El sexismo que acompaña a las actrices en promoción resumido en esta foto de Jennifer Lawrence
La imagen de la presentación de ‘Gorrión Rojo’ en Londres es más reveladora de lo que podría parecer: ellos llevan abrigo mientras que la protagonista posa en tirantes.
Las temperaturas de Londres no suben estos días de los 8 grados. No es de extrañar, por tanto, que Francis Lawrence, Matthias Schoenaerts, Joel Edgerton y Jeremy Irons acudieran enfundados en varias capas de abrigo a la presentación de Gorrión Rojo en la capital británica. Pero entre los jerséis y chaquetones del director y los miembros masculinos del reparto, Jennifer Lawrence posaba ataviada con un Versace sin mangas, con amplio escote y generosa abertura en la pierna. Una imagen más reveladora y menos inocente de lo que podría parecer: mientras que el elenco masculino de la cinta se protege del frío, la protagonista femenina debe quitarse el abrigo con el que llegó al photocall y exhibir su vestido.
En Twitter algunos usuarios han reparado en lo machista de la imagen y no han dudado en denunciar la presión a la que las mujeres están sometidas en las alfombras rojas. «Qué imagen tan deprimente (y reveladora). Sobre todo porque he salido fuera hoy y hace un frío que pela», escribía la escritora Helen Lewis en su cuenta. También Zelda Williams (hija del difunto Robin Williams) se pronunció al respecto: «Sí, además conozco una gran cantidad de hombres que vienen a los junkets recién salidos de la cama mientras que sus compañeras femeninas han estado despiertas desde las cuatro de la mañana pasando por peluquería y maquillaje. Las expectativas que se tienen del físico de las mujeres para considerarlas ‘trabajadoras’ son diez veces mayores».
Greta Gerwig, nominada al Oscar en la categoría de mejor dirección por Lady Bird, hablaba precisamente de las exigencias a las que se ven sometidas las mujeres en las alfombras rojas en el podcast de Adam Buxton. «¿Conoces la frase ‘Ginger Rogers tuvo que hacer lo mismo que Fred Astaire pero al revés y en tacones’?», preguntaba Gerwig. «Esto es literalmente lo que las mujeres tienen que hacer cuando van a todas estas cosas […] No es que vestirse bien y lucir perfecta sea malo. Es super divertido arreglarse y estar guapa, pero el problema es el trasfondo que hay en ello: ser evaluada básicamente por cómo luces», añadió. La directora hizo una interesante reflexión sobre cómo, en su opinión, no hay nada de malo en arreglarse sino que el problema está en la presión a la que se someten las mujeres para estar guapas o no ganar peso.
A pesar de que iniciativas como #AskHerMore están logrando que las preguntas a las actrices vayan más allá de la firma de su vestido y de que en tiempos de Time’s Up y #MeToo el atuendo femenino esté pasando a un segundo plano (solo hay que ver el código de vestir de negro como protesta contra el acoso sexual en los Globos de Oro o los BAFTA), aún se siguen produciendo acontecimientos tan sexistas como este.
At least the guys look really embarrassed https://t.co/aoTxwKahaf
— Alexandra Frean (@freanie) February 20, 2018
Look at the state of this picture. Equality means you get to wear a fucking coat https://t.co/OKPJYiTcGp
— Sian Harries - @sianharries.bsky.social (@sianharries_) February 20, 2018
🎶 The Cold Never Bothered Me Anyway https://t.co/EjyedOWW2A
— Claire Dikeçoğlu (@claireyfairy1) February 20, 2018
Actualización: Jennifer Lawrence ha respondido al revuelo que ha suscitado su vestido defendiendo que la polémica es «rídicula» y que se siente «extremadamente ofendida». La intérprete ha asegurado en un post de Facebook que el vestido de Versace era «fabuloso» y ha defendido su opción estilística, diametralmente opuesta en el valor simbólico junto a sus compañeros, abrigados frente a los 8 grados de temperatura en el momento de tomar las fotos: «¿creéis que lo iba a cubrir con un abrigo y una bufanda?». Lawrence tira balones fuera, ignora el debate global que ha suscitado la imagen sobre el escrutinio del físico de de las actrices en promoción de películas y lo atribuye a una decisión personal: «Esto es sexista. Esto es ridículo, esto no es feminismo. Sobrereaccionar a algo que alguien diga o haga, crear controversias sobre cosas tontas e inocuas como lo que elijo vestir no es movernos hacia adelante».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.