La madre de Olivia Wilde quiere plantarle cara a Trump en el Congreso
“Hagamos América justa de nuevo” es el lema de Leslie Cockburn, corresponsal de guerra ganadora de dos premios Emmy por su trabajo periodístico y madre de la célebre actriz.
“Nunca tuve ambición de hacer política”, aseguraba Leslie Cockburn en una entrevista con The Washington Post. Esta periodista de investigación y corresponsal de guerra, graduada en la prestigiosa Universidad de Yale, es una de las más reputadas firmas de la información estadounidense. Cuenta con un par de premios Emmy gracias a su trabajo en el formato informativo 60 Minutes y otro por un ensayo sobre la crisis económica titulado American Casino. Otro importante dato biográfico en el apartado personal, imposible de pasar por alto, es que hablamos de la madre de la actriz Olivia Wilde, conocida por sus papeles televisivos en series como House o películas como Tron: Legacy. Como sugiere el título de su biografía (Looking for Trouble), Cockburn tiene apego por buscar problemas, pero ahora también quiere darles solución. A los 66 años, ha decidido iniciar su carrera política y postularse para la Cámara de Representantes de Estados Unidos (cámara baja del Congreso) como candidata demócrata por el distrito 5 del estado de Virginia. ¿Quién es el culpable de semejante cambio de parecer? Nada menos que el presidente de los Estados Unidos.
Escribir una novela, pasar tiempo con sus nietos, aprender árabe o formarse en viticultura eran sus últimos intereses hasta que el desprecio por las mujeres de Donald Trump la empujó a intentar cambiar las cosas. Después de sumarse a la Marcha de las Mujeres y dar algunas charlas sobre el reciente concepto de las fake news (noticias falsas), Cockburn decidió presentar su candidatura e ir de puerta en puerta buscando apoyos en un distrito donde Trump arrasó hasta por 11 puntos en noviembre de 2016. “He cubierto muchas guerras, me he metido en cosas difíciles y hasta peligrosas como reportera, pero en lo que respecta a mi trayectoria, la verdad es más fuerte que la ficción”, declaró en The Huffington Post. Su carrera y sus memorias, tituladas Looking for Trouble: One Woman, Six Wars and a Revolution (Buscando problemas: una mujer, seis guerras y una revolución), parecen pruebas suficientes de que lo suyo son los retos no exentos de peligro.
«[Mi madre] me inspira muchísimo porque está pasando de una carrera de 35 años en el periodismo a una en la política, y hacerlo a los 66 años es muy estimulante. Me encanta la idea de hacer posible el seguir evolucionando a medida que te haces mayor y más sabio», ha confesado una orgullosa Olivia Wilde a The Hollywood Reporter. La actriz, que saltó a la fama gracias a su papel de Trece en la ficción House, se encuentra actualmente rodando su ópera prima como directora: Booksmart, una comedia en la que cuenta con Lisa Kudrow o su pareja en la vida real Jason Sudeikis (Saturday Night Live) como protagonista. Además de confesar públicamente la gran relación que mantiene con su madre, se ha comprometido a hacer campaña por ella en plena calle, intentando convencer a los electores de que su progenitora es la mejor opción para el distrito, pero manteniéndose lejos de los focos para no “convertirse en una distracción” y dejarle todo el protagonismo.
Wilde, que aparece en una foto familiar en la web que impulsa la campaña política de su progenitora, fue uno de los rostros conocidos que apoyó la candidatura de Hillary Clinton a la presidencia de Estados Unidos hace un par de años y fue una de las oradoras en la Marcha de las Mujeres celebrada en Los Ángeles este pasado mes de enero. La actriz, que es madre de un niño y una niña y ha visibilizado los problemas de la maternidad en sus redes sociales, acompañó el anuncio de su embarazo de Daisy en Twitter con la famosa frase de Clinton: “Cuando Donald Trump habla sobre las mujeres, nuestras hijas pueden oírlo” y el hashtag #NeverTrump. En su Instagram, entre foto y foto de familia, carrera profesional o algún que otro look, se posiciona en temas políticos denunciando el racismo endémico de Estados Unidos, las políticas migratorias de Trump y la separación de cientos de niños de sus familias o el reciente caso de acusaciones sexuales contra el juez conservador Brett Kavanaugh. Ahora su propia madre podría luchar cara a cara contra los graves problemas estadounidenses logrando “hacer América un poco más justa”.
Cockburn saltó a los titulares el pasado verano cuando aseguró en Twitter que su oponente republicano, Denver Riggleman, además de hacer campaña junto a un supremacista blanco, tenía una colección de libros de Bigfoot Erotica, un subgénero pornográfico que sitúa a una bestia mitológica de aspecto parecido al del simio en el centro del relato erótico. La acusación propició unos cuantos artículos sobre porno criptozoológico y un aumento de las búsquedas de este tipo de cine, según informó el portal especializado Pornhub. Pero además de despertar la curiosidad de sus paisanos por la sexualidad de este fantástico ser que habita en los bosques de Estados Unidos, la anécdota aumentó notablemente la popularidad de Cockburn en Internet. Su carrera por conseguir un escaño en la cámara baja es una de las más ajustadas del país, con apenas medio punto diferencia estimado entre ambos candidatos.
My opponent Denver Riggleman, running mate of Corey Stewart, was caught on camera campaigning with a white supremacist. Now he has been exposed as a devotee of Bigfoot erotica. This is not what we need on Capitol Hill. pic.twitter.com/0eBvxFd6sG
— Leslie Cockburn (@LeslieCockburn) July 29, 2018
Como reza el primer anuncio televisivo de su campaña política, la periodista cubrió las guerras de Afganistán, Irak, Somalia, Colombia, Camboya y América Central, además de investigar sobre las armas nucleares, la jihad radical o entrevistar a narcotraficantes. Ha cenado con los hijos de Saddam Hussein y ha tomado el té con el mismísimo Gadafi. Todo mientras criaba a sus tres hijos y firmaba varios proyectos audiovisuales junto a su marido, Andrew Cockburn, periodista británico actualmente al frente de la información de Washington en la edición estadounidense de Harper’s Bazaar. «Si bien la gente a menudo me preguntaba si me preocupaba dejar a mi familia, nadie le ha preguntado eso nunca a Andrew”, escribió en sus memorias a propósito de los viajes a zonas de conflicto que realizaba cuando sus hijos eran pequeños.
Descendiente de una familia acomodada, dicen de ella que “los republicanos han tratado de pintarla como parte de una élite cuya conexión con Virginia es la de un visitante de fin de semana”. Pero lo cierto es que desde 1999 el matrimonio vive en una granja en el condado de Rappahannock (Virginia) y, hasta la fecha, Cockburn ha recaudado casi tres veces más dinero que su oponente. La demócrata, que ha realizado varios años de servicio comunitario en organizaciones dedicadas a la conservación medioambiental, promete en su campaña ocuparse de los problemas ecológicos que afectan a la zona. También de cuestiones sociales como la atención médica, la justicia racial o la prohibición de las armas de asalto, todo bajo el lema “Let’s Make America Fair Again” (“Hagamos América justa de nuevo”, en clara respuesta al polémico eslogan impulsado por Trump: “Make America Great Again”). El próximo 6 de noviembre, fecha de las elecciones, veremos si los electores le otorgan su confianza para hacerlo realidad.
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