La pareja de ‘influencers viajeros’ que construyó una mansión en Bali con el dinero que ganaron en Instagram
Tras cuatro años inmortalizando (y monetizando) sus viajes por el mundo, Jack Morris y Lauren Bullen planean descansar en su nueva casa. Desde allí seguirán publicando fotos por «no menos de 3.000 euros» el post.
Cuando Jack Morris y Lauren Bullen se conocieron en las islas Fiyi hace cuatro años ya eran bastante famosos en Instagram. Ambos se dedicaban a viajar por el mundo inmortalizando en sus perfiles los más recónditos parajes y, de paso, colaborando con algunas marcas, hoteles y compañías de viajes como cualquier influencer que se precie. Fue, sin embargo, a raíz de empezar a salir juntos cuando las peticiones de colaboración y los consiguientes ingresos se multiplicaron. Es un hecho que las historias de amor funcionan bien en Instagram, razón por la que muchas blogueras han empezado a compartir imágenes de sus parejas, incluso aquellas que preferían mantenerlos en el anonimato. Por eso los seguidores y las ofertas de trabajo subieron como la espuma después de las primeras fotos juntos. A día de hoy, con 28 y 26 años respectivamente, ambos superan holgadamente los dos millones de followers y han ganado tanto dinero que acaban de hacerse una mansión en Bali con lo que han ganado como instagramers.
Hace unos años hubiera sido imposible para ellos pensar en vivir en una espectacular casa con piscina en una isla de Indonesia. Él trabajaba limpiando alfombras en una tienda de su Manchester natal y ella era asistente dental. Su pasión por conocer el mundo les llevó a aparcar sus trabajos y adentrarse en la trepidante vida de los mochileros. Pronto las instantáneas de sus viajes empezaron a reportarles likes y, más tarde, ingresos. «Un día una marca se puso en contacto conmigo y me ofreció 35.000 euros por ir a Los Ángeles, rodar una campaña y publicar cinco post en mi cuenta de Instagram. No tenía idea de que podría ganar dinero de esa manera. Acepté y comencé a centrarme en lo que hago ahora. Literalmente, una semana después, conocí a Lauren», recuerda él en una entrevista con The Cut. Ambos estaban en un viaje de trabajo en Fiyi y, tras compartir una semana y empezar a conocerse, decidieron seguir juntos su recorrido por el mundo.
Desde entonces no han parado de viajar convirtiéndose en una de las primeras ‘parejas viajeras’ de Instagram. «Cuando empezamos había pocos que posaran juntos. A muchos chicos les daba demasiada vergüenza y preferían quedarse detrás de cámara en plan ‘novios de Instagram’. Además teníamos un estilo de fotos que parecían muy naturales. Ahora todo el mundo hace ese tipo de cosas, pero por aquel entonces era bastante innovador», explica Jack. Ser pioneros les sirvió para vivir de su pasión y ahorrar el dinero suficiente para hacerse una casa que, de alguna forma, planean amortizar también en sus perfiles. Agotados tras tanto tiempo de país en país, quieren centrar ahora su centro de operaciones en Bali y dedicar sus redes a un contenido más enfocado al estilo de vida.
De ahí que, según cuentan, hayan construido su vivienda teniendo en cuenta que fuera lo más «fotogénica posible» para continuar disparando allí sus sesiones de fotos y alimentar así sus lucrativas cuentas. «Fui muy específica asegurándome de que nuestra casa se fotografiara bien. Si estoy preparando un post en el baño, hablando, por ejemplo, del blanqueamiento dental o algo así, quiero que el fondo se vea bien. Necesito una iluminación bonita, muebles chulos y un sillón cool donde pueda fotografiar productos. Quiero poder hacer una colaboración con una marca sin tener que decir: ‘Oh, ¿dónde deberíamos alojarnos esta noche para que podamos preparar algo de contenido?’, detalla Bullen.
Aunque actualmente prefieren no revelar cuánto cobran por post, en 2017 Morris confesó a la edición británica de Cosmopolitan que se habían llegado a embolsar 9000 dólares (8100 euros) por foto y que no aceptaban publicar nada por menos de 3000. Lauren asegura que, aunque siempre ha tenido menos seguidores que su pareja (él acumula 2,7 millones; ella 2,1), hubo una temporada en la que ganaba mucho más dinero que él. «En los dos últimos dos años, sin embargo, ha empezado a ganar mucho más que yo. Creo que es porque hay menos hombres en esta profesión. En mi caso, sin embargo, Instagram está saturado de mujeres y cada vez es más difícil». Probablemente su nueva casa en Bali les reporte beneficios a los dos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.