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Los caracteres que fascinan al universo del lujo

La industria de la moda se rinde a los encantos tipográficos de Engravers Gothic, una fuente limpia y de gran interés visual que encaja muy bien con los valores que trata de defender.

engravers

En la última década la presencia de la fuente tipográfica Engravers Gothic ha adquirido tintes endémicos en el universo del lujo. Las virtudes de esta familia de letras resultan ampliamente reconocidas y perfeccionadas por las firmas de moda y algunas publicaciones de alta gama. Marc Jacobs, Balenciaga, Acqua di Parma o Carven son solo algunos de esos ejemplos. Estos nombres propios han decidido diseñar su logotipo únicamente con caracteres –en inglés, wordmark–, adaptando pequeños matices pero manteniendo la esencia de la Engravers Gothic con mucha mano y horas de Illustrator. Su elegante claridad sirve para encabezar entrevistas, adornar campañas, troquelar cinturones o identificar etiquetas. Y el resultado es el mismo en todos los casos: limpieza, simplicidad y clase.

Creada hace 150 años, en la década de los 90 el estudio estadounidense Bitstream la adaptó a los nuevos tiempos. Engravers Gothic cuenta con un diseño sin serif –carece de remates en cada carácter–, líneas rectas y curvaturas discretamente voluptuosas basadas en la forma de las letras de los manuscritos medievales. "Las características de los tipos Gothic incluyen un trazo grueso y pocas curvas", explica Robin Landa en el libro Diseño gráfico y publicidad (Anaya). La reciente popularidad de nuestra ubicua protagonista se basa en la apuesta que ideó el dúo neerlandés Jop van Bennekom y Gert Jonkers, editores de la revista masculina Fantastic Man, una de las más respetadas por los insiders de la moda.

Las páginas interiores de ‘Fantastic Man’ y su revista hermana ‘The Gentlewoman’ apuestan por Engravers Gothic.

D.R.

Fundada en 2005, esta publicación bianual apostó desde el principio por un diseño claramente rompedor. Rescató un puñado de tipografías demodé y puso en marcha una dirección de arte antiséptica para encuadrar contenidos intelectuales y perfiles de celebridades. Una década después el protagonismo de la Engravers Gothic en los titulares y los textos de sus páginas interiores sigue vigente, algo que en su momento fue considerado muy transgresor. "La audacia y la enormidad fueron las características que definieron gráficamente las décadas de los 80 y 90, con potentes estandartes visuales basados en variaciones de la fuente Futura –Red Bull, Dolce & Gabbana o Calvin Klein–", explicaba el periodista Kevin Braddock en el número de septiembre de la edición británica de Esquire. Actores como Fantastic Man abrieron la veda para cambiar esa tendencia.

Si a unos los consideran los padres de su popularización, otros pueden presumir de haber disparado primero. Tras un lustro de trabajo al frente de una casa intocable, en 1997 el diseñador Josephus Thimister abandonó la dirección creativa de Balenciaga. Sucedió después de un desfile que vació los salones de la avenida George V nada más empezar. Tanto Thimister como Nicolas Ghesquière, su sucesor, o más bien el conglomerado Jacques Bogart y más tarde Pinault-Printemps-Redoute –hoy Kering–, han mantenido el logotipo adaptado por el predecesor de Thimister, Michel Goma. El remozado logotipo de la casa se basa, con algunas variaciones, en la fuente Engravers Gothic. Pero no es la única. Tras el desastre de Perry Ellis en 1992, el dúo empresarial Marc Jacobs y Robert Duffy lanzó la firma Marc Jacobs con una identidad que se convertiría mundialmente famosa. Una vez más, dos triunfadores apostaban por la Engravers Gothic.

Campaña de Balenciaga para este otoño/invierno, retrada por Steven Klein, con el célebre logo de la firma en Engravers Gothic.

Balenciaga

La lista de marcas abonadas a esta fuente es hoy inabarcable. Desde el archifamoso logotipo de la firma italiana de fragancias y complementos Acqua di Parma –en 1993 los empresarios Luca Cordero di Montezemolo, Diego Della Valle y Paolo Borgomanero resucitaron la casa fundada en 1916 y rediseñaron su vieja identidad– a la rompedora apuesta de la casa sueca de fragancias Byredo, pocos se resisten a los encantos de unas letras claras, legibles, estéticas y de gran impacto visual. J.Crew también ha probado suerte con ellas en ciertas colecciones, así como las tiendas online de lujo Mr. Porter y Matchesfashion para sus logotipos. No solo la moda se ha fijado en la Engravers Gothic: Zara Home, la bodega italiana premium Scavi & Ray y la célebre agencia de fotógrafos M.A.P. también lo han hecho.

Hay quien asegura que nos encontramos ante la nueva Helvetica, paradigma del género tipográfico de las últimas dos décadas. Como bien recuerda John Kane en su Manual de tipografía (Gustavo Gili), en el año 2000 la revista estadounidense International Design nombró la fuente creada por Max Miedinger y Eduard Hoffmann "uno de los cien mejores diseños del siglo XX" por ser "la única muestra de esta disciplina que alternaba con el mobiliario, la iluminación, los objetos, los enseres del hogar y los artículos característicos del diseño industrial que conforman nuestro entorno". Incluso el cineasta independiente Gary Hustwit filmó en 2009 Helvetica, un documental que descifraba su leyenda y sus diversas aplicaciones.

Es pronto para afirmar si la Engravers Gothic contará con la misma fortuna. Todavía son muchas las marcas que se mantienen fieles a la fuente Futura –Louis Vuitton o Dolce & Gabbana– y la propia Helvetica –American Apparel o Comme Des Garçons–. Cuando Hedi Slimane tomó las riendas de Yves Saint Laurent en 2012 no solo se cargó a Yves, también decidió unirse al grupo de los adictos a la Helvetica. Habrá que esperar para ver cómo se desarrolla la repentina notoriedad de la Engravers Gothic. De momento vive entre algodones y casas de lujo. El día que una multinacional la haga suya el cuento habrá terminado.

Diseño gráfico para una colección de J.Crew y perfume de Byredo.

D.R.

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