La meditación es la nueva panacea
La técnica que aboga por el despertar de la conciencia gana adeptos y amenaza con desbancar al yoga en la gran ciudad.
Emma Watson declaraba recientemente en Twitter utilizar la aplicación Get Headspace para meditar, y la guionista, directora y actriz de Girls, Lena Dunham, afirma practicar a diario esta técnica. «Es algo que hago desde los nueve años. Me ayuda a organizarme, a sentirme feliz y a ser capaz de afrontar los retos del mundo, internos y externos», comentó en el foro Women/Meditation/Stress que ofreció la David Lynch Foundation. El cineasta y Dunham han integrado en sus vidas la meditación trascendental. Según Antonio Bartolomé, su presidente en España, «consigue transportar la mente a niveles profundos de conciencia y esto se traduce en eficacia ante la vida». Veinte minutos por la mañana y por la noche equivalen a cinco horas de sueño. «El cuerpo alcanza un descanso muy intenso porque en este estado consume un 16% de oxígeno menos que cuando duerme», asegura Antonio. Con cada sesión se entrena al cerebro, que aprende a desarrollar sus cualidades esenciales: concentración, introspección y relajación. «Es una herramienta que sirve para observar lo que ocurre en la mente desde el desapego y entenderlo como un fenómeno», comenta Liliana Ester García, coordinadora del grupo de psicología y meditación del Colegio de Psicólogos de Madrid.
Durante el día estamos despiertos 16 horas y activar la conciencia plena ayuda a autogestionar las emociones y favorece al rendimiento. «Con la meditación conseguimos centrarnos en el presente en lugar de estar obsesionados con los resultados. Conozco marines y deportistas de alto nivel que siguen esta disciplina porque el tiempo que la cabeza permanece en una tarea sin desviarse multiplica la productividad», explica Ramón Leonato, presidente de la Sociedad Española de Meditación.
Jack Kornfield, profesor budista, en Wisdom 2.0.
Getty Images
En el barrio madrileño de Malasaña, entre tiendas ecológicas y talleres de bicicletas fixies, acaban de inaugurar un centro dedicado al tema. «Se acerca mucha gente pidiendo ayuda contra el estrés, la ansiedad, la insatisfacción y la depresión», cuenta Tania Sanz, directora del centro budista Vajrayana en Madrid (Manuela Malasaña, 26). A diferencia de las escuelas de yoga que han proliferado en entornos urbanos, las de meditación suelen ubicarse en las afueras porque, como dice Tania, se conecta mejor en entornos aislados. Sin embargo, es justo la celeridad de la ciudad lo que acerca estas prácticas a la sociedad. «Nos hemos adaptado a las necesidades urbanas con programas de 30 minutos», continúa.
Los últimos en engancharse a este método son los millenials, quienes casi lo ven como una necesidad: esta generación tan informada necesita desconectar. Paradójicamente la fría tecnología se ha convertido en un canal que pide reforzar la vida interior. «Sin conciencia plena, podemos estar más conectados de forma técnica, pero sin conciencia plena nos alejaremos de nosotros mismos y de los demás», comentó Soren Gordhamer, fundador del congreso Wisdom 2.0 que explora cómo los entornos digitales pueden aumentar el bienestar interno y externo.
Entre sus ponentes, los fundadores de Facebook, eBay y PayPal. Desde el móvil, la aplicación Mindfulness y Meditación guía el proceso en cinco, 10 15 o 40 minutos. La medicina también apunta a esta corriente con el Biofeedback –técnicas monitorizadas– para tratar enfermedades provocadas por el estrés o la ansiedad. «Se llega a un estado de relajación capaz de influir en el sistema inmunológico», asegura la psicóloga Emma Barthe, miembro de Thedoctors.es.
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