La modelo más espectacular de la Alta Costura de París tiene 85 años

Dicen que Diana Vreeland le dijo en 1944 que tenía el cuello un centímetro y medio demasiado corto. Ella, no se sabe cómo, lo hizo crecer. Con Carmen Dell’Orefice no hay debate posible. Diva indiscutible de la industria, encarna la elegancia, porte impecable y belleza de un gremio que la colocó en la portada de Vogue hace 70 años, cuando apenas tenía 15. Siete décadas después sigue acaparando protagonismo (y suspiros de envidia). El miércoles volvió a hacerlo, cuando apareció flanqueada por dos jóvenes en el desfile de la Alta Costura parisina de Guo Pei.

La diseñadora china que popularizó (y viralizó) Rihanna con la infinita capa amarilla que lució en la gala MET de 2015, emplazó su desfile en la Conciergerie, donde Maria Antonieta estuvo encarcelada antes de pasar por la guillotina. Allí, entre las modelos que lucieron trajes medievales con solemnitud eclesiástica, cerró el desfile Dell’Orefice.

Hija de un violinista italiano y una bailarina húngara, esta neoyorquina se ganó la vida cómo pudo en los años 30, después de que el músico echase el vuelo y las dejase en la estacada. Bailarina de ballet (casi lo deja a los 12 años tras un fiebre reumática), a los 13 años fue descubierta por un agente en un autobús de camino al trabajo.

Dos años después, era portada de Vogue. La fotografiaron Avedon, Penn, Horst y todos los grandes. Y no ha dejado de trabajar. Solo este invierno ha protagonizado la campaña de Sephora, H&M o Philip Plein (y protagonizado un editorial para nuestra revista) y no tiene pinta de que vaya a parar. Larga vida a la emperatriz de la moda.