Luis Vuitton presenta en Grecia su quinta colección de alta joyería, Deep Time
Piedras ancestrales tratadas por las manos artesanas de la maison. ¿El resultado? Joyas únicas, con detalles como los de los diamantes tallados con los emblemas de su Monogram.
Bajo el cielo de Atenas, en el auditorio Odeón de Herodes Ático, se presentaba la noche del martes la quinta colección alta joyería de Louis Vuitton, Deep Time. Una oda al tiempo transcurrido entre el nacimiento del planeta y hasta la creación de la vida, cuando nacieron muchas de las piedras preciosas que ahora llegan hasta nosotros en forma de legado geológico.
Esa herencia mística de la Tierra es precisamente el punto de partida de la nueva línea, concebida por Francesca Amfitheatrof, la directora artística de relojes y joyería de la casa: “Somos como siempre aventureros, viajando a lugares extraordinarios e inesperados”, explica la diseñadora. “Deep Time transporta profundamente al pasado, a un tiempo y lugar que es tan remoto y quizá incluso difícil de comprender. Aunque al mismo tiempo las gemas, esos tesoros que abarcan milenios, transportan allí, al comienzo del planeta”. Un total de 170 piezas únicas que hacen de esta la mayor colección de alta joyería de la casa hasta ahora.
Para celebrar este nacimiento, la firma celebró una velada ideada por el artista visual Dimitris Papaioannou. En el teatro que ha sido escenario de infinidad de espectáculos a lo largo de dos milenios, el griego diseñó una coreografía vanguardista para desvelar la nueva colección ante invitados como las embajadoras de la enseña Ana de Armas o Léa Seydoux. Papaioannou, el que fuera director creativo de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 2004, contó con el violinista Renaud Capuçon. Sobre el escenario ancestral, modelos de la talla de Edita Vilkevičiūtė, Malgosia Bela o Nora Attal.
“Tenemos la increíble ambición de encontrar las piedras más hermosas, que en Deep Time están todas conectadas a un tema, ya sea porque están formadas a partir de lava, porque provengan de diferentes continentes o porque simbolicen una idea”, cuenta Amfitheatrof. Una celebración del tiempo y de la belleza de la naturaleza con increíbles esmeraldas, zafiros o turmalinas.
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