo que a trajes respecta (véase Bad Bunny vestido de Maison Margiela). Pero, por suerte o por desgracia, la vida real no es la Gala MET y este derroche de creatividad no es en absoluto habitual entre los mortales. En cualquier caso, con extravagancias o sin ellas, “la ropa hace al hombre”, decía Mark Twain; aunque, en este caso, es la mujer la que hace al traje, que interpreta con su estilo personal como una auténtica banshee.


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