La moda se muda a L.A.
La industria de la moda aplaude e invierte en una de las señas de identidad de la ciudad californiana: un estilo relajado que bascula entre el lujo y el ‘vintage’.
Considerada hasta hace relativamente poco paraíso de camisetas y vaqueros, «en los últimos años Los Ángeles ha generado una escena creativa muy interesante que atrae a diseñadores emergentes. Incluso nombres consagrados como Tom Ford o Hedi Slimane se han instalado en la Costa Oeste», analiza Nicole Rye, directora creativa de M.Nii, firma con raíces surferas e influencias cali-japo-hawaianas. Marcas como Rodarte, The Row o Band of Outsiders (con estudio y sede en LA) rompieron hace tiempo con el centralismo de la Gran Manzana. «Esta urbe tiene una mentalidad más joven», asegura Tim Kaeding, cofundador y diseñador de Mother Denim. «Hay mucha más libertad y menos infraestructura; dos condiciones que resultan refrescantes en términos de creatividad», cree Diana Ra, fundadora y diseñadora de dRA. Para Scott Sternberg (Band of Outsiders), «es una burbuja que te permite funcionar al margen de las leyes (y tendencias) del circuito tradicional; si trabajara en Nueva York, el punto alternativo desaparecería». «Además, el mercado internacional está experimentando un cambio hacia una estética más informal, que encaja perfectamente con el espíritu de California», explica Ra. «Si Nueva York quiere mantener el título de capital de la moda tendrá que abrazar el relajado estilo angelino», vaticina Kaeding. «Algunos de nuestros mejores clientes están en Manhattan; allí, los compradores apuestan ya por colecciones más desenfadadas», confirma Ra (con fans como Beyoncé).
«Sin embargo, no creo que sea la manera de vestir el motor del cambio. Es más el espíritu de la ciudad», opina Greg Chait, fundador de la marca artesanal de punto The Elder Statesman. «Más allá de desafíos técnicos, decidí establecerme aquí porque me gusta el ambiente de la zona», ha confesado Rozae Nichols, de Clover Clanyon. «Hace sol y tiene rollo. Al atractivo del entorno y una vida saludable se une el hecho de ser la meca del mundo de la música y el entretenimiento. Es el patio de recreo perfecto para arreglarse e ir tirado. La mayor parte de los días parece que es primavera o verano, y por la noche refresca lo justo para envolverse en cachemir. Puedes surfear en Malibú, hacer senderismo en Temescal Canyon, pasear por Arts District o ir de compras a Maxfield, tomar el brunch en Soho House y cenar en Crossroads (incluso el veganismo es glamuroso). En definitiva, tiene la combinación perfecta de buen clima y sofisticación, de moda casual y alfombra roja», defienden Scott Studenberg y John Targon, embajadores del lujo sin género desaliñado de Los Ángeles con la enseña Baja East. A estos incentivos se unen grandes naves y alquileres bajos; algo difícil, sino imposible, de encontrar en París o Nueva York y que convierte esta metrópolis en la opción más viable para emprender si eres joven y quieres crear tu propia etiqueta. Otro punto a favor: la proximidad de las fábricas. El 33% de la producción textil made in USA se reparte entre Los Ángeles y el Condado de Orange (más del doble que en Nueva York), lo que permite a las firmas locales supervisar el producto al instante (y de paso suprimir tasas de transporte). Si históricamente la industria de la zona ha girado en torno al denim [Guess, J Brand, 7 For All Mankind…] y líneas de un presupuesto moderado, hoy está creciendo el núcleo de talleres que apuestan por técnicas más sofisticadas y artesanales.
Esto es Hollywood, la tierra de los sueños. «Los Ángeles es sinónimo de industria; en otras palabras, cine, televisión y música. Esos son los sectores que de verdad pagan las facturas en este estado», dice Chait. De ahí que sea una de las urbes con mayor concentración de fotógrafos, maquilladores, estilistas… «En ese sentido, hace tiempo que es una capital de la moda. No hay diseñador que no tenga puesta su vista en esta localidad. Muchos visten a músicos o diseñan looks para la alfombra roja. Y casi todos están invirtiendo en la zona y abriendo boutiques increíbles», señalan Studenberg y Targon. El año pasado, las hermanas Olsen inauguraron aquí la única tienda de The Row. También en 2014, para celebrar el 40 aniversario del wrap dress, la neoyorquina Diane Von Furstenberg apostó por la Costa Oeste para presentar la muestra Journey of a Dress. El mismo destino eligió Louis Vuitton en febrero para estrenar la exposición Series 2: Past, Present and Future. También aquí, el fin de semana de los Oscar, desfiló Tom Ford (aunque la próxima temporada volverá a la fashion week londinense). Burberry, que abrió su buque insignia en Rodeo Drive en noviembre, celebró hace apenas dos días una gran fiesta en el corazón de la ciudad. Y el 6 de mayo, Louis Vuitton volverá a viajar, esta vez a Palm Springs, para desvelar sobre la pasarela su colección Resort. El cambio de percepción es real. «La gente empieza a entender que esta metrópolis tiene talento y creatividad… y no solo en la temporada de premios», zanja la diseñadora Monique Lhuillier.
Rodeo Drive, una zona de Beverly Hills en la que se concentran las principales ‘boutiques’ de lujo del mundo.
Jose Girl
En 2014, las hermanas Olsen abrieron en Los Ángeles la primera y única ‘boutique’ de The Row.
Cortesía de The Row
La fundadora de la firma Reformation, Yael Aflalo (izda.), en una sesión de prueba de vestuario.
Cortesía de Reformation
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