La emocionante historia del vestido blanco que Tiffany Haddish recicla sin parar
La actriz y cómica ha sido elegida una de las personas más influyentes del mundo, según la revista Time. Ante la insistencia de los medios, por fin ha contado porque cuando tiene un evento importante repite un vestido blanco firmado por Alexander McQueen.
Tiffany Haddish ha sido elegida como una de las 100 personas más influyentes del mundo, según la revista Time. La actriz y cómica encarna a la perfección el clásico sueño americano de triunfar viniendo de la nada. Su historia, cargada de abusos sexuales, maltratos y casas de acogida, es la prueba de que a veces el talento y la perseverancia te pueden hacer triunfar incluso cuando todo está en tu contra. «Cuando conocí a Tiffany no tenía casa y dormía en un coche donde guardaba todas sus pertenencias. Le presté 300 dólares, todo lo que llevaba encima», cuenta el cómico Kevin Hart en el texto que escribe en Time para contarle a los lectores por qué la actriz merece estar en la prestigiosa lista.
Quizá porque Tiffany Haddish sabe bien lo que es no tener nada, ni siquiera una casa donde dormir, ha decido que una vez que ha dado el paso de invertir en un gran vestido lo mejor lo mejor es amortizarlo. Sobre todo si se trata de una elegante modelo blanco firmado por Alexander McQueen. Ante la insistencia de los medios, que no paraban de preguntarle porque se viste siempre igual en los grandes eventos, la actriz ha contado la historia a W Magazine. «Yo decidí contratar un estilista cuando estaba en promoción de Girls Trip. Entonces mi estilista me dijo que si quería estar en el siguiente nivel tenía que gastarme algo de dinero. Yo quería lucir lo más guapa posible así que acepté la propuesta».
Todo iba bien hasta que la actriz se tuvo que enfrentar a la factura del vestido. Justo después de la premiere de Girls Trip llegó el momento de pagar. «Fue justo después de llevarlo en el estreno de la película cuando fui consciente de lo que había costado. De pronto vi el recibo y me puse a llorar. El vestido había costado 4.122 dólares. (3.357 euros)».
Así que Haddish decidió darle una segunda oportunidad convirtiéndose en la primera comediante negra en presentar el Saturday Night Live vestida con el impecable vestido blanco de McQueen. Y también una tercera: luciéndolo en la última ceremonia de los Oscar, donde lo combinó con unas zapatillas de andar por casa para presentar junto a Maya Rudolph el premio al mejor corto documental y corto de ficción. Su intervención fue una de las más aplaudidas de la noche y muchos tuiteros pidieron que ella sea la encargada de presentar la gala en 2019.
“Mira el vestido me costó 4.000 dólares. Lo voy a llevar muchas veces. No me importa lo que diga la gente. De verdad ese recibo podría ser la entrada de un coche o una factura médica. Por mucho que alguien me diga que no debería llevar ese vestido más veces en público puedes estar seguro de que me lo volveré a poner».
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