Del mito del pescador desaparecido en el mar a símbolo de riqueza: historia del jersey de Aran, la prenda que fascina a internet
Bautizado en honor a las islas irlandesas de donde es originario, el suéter de ochos vuelve a ser viral después de ver a Adam Driver como Maurizio Gucci luciéndolo. También ocurrió con Chris Evans o Taylor Swift.
Cuenta la leyenda, que cada familia que habita en las islas Aran (tres pequeñas islas situadas en la bahía de Galway, en Irlanda) tiene un jersey de lana con un diseño propio y único. La razón en la que se basa el mito es tan oscura como fascinante: si alguno de los pescadores que se aventuraba en el océano Atlántico acababa siendo engullido por las fuertes olas y moría ahogado podría ser identificado cuando, semanas después, su cuerpo alcanzara tierra firme. A pesar de que la historia no tiene base histórica, suele aparecer en información turística, exposiciones y ficción, habiendo sido impulsada por obras como Riders to the Sea de 1904 (que, por cierto, ha inspirado recientemente una colección de la diseñadora irlandesa Simone Rocha), además de libros y películas. La fábula es solo un ejemplo más de la narrativa que rodea al jersey de Aran, ese famoso suéter de ochos trenzados que suele ser de color claro y que a pesar de ser un clásico despierta gran fascinación cada vez que un personaje relevante lo luce.
Ocurrió, por ejemplo, cuando en 2019 el actor Chris Evans apareció con un jersey de Aran en la película Puñales por la espalda. La prenda despertó entonces el furor de internet, que la viralizó a la velocidad de la luz disparando incluso las ventas en firmas especializadas como la irlandesa Blarney Woolen Mills, que experimentó un aumento del 150% en las de su modelo más clásico. Tal fue la revolución que incluso el perfil de Twitter de la película cambió su nombre a «la cuenta del jersey de Chris Evans». Algo parecido ocurrió hace unos días, justo después de que vieran la luz las primeras imágenes de Adam Driver y Lady Gaga en House of Gucci, la adaptación cinematográfica del asesinato del heredero de la firma textil. El jersey de ochos color hueso que luce Driver, que dará vida al mismísimo Maurizio Gucci, no tardó en copar titulares recordando una vez más el poder que tiene esta prenda tradicional irlandesa, también conocida como jersey de pescador, para revolucionar las redes. Taylor Swift, ataviada con uno casi idéntico en una imagen de su disco Folklore es otra de las apariciones más recientes de una prenda que han lucido figuras como Steve McQueen, Marilyn Monroe o Elvis Presley.
Este tipo de jerséis se confeccionaban en su origen con báinín —la lana de oveja que todos tenemos en la cabeza, de color crema– sin lavar, un truco que conservaba la lanolina natural del animal haciéndolos repelentes al agua. De ahí que fueran uniforme diario de los pescadores que faenaban en la bahía de Galway y los manchaban de pescado y restos marinos. Nada más lejos del significado que la prenda ha ido adquiriendo fuera de su contexto original. Como explicaba en The New Yorker la diseñadora de vestuario de Puñales por la espalda, Jenny Eagan, la prenda tenía sentido para vestir al personaje interpretado por Evans porque «el blanco es el color del ocio, de un hombre que no ha tenido que trabajar en toda su vida y que puede permitirse vestir un tono que debe permanecer impecable porque no está haciendo el tipo de trabajo que implica mancharse». Si bien Maurizio Gucci era el jefe de una firma de moda, el jersey también ayuda a construir la imagen de un tipo rico, vinculado al lujo y a la vida après-ski, esa a la que solo pueden acceder unos pocos. Las celebridades que lo han lucido a lo largo de los años –de Steven Spielberg a Grace Kelly pasando por ejemplos más actuales como Olivia Palermo o Gwyneth Paltrow– también contribuyen a reforzar el símbolo de estatus que destila.
Además, tanto la película protagonizada por Evans como la de Driver, están basadas en historias de asesinatos por resolver, por lo que de alguna forma refuerzan la historia cargada de simbología, leyendas y muertes en alta mar que rodea a la prenda. Heinz Edgar Kiewe, un tejedor y tendero alemán que extendió la idea de que este tipo de jerséis se remontaba a los celtas (en realidad el diseño, tal y como lo conocemos, surgió a finales de la época victoriana y se convirtió en éxito comercial a principios del siglo XX), fue también el responsable de otorgarle ‘poderes’. Autor de The Sacred History of Knitting, creía que según el punto utilizado el jersey podía tener distintos significados: el de musgo o punto bobo era señal de abundancia, el punto de mora representaba la naturaleza e incluso ciertas formas de tejer simbolizaban las distintas etapas de la vida o el tino que se tendría en la jornada de pesca.
A pesar de que en el mercado es fácil encontrar diseños semejantes a los de Aran, muchos de ellos están creados de forma industrial y no pueden considerarse como tal. Parte del éxito actual de la prenda está conectado con la necesidad de preservar e incentivar las técnicas de confección tradicionales, por lo que diseñadoras irlandesas de renombre como Simone Rocha las están incorporando en sus colecciones. Son muchas también las pequeñas firmas locales que luchan por poner en valor el auténtico jersey de Aran, que además es considerado como símbolo de la cultura irlandesa. La profesora Siún Carden de la University of the Highlands and Islands ha dedicado un completo ensayo a la prenda ahondando en su historia y reivindicándola más allá de los mitos de los pescadores perdidos y los niños bien que la mantienen impoluta.
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