Manteles únicos y platos de diseño: el inesperado furor por la decoración de mesas
Salir menos a cenar fuera y pasar mucho más tiempo en casa ha impulsado el interés por crear espacios en nuestro hogar dignos de revista de decoración. En España han surgido proyectos y marcas cuyo objetivo es hacer del acto de comer un espectáculo visual.
«Estar tanto tiempo en casa me despertó la curiosidad por la decoración, los objetos y los accesorios del hogar y supongo que, como yo, debe haber mucha otra gente». Elisabet Castella, que aprovechó los meses de confinamiento para lanzar The Platera, firma de vajillas pintas a mano, supone bien. El hashtag #tablescape, que aglutina en Instagram imágenes de mesas decoradas al milímetro, supera el millón de publicaciones y su popularidad no ha dejado de aumentar desde que la pandemia nos obligara a pasar mucho más tiempo en casa. Esas horas extra en el hogar han despertado la creatividad de algunos que, como ella, se han lanzado incluso con proyectos de decoración propios. Una oferta que conecta con la demanda creciente de aquellos que están centrando sus esfuerzos en embellecer sus casas ahora que la vida social se ha reducido y las escapadas a restaurantes están limitadas en horario o aforo. Algo hay que hacer con tanto pan, focaccia y bizcocho casero, y ya puestos, resulta más apetecible devorarlos sobre un mantel geométrico con servilletas en contraste, aunque sean de usar y tirar. «Poner la mesa pasó a ser durante los meses de reclusión el mejor plan del día», cuenta Castella.
La prescriptora Blanca Miró, que hasta ahora centraba su influencia en el ámbito de la moda siendo una de las españolas favoritas de las firmas internacionales, confirma la tendencia con el lanzamiento de @blanca_a_table, una cuenta enteramente dedicada al arte de crear la mesa perfecta. «Empecé a ver que mi Instagram personal estaba invadido por fotos de mesas y decidí abrir un perfil centrado solo en ellas. Siempre me ha gustado cuidar los detalles porque creo que hace las cosas más fáciles y agradables. Durante el confinamiento aún invertí más tiempo en jugar con vajillas, manteles, vasos, servilletas y accesorios varios para hacer set ups de mesas», cuenta esta joven que ha heredado de su madre, interiorista de profesión, el gusto por la decoración. «Cuando tengo invitados y ven una mesa con mucho color, estampados o algún objeto curioso siempre cae la foto y el comentario. ¿A quién no le gusta comer en una mesa bonita?», se pregunta Miró.
Su nuevo perfil, que supera los 5.500 seguidores con solo 64 publicaciones, ejemplifica en cada imagen el interés por convertir el acto de comer en casa en una experiencia equiparable a la de ir a un buen restaurante y, de paso, en contenido instagrameable. En sus mesas se mezclan vajillas de Bitossi Home, La Cartuja de Sevilla o la neófita The Platera con velas de Maison Balzac, manteles de Lisa Corti o La Double J y todo tipo de objetos de decoración de otras de sus firmas predilectas (a saber: Matilda Goad, Morano, Raawii, HAY design, Seletti, Nina Norgaard o Kitsch Kitchen).
El furor por las vajillas artesanales, los vasos de colores o los manteles de aire retro no es anecdótico y se está dejando notar en las ventas que registran las marcas de decoración. Según publica The Guardian, a medida que otras industrias languidecen, las servilletas y los manteles han aumentado sus ventas un 109% y un 102% interanual, respectivamente, en el retailer británico Argos y las ventas de mantelería se han duplicado durante las últimas seis semanas en los grandes almacenes Selfridges. En España, el 43,7% de la población valora más su casa tras estos meses y tiendas como Ikea han disparado sus ventas de mobiliario y decoración online.
«En mi caso la acogida está siendo muy buena y estoy recibiendo muchos pedidos», cuenta el alma máter de The Platera, que vende sus platos pintados a mano a través de Instagram. «El modelo más demandado es el Animal Series, una colección de platos con animales en blanco y negro rodeados por una corona verde, pero también he hecho versiones personalizadas. A la gente le gusta tener piezas únicas y estar presente en el proceso de creación. A día de hoy la mayoría de mis platos están en Nueva York, París o incluso Japón», cuenta con asombro. La estética de sus creaciones encaja muy bien con una de las tendencias decorativas que invade en Instagram: las mesas de aspecto handmade y referencias rurales, en las que conviven manteles de cuadros con bajoplatos de rafia y frutas perfectamente desperdigadas por toda la superficie (todo muy cottagecore). Junto a esta destacan las eclécticas sin miedo a la mezcla de estampados y con especial interés por las piezas retro (o las que lo parecen) y una tercera categoría mucho más formal y minimalista. En todas no faltan velas –mejor si son retorcidas o con formas imposibles– y centros florales.
Si bien según explica Louisa Preskett, de la empresa de alquiler de vajillas y decoración Maison Margaux, la obsesión por crear mesas espectaculares comenzó hace unos cinco años en el universo de los eventos de firmas de lujo, donde los invitados VIP comenzaron a inmortalizar las cenas más bonitas creando una auténtica competición ente las marcas, el confinamiento la ha hecho extensiva al resto de los mortales. Al menos a aquellos con tiempo, dinero y salud para centrar sus esfuerzos en rodearse de belleza. Este interés por los objetos decorativos no solo supone fuente de ingresos para pequeños artesanos o grandes casas especializadas, también incluso para marcas de moda que tienen piezas de decoración: de H&M Home a Primark pasando por etiquetas de lujo como Loewe, que recientemente lanzó una colección de velas y aromas para el hogar. Hasta Zara vende en su web –en la suya propia, no en la de Zara Home– una colección de jarrones en colaboración con la artista Jessica Hans. Nadie quiere perder su parte del pastel.
¿Algún truco de experto para aquellos que quieran probar suerte en el arte de la decoración de mesas? Para Blanca Miró lo principal es crear contrastes. “Puedes combinar colores potentes como un naranja o un amarillo y suavizarlos con un mantel claro. O al revés: elegir un mantel ecléctico y suavizarlo con la vajilla, siempre tiene haber un equilibrio. También es importante añadir un centro de mesa bonito eligiendo un buen jarrón repleto de flores especiales que no sean las típicas”. Elisabet Castella, al frente de The Platera, prefiere tomárselo como un juego y mezclar sin reglas. “No tengo demasiado en cuenta si el mantel pega con las servilletas o si la vajilla conjunta con el mantel y los cubiertos. A veces lo más inesperado es lo que queda mejor”.
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