Manuela Carmena, la exjueza que diseña zapatos y se presenta a alcaldesa
La candidata por la agrupación Ahora Madrid a la alcaldía tiene una tienda social en el barrio de Malasaña. En ella vende ropa infantil hecha por reclusos de cárceles españolas.
Manuela Carmena (Madrid, 1944) muestra el entusiasmo que deposita en todo lo que hace y cree. Bien sea sobre las ganas de cambiar su ciudad, las prendas infantiles que se venden en su tienda o el sistema judicial español. Esta jueza, ya jubilada, fue cofundadora del despacho laboralista en el que se produjo la matanza de Atocha en 1977 y es una de las creadoras de la asociación Jueces para la Democracia y relatora de la ONU. El año pasado presentó su juego didáctico Play-Tos, para aprender el lenguaje y los mecanismos de la justicia. Y hace dos años montó un taller de juguetes de tela para presos que, a partir de 2013, comenzó a vender en su tienda Zapatelas (Manuela Malasaña, 21).
¿Por qué decidió presentarse a alcaldesa de Madrid por la agrupación ciudadana Ahora Madrid?
Por la cantidad de gente que me lo ha pedido. Lidero una candidatura de personas muy jóvenes que quieren construir una estructura social de la decencia. Mi referente es el alcalde de Nueva York Bill de Blasio, me gusta lo que leo de él y las medidas que toma.
¿Cómo le dio por diseñar zapatos para niños?
Mi suegra fue profesora de la Institución Libre de Enseñanza y tenía una sensibilidad y una capacidad estética extraordinaria. Guardaba muchísimas telas y cuando se murió, yo ya estaba jubilada y decidí quedármelas. Pensando qué hacer con ellas recordé una revista en la que había visto unos zapatos chinos e hice el primer modelo. Ahí empezó todo.
Y decide que los elaboren en la cárcel.
Sí. Hace dos años creé un taller para dar trabajo a los reclusos. Los jerseys y las cajas de muñecas de tela que vendemos los elaboran entre 28 hombres del taller del módulo 3 de la cárcel de Aranjuez y ocho mujeres de la cárcel de Alcalá-Meco. Los vestidos los hacemos en la Asociación del Padre Llanos.
«Los modelos más sencillos se elaboran en la cárcel», asegura Carmena.
Mirta Rojo
¿De dónde saca las telas?
Pues nos volvemos locas para conseguirlas. La mayoría provienen de África. Hace años hice un programa de cooperación en el Congo y me hice amiga de una monja española fantástica. Ella nos manda muchas de las que usamos para confeccionar. También nos llegan desde Senegal. Y si alguien va de viaje y me pregunta si quiero algo, la respuesta siempre es: telas.
¿Cómo reparte los beneficios de la tienda?
Lo reinvertimos todo en dar trabajo. Tenemos tres personas en nómina y vamos a montar otro taller en el madrileño barrio de la Fortuna. No hay beneficios. Todo forma parte de una ONG a la que llamé Cosiendo el paro, porque enseñamos a hombres y mujeres a aprender este oficio. Y solo quiero que sea sostenible desde el punto de vista empresarial. A veces pienso por qué la gente quiere ganar tanto dinero. Por qué se aspira a tener tres casas si solo es necesaria una.
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