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¿Ha llegado la hora de tomarse en serio a la Scarlett Johansson cantante?

Después de años intentando hacerse un hueco en la música, todo puede cambiar con The Singles, el supergrupo que acaba de montar con otras mujeres de la industria.

scarlett johansson
Getty
Héctor Llanos Martínez

Después de casi una década intentándolo, la actriz y cantante Scarlett Johansson ha logrado que empiecen a referirse a ella precisamente como eso, la actriz y cantante. Hasta ahora se había limitado a emular a Jane Birkin o Brigitte Bardot como reclamo sensual de composiciones masculinas. Todo puede cambiar con The Singles, el supergrupo que acaba de montar con otras mujeres de la industria musical. Quizá sea la intentona definitiva que le lleve a conquistar la que es su asignatura pendiente. Ahora se aleja del folk de autor de sus grabaciones anteriores para abrazar el electropop sin complejos junto a sus ilustres compañeras de banda y, por vez primera, se independiza de las sombras de Tom Waits y Serge Gainsbourg que hasta ahora habían definido su discografía.

El tema Candy ya se puede escuchar en Internet y es la propuesta de lo que ella misma define como “super-pop dance music”, con la que se presenta el grupo que lidera. A la voz de Johansson se suma el bajo de Este Haim (de la banda Haim, que lo ha reventado en los festivales de medio mundo), las voces de la intérprete de neo-soul Kendra Morris y de la cantautora Holly Miranda y los sonidos americanos de Julia Haltigan bajo la producción de Dave Sitek, miembro de TV On The Radio. Grimmes y The Bangles son sus referentes declarados, aunque el sencillo también recuerde a los omnipresentes The XX.

Recordemos que la protagonista de Lost in Translation y Ghost World debutó oficialmente en la música en 2008, cuando todavía era en pantalla icono indie y no otra más de los superhéroes de Marvel. Ya había grabado una versión del clásico del jazz Summertime y se había unido a Jesus and Mary Chain sobre el escenario del festival Coachella, aunque cuando empezó a suscitar muchos comentarios fue tras lanzar nada menos que un álbum de versiones de Tom Waits titulado Anywhere I Lay my Head. Fue todo un exceso de ambiciones para una primeriza y desde entonces le ha costado ganarse el respeto como cantante. Aunque la cuidada selección de temas que componían el tributo a Waits demostraban cierto conocimiento de la discografía del estadounidense, para muchos Johansson no era más que una intrusa con ganas de epatar. El disco también estaba producido por Dave Sitek e incluía una colaboración de David Bowie. Falling down fue el primer y único sencillo de este disco.

Scarlett con Jesus and Mary Chain en Coachella de 2007.

Getty

Además de un cambio de género musical, el grupo femenino The Singles libera a Johansson de la sombra de la duda. Hasta ahora su voz siempre ha servido de acompañamiento para las melodías de respetados cantautores, un patrón que inició precisamente con Anywhere I Lay my Head. Casi al mismo tiempo que servía de musa para las canciones de Waits la actriz se aliaba con Pete Yorn para lanzar Break Up, un álbum conceptual centrado en la ruptura de una pareja y cantado a medias con el estadounidense. Ambos formaron una gran pareja, emulando sin disimulo los diálogos musicales que décadas antes entablaba Serge Gainsbourg con sus diferentes parejas de estudio. Los críticos fueron especialmente duros con el eventual dúo, quizá saturados de las ínfulas de Johansson, y vieron en el intento más vanidad que inquietud artística. Pero lo cierto es que Pete Yorn es uno de los tipos más interesantes de la escena estadounidense y el disco contenía temazos como Relator.

A pesar de la fría acogida, la actriz y cantante se mantuvo fiel a sus pretensiones. Grabar una versión de Jeff Buckley, Last Goodbye, para la banda sonora de su película She’s not that into you y también aceptó la invitación de convertirse en madrina de Lulu Gainsbourg. El hijo del célebre cantautor francés y hermano de la también muy versátil Charlotte Gainsbourg, decidía en 2011 debutar en la música. Lo hizo con un disco de versiones de su padre, “From Gainsbourg to Lulu”. Todo en el proyecto era de tal obviedad que la elección de Johansson para el dúo que presentara el lanzamiento era inevitable. Y ella aceptó interpretar junto al francés el clásico Bonnie & Clyde. Pocos saben de esta grabación de Scarlett Johansson porque casi nadie le prestó atención en su momento, a pesar de que Rufus Wainwright, Iggy Pop, Marianne Faithfull, Vanesa Paradis y Johnny Depp también aparecían en él.
 

La actriz y cantante en una escena de Lost in Translation.

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Sobre la firma

Héctor Llanos Martínez
Redactor especializado en nuevas narrativas audiovisuales (streaming, pódcast, redes sociales) y en el género documental, con varios años como autor del blog 'Doc&Roll'. Formado en Agencia Efe y elmundo.es, antes de llegar a Verne y la sección de Madrid de El País, escribió desde Berlín para BBC, Deutsche Welle, Cineuropa, Esquire o Yorokobu.

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