Alerta tendencia: todo el mundo lleva gafas a lo Steve Urkel

Quizá pocos lo recuerden pero Steve Urkel se coló en un capítulo de Padres Forzosos. En la cuarta temporada de la exitosa serie, el personaje interpretado por Jaleel White se infiltraba en casa de los Tanner para ayudar a Stephanie, la hija mediana, a acostumbrarse a sus nuevas gafas. ¿Quién mejor que el gafotas más famoso de la televisión para dar consejos sobre cómo sobrevivir al trauma infantil de estrenar lentes? 25 años después de su cameo estelar, muchas querrían las recomendaciones del mismísimo Urkel para lucir montura XXL con dignidad y estilo. Porque a pesar de que Wikipedia recuerde al personaje como «un empollón con gafas de considerable graduación, ropa un tanto ridícula y carácter considerado como extraño por la sociedad», Steve Urkel es un icono de estilo.

Más allá de que el jugador de la NBA Russell Westbrook le copie los estilismos, la moda ha encumbrado sus maxigafas de pasta como accesorio imprescindible. No es nada nuevo que la estética nerd está de moda. Alessandro Michele (Gucci) o Miuccia Prada son dos de los principales responsables de este gusto por las mujeres que combinan lo geek con lo femenino y rebuscan en el armario de la abuela para recuperar las faldas plisadas por debajo de la rodilla, las blusas recatadas o los zapatos de tacón medio. En medio de esta ola estética que nos invade desde hace tiempo, las gafas de lectura han cobrado un protagonismo especial (hasta el punto de que muchos empezaron a utilizarlas como mero complemento a pesar de tener la vista de un lince sin necesidad de usarlas).

Esta temporada (y la que viene) las maxigafas nerd, sobre todo las de acero con forma de ‘aviador’ de aires setenteros, vienen pisando fuerte y se han convertido en las gafas del momento. «Llevan tiempo viéndose en países europeos y cada vez las gafas de metal se están pidiendo más en España. Es cierto que no todo el mundo se atreve y que son clientes con una estética concreta quienes las demandan pero las peticiones no dejan de aumentar«, nos cuenta Henar Serrano de Alohe Óptica. La culpa la tiene Gucci, que las subió a la pasarela en su colección primavera-verano y también vuelve a proponerlas para el próximo otoño. Alexandre Vauthier las combinó con sus diseños de Alta Costura y varias modelos off duty y reinas del street style las lucieron durante las últimas semanas de la moda. Pruebas irrefutables, todas ellas, de que las gafotas a lo Terry Richardson están de moda.

Kendall Jenner, Emily Ratajkowski, Gigi Hadid, Cate Blanchet y buen pueñado de blogueras (entre ellas, cómo no, Chiara Ferragni) ya se han atrevido con las monturas gigantescas. No las llevan a diario pero las utilizan como accesorio para jugar con sus looks: aportan personalidad y cierto aire intelectual al que pocas parecen resistirse. Desde la versión low cost de Zara hasta el modelo metalizado de Chanel, el universo de it girls y demás seguidoras de tendencias han caído rendidas ante ellas. «El gusto por las gafas grandes y retro no deja de crecer. De hecho, gran parte de nuestras ventas provienen de las colecciones originales que tenemos de los años 70 y 80″, afirma la experta. Para reconocer qué modelo se adapta mejor a cada rostro, la especialista en óptica lo tiene claro: «Más allá de las típicas reglas que asocian la forma de la cara con el tipo de gafas, yo me guío por el instinto. En mi opinión, es mejor que la gente elija un diseño que realmente quiera llevar y que vaya con su estilo».

Sus primas hermanas, las gafas de sol, también adoptan tamaños contundentes y extienden la tendencia a las monturas veraniegas. Chanel apuesta por los modelos futuristas, Dolce & Gabbana por el barroquismo menos práctico, Fendi por la mirada felina y Stella McCartney por los diseños deportivos de grandes proporciones. Todo vale menos el minimalismo y lo diminuto. El tamaño, en este caso, sí importa y las gafas, cuanto más grandes y más nerd, mejor. «A la tendencia le queda aún mucho recorrido. Todas las marcas están haciendo sus modelos de inspiración retro y no nos llega ni un solo muestrario de gafas pequeñas. Además, a efectos prácticos son más cómodas porque cubren más campo de visión», detalla Serrano. ¿Quién se atreve ahora a cambiarlas por lentillas?