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La moda piensa en pequeño

Las firmas de moda se dirigen a un consumidor cada vez más joven y los padres aplican las tendencias en sus hijos. Llega el momento de los mini-fashionistas.

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Getty Images

Cambian rápido de talla, su comodidad es fundamental y tienen predilección por saltar en charcos. A primera vista, los niños no son clientes potenciales de ropa de diseño. Sin embargo, la moda infantil de alta gama vive, en plena recesión, una etapa de expansión. Acaba de anunciarse que el próximo marzo Londres organizará la primera semana de la moda infantil. Bautizada como Global Kids Fashion Week, mostrará las tendencias para el otoño-invierno 2013, que permitirá la asistencia del público general a los desfiles y actividades. Un ejemplo que ilustra la creciente relevancia que tienen los más pequeños en la industria.  Más allá de perfumes, accesorios o maquillaje, las firmas quieren convencer a los padres para vestir mini-yos, asegurar futuros clientes y probar que siguen el pulso apuntándose a una tendencia en alza.

“En niños es donde menos escatimamos las madres” nos cuenta Paula Morera, del blog Mamá Trendy, que confecciona y vende sus propios diseños. “Es algo que una madre siempre compra y se quita de ella para poner guapos a los pequeños. A la gente les encanta llevar a sus hijos bien vestidos y ahora existe muchísima variedad que antes no se encontraba. En mi caso,  no suelo pasar de 50 euros por prenda o 90 en el caso de abrigos y procuro buscar opciones asequibles”. Como ropa de batalla compra pantalones vaqueros o pana pero no chándal “Me cuesta bastante. No se lo pongo nunca”
 

Jennifer Lopez con su hija Emme en un desfile de Chanel

Gtresonline

Aqunue las ganancias de firmas en mini aún representen un pequeño porcentaje del total de moda para niños, el sector crece a mayor velocidad que el resto.  Las ventas de productos infantiles de un clásico como Burberry, alcanzaron durante el año 2011-2012 unos beneficios 82 millones de euros, procedentes principalmente de los países asiáticos. Y la oferta ya no se restringe a Ralph Lauren, Burberry o Baby Dior. En los últimos años grandes firmas como Oscar de la Renta, Dolce & Gabbana, Marni, Cavalli, Fendi, Gucci, o Lanvin han desarrollado líneas infantiles a precios no precisamente reducidos. 

Los grandes almacenes de las principales ciudades del mundo dedican un espacio privilegiado a estos productos y las cadenas -siempre pendientes del sector del lujo- despuntan con colaboraciones de diseñadores como las de Stella McCartney y Diane Von Furstenberg para Gap Kids. Hasta la búsqueda de exclusividad que da una prenda antigua ha traspasado la esfera de lo adulto. Tiendas como Belleheir, o Dinky ofrecen vintage del más refinado, pero en miniatura. Ropa no apta para jugar en el parque.
 

Victoria Bekcham, a juego con Harper

Gtresonline

Todo esto contribuye a la ascendencia de los llamados no sin cierto sarcasmo VIK, o Very Important Kids. Los huéspedes de hoteles como el Four Season Berlín que tienen la posibilidad de tomar la merienda con una vajilla en miniatura; los hijos de editores de moda y estilistas que se sientan (normalmente muy aburridos) en la primera fila de los desfiles. O los retoños de famosos, ataviados con leggings brillantes de American Apparel y tan buscados por los paparazzi como sus padres.

Harper Beckham, de sólo 15 meses, es la máxima exponente de la nueva generación de niños estrellas de la moda. Su guardarropa repleto vestidos de Chloé, Stella McCartney y Little Marc Jacobs tiene poco que envidiar al de su madre Victoria.

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